DECISIONES | Descubra la voluntad de Dios


 

Decisiones

Descubra la voluntad de Dios

por June Hunt

Me ama, no me ama, me ama, no me ama”…Por muchas décadas los niños han jugado este simple juego de arrancar uno por uno los pétalos de una flor para decidir si alguien los ama o no. Se supone que el último pétalo revelará la verdad. ¡Esta es una forma poco confiable de tomar decisiones correctas! Así de inseguras son las decisiones basadas en las circunstancias o en lo que la mayoría de la gente dice. Las decisiones sabias se toman cuando discernimos la voluntad de Dios y a su vez él se deleita en revelar su voluntad a quienes están dispuestos a hacerla. Su voluntad está claramente revelada en su palabra.

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”.

(Santiago 1:22)

I.  Definiciones

Todos tenemos que tomar miles de decisiones a lo largo de nuestra vida. Algunas tienen poca importancia, pero otras pueden cambiar nuestra vida para siempre. ¿Toma decisiones apresuradas con base en “lo que le es más fácil”, o lucha con la demora porque se paraliza y analiza a profundidad? En ocasiones hemos tomado malas decisiones porque no hemos invertido tiempo para descubrir la perfecta voluntad de Dios para nuestra vida. Puede estar seguro de que él no juega a las “escondidas” cuando usted trata de entender su voluntad. Entre más íntima sea su comunión con el Señor, más claramente sabrá su voluntad. Cuando coloque sinceramente la voluntad de Dios por encima de su propia voluntad, él será fiel en mostrarle el mejor camino a seguir. Que esta sea la oración de su corazón…

“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”.

(Salmos 40:8)

A. ¿En qué consiste tomar decisiones?

Es el proceso que involucra escoger un camino o hacer un juicio con respecto a una actitud o acción. Las decisiones son un acto de la voluntad, y siempre son influenciadas por la mente o por las emociones.

     La palabra hebrea del Antiguo Testamento abah, que significa “suspirar después de” o “aceptación,” se utiliza para indicar la disposición de aceptar o conformarse a algo.

Nuestras decisiones reciben la bendición divina cuando estamos dispuestos a obedecer a Dios.

“Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra”. (Isaías 1:19)

     Una de las muchas palabras del Nuevo Testamento que se traduce como “la acción de decidir” es krino. Este verbo griego significa “distinguir, decidir mentalmente, determinar o resolver”.

Nuestras decisiones deben basarse en lo que conocemos como la voluntad revelada de Dios.

“Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación”. (Hechos 21:25)

     Otro verbo del Antiguo Testamente, bachar, significa “elegir”, y se traduce como “preferir o desear”.

Nuestras decisiones reflejan los deseos íntimos de nuestro corazón.

“Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí”. (Salmos 119:30)

En última instancia, nuestras decisiones son resultado de lo que más deseamos. El principio fundamental para tomarlas se resume en…

¿Deseo agradarme a mí mismo o a Dios?

“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. (Josué 24:15)

B. ¿Qué significa “voluntad”?

La palabra voluntad es como un prisma… refleja una multitud de lados diferentes.

     Al tomar una decisión, comunicamos nuestra voluntad.

     La palabra voluntad también se utiliza para expresar el deseo o mandato de alguien con autoridad. (Dios revela su voluntad).

     Otra acepción da la idea de tener disposición para actuar de acuerdo a las metas personales deseadas. (Un niño que nace con una voluntad firme).

     Utilizando su propia voluntad, usted puede controlar sus acciones o emociones.

“Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

(Lucas 22:42)

C. En Mateo 6:10, ¿a qué se refirió Cristo cuando oró a su Padre celestial diciendo… “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”?

Jesús estaba modelando la verdadera sumisión a la voluntad de su Padre, porque él sabía que a fin de cuentas era la mejor. Las palabras griegas siguientes que se usan en el Nuevo Testamento describen en sus significados la razón de por qué debemos preferir siempre la voluntad de Dios.

     Telema quiere decir “determinación, opción, o deseo del corazón”.

La voluntad de Dios es el deseo de su corazón para usted.

     Boulema quiere decir “un plan de la mente; un designio deliberado, propósito”.

La voluntad divina es el plan ideal que Dios propone para usted.

     Eudokia quiere decir “bueno y agradable”.

Al final, la voluntad de Dios será agradable y buena para usted.

“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”.

(Mateo 6:10)

D. ¿Qué dicen las Escrituras acerca de la voluntad de Dios?

La Biblia usa tres palabras descriptivas: perfecta, permisiva y permanente, para hacer un cuadro tridimensional de la “voluntad de Dios”.

1.   La voluntad perfecta de Dios

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento “para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. (Romanos 12:1).

—Dios tiene un plan ideal.

—El plan de Dios es agradable y es bueno.

Ejemplo: La voluntad perfecta de Dios para todo el mundo es que se arrepientan del pecado y que ninguno se pierda.

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. (2 Pedro 3:9)

2.   La voluntad permisiva de Dios

“Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová”. (Proverbios 1:29)

—Dios permite que cada persona ejerza su libre albedrío… aunque se oponga a su voluntad.

—Pero en última instancia, el Señor sigue siendo soberano sobre todo lo que él permite.

Ejemplo: La voluntad permisiva de Dios ofrece a todos la opción de escoger el bien o el mal, la vida o muerte espiritual, la bendición o la maldición.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. (Romanos 3:23)

3.   La voluntad permanente de Dios

“Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá”. (Proverbios 19:21)

—Nadie puede obstaculizar los planes del Señor.

—En última instancia los propósitos de Dios se cumplen porque él es soberano.

Ejemplo: La voluntad permanente de Dios es ofrecer perdón total y un hogar en el cielo para todos los que se arrepienten de sus pecados y confían en el Señor Jesucristo como su Salvador y Señor.

“Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti”. (Job 42:2)

E. Preguntas usuales acerca de la voluntad de Dios

     ¿Ya ha determinado Dios su voluntad para mí?

Sí. La voluntad de Dios para usted ha sido preparada de antemano.

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. (Efesios 2:10)

     ¿Puedo realmente conocer la voluntad de Dios para mi vida?

Sí. Dios desea revelar su voluntad a usted en forma personal.

“Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca”. (Hechos 22:14)

F.  ¿Cómo revela Dios su voluntad?

Dios revela su voluntad principalmente a través de…

     El Espíritu de Dios

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”. (Juan 16:13)

     La palabra de Dios

“Lámpara a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino”. (Salmos 119:105)

     ¿Me revelará Dios el designio completo de mi vida?

Sólo Dios ve todo el cuadro de su vida, pasado, presente y futuro. Descubriendo la voluntad de Dios es como leer un pergamino. Él nos enseña y aconseja a medida que desenrolla el pergamino cada día.

“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”. (Salmos 32:8)

     ¿Qué debo hacer si la voluntad de Dios me parece indeseable?

La voluntad de Dios le parecerá indeseable y desagradable si su corazón sigue sus propios deseos y no confía en él.

“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón”. (Salmos 37:4)

     ¿Por qué a veces la voluntad de Dios incluye dolor y aflicción?

El sufrimiento le permite ver la suficiencia de Dios y le permite depender de él.

“Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos”. (Salmos 119:71)

G. ¿Cuáles son las decisiones que agradan a Dios?

Dios bendice las decisiones que…

—…él comienza

“Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar”. (Proverbios 4:11)

—…están en sintonía con su palabra

“Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí”. (Salmos 119:33)

—…logran su propósito

“Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. (Filipenses 2:13)

—…dependen de su fuerza

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)

—…le glorifican

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. (1 Corintios 10:31)

—…promueven la justicia, la misericordia y la humildad

“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”. (Miqueas 6:8)

—…reflejan su carácter

“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. (1 Timoteo 4:12)

—…se toman por fe

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6)

—…toman en cuenta los intereses de los demás

“No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”. (Filipenses 2:4)

—…se toman en oración

“Orad sin cesar”. (1 Tesalonicenses 5:17)

II. Características para tomar buenas decisiones

No podía concebir que él llevara a cabo la monumental obra que el Señor le pedía. Se sentía insignificante, débil y sin ninguna posibilidad. ¿Cómo podría Gedeón, el más insignificante de la casa de su padre, señalado como el más débil de la tribu de Manasés, liberar a Israel de manos de un ejército poderoso y monstruoso?

Aunque Dios habló personalmente con Gedeón, ese joven creyente todavía estaba inseguro en cuanto a la decisión correcta. Para asegurarse de que realmente había escuchado al Señor, pidió en dos ocasiones una señal sobrenatural. La primera noche colocó un vellón de lana fuera de su casa y pidió a Dios que al otro día éste amaneciera mojado y la tierra seca. La noche siguiente, Gedeón pidió al Altísimo que el vellón amaneciera seco y la tierra mojada. El Señor respondió las dos peticiones de Gedeón, pero actualmente los cristianos tenemos la llenura del Espíritu Santo que nos aconseja, así como “la palabra profética más segura” (2 Pedro 1:19). Por consiguiente, no debemos confiar en eventos sobrenaturales para conocer la voluntad divina (Lea Jueces 6:36–40).

“Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho. Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua. Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío”.

(Jueces 6:36–40)

Algunas personas siempre buscarán señales visibles para discernir la voluntad de Dios, pero la mayoría de las veces, éstas se manifiesta en eventos de la vida cotidiana como llamadas telefónicas oportunas o cartas. Si usted insiste en “colocar vellones”, asegúrese que la señal sea sobrenatural. Sugerencia: ¿Por qué no pide una tormenta de nieve ¡en un día caluroso de verano!?

A. Seis formas de tomar una decisión

Si pudiera conocerlo, ¿no le gustaría saber su futuro? Si supiera el resultado de sus decisiones, ¿no sería más fácil tomarlas? En la actualidad la gente busca dirección a través de una amplia gama de prácticas de ocultismo. Buscan respuestas en los horóscopos, en casas de adivinas y en líneas telefónicas de síquicos. Muchos astrólogos, lectores de la palma de la mano y del tarot dicen hablar por “Dios”. Pero el Dios de la Biblia dice que esos caminos son “abominables” (Deuteronomio 18:9). Él advierte que…

“No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios”. (Levítico 19:31)

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”. (Proverbios 14:12)

Podemos utilizar varios métodos a la hora de tomar decisiones, pero la mayoría de éstos caerá en una de las siguientes seis categorías, o será una combinación de dos o más. No todos los métodos que se utilizan para tomar decisiones son siempre adecuados.

#1  El método dramático

Algunos cristianos abren las Escrituras, apuntan a alguna porción al azar y se guían por ella sin considerar el contexto. Otros esperan que Dios les revele una señal espectacular que comprobará su voluntad en una situación dada.

Pero Dios dice… “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. (Juan 14:26)

#2  El método predefinido

La Biblia dice que existe un tiempo apropiado para delegar responsabilidades y buscar consejo, pero a fin de cuentas somos responsables de nuestras decisiones. Nosotros incluso podemos sentirnos tan presionados por la opinión de otros, que se nos facilita que otros tomen las decisiones por nosotros… incluso cuando sabemos que están equivocados.

Pero Dios dice… “Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno”. (Isaías 7:15).

#3  El método diferido

Muchas personas prefieren postergar el momento de tomar una decisión, esperando que “al final todo salga bien”. Dejan que las circunstancias determinen el resultado. Sin embargo, no decidir también es tomar una decisión. La táctica del retraso consiste en llenarse de actividades superfluas que nos impiden dedicarnos a conocer los caminos sabios de Dios a través de la oración, el consejo Bíblico y la intimidad con el Señor.

Por eso, Dios dice… “A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos”. (Hebreos 3:10).

#4  El método deductivo

La vida cristiana es un equilibrio entre la deducción humana y la visión espiritual. Si sólo somos analíticos en una situación y escogemos confiar solo en la lógica, perderemos la perspectiva de Dios.

Pero Dios dice… “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos”. (Isaías 55:8).

#5  El método emocional

Demasiadas personas permiten que sus emociones tomen el “mando de su alma”. Esto significa que los sentimientos determinan su conducta. Dios nos dio emociones, pero él nunca planeó que éstas fueran nuestra “guía para tomar decisiones”. Muchos ni siquiera comprenden que tienen la mentalidad que dice: “si me siento bien, lo que estoy haciendo debe estar bien”.

Pero Dios dice… “El que confía en su propio corazón es necio; mas el que camina en sabiduría será librado”. (Proverbios 28:26)

#6  El método del discernimiento (el mejor)

El discernimiento es comprender lo difícil y oscuro, “entender y percibir más allá de lo obvio”. Por consiguiente, el discernimiento espiritual es la sabiduría para determinar lo que es verdad, apropiado y superior ante los ojos de Dios sin importar las apariencias.

Por eso, Dios dice… “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. (1 Corintios 2:14)

Ejemplo bíblico:

Noé y el arca

Génesis capítulo 6:5–22

Noé era… varón justo, era perfecto en sus generaciones” y se le describe como un hombre que caminó con Dios. Gracias a su relación personal con el Señor reconoció la voz divina cuando la escuchó y con corazón humilde aceptó hacer “conforme a todo lo que Dios le mandó”, sin importarle que la monumental construcción del arca (un proyecto realizado en tierra seca) hiciera que sus amigos pensaran que estaba loco y se burlaran de él.

Sin saber el futuro, Noé se enfocó en lo que Dios estaba haciendo y ajustó su vida al plan divino en lugar de pedir a Dios que bendijera su propio plan. Lógicamente, Noé hubiera preferido construir un templo en vez de un arca. ¿No se había corrompido toda la tierra y estaban todos en bancarrota espiritual? Sí. Pero Dios sabía que la mayoría no se arrepentiría… pero Noé no lo sabía. De haber construido un templo, ¡él, su familia y el templo habrían desaparecido!

“Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”. (Génesis 6:22)

B. Pruebas para tomar las decisiones correctas

Estaba muerto de miedo, pero buscó a los muertos ¡para pedir dirección!

El ejército enemigo se había reunido para pelear contra su pequeño país. Quería recibir el consejo de Dios pero “Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas” (1 Samuel 28:6). Saúl estaba desesperado. Quería que alguien le dijera qué hacer, así que se disfrazó y buscó a una médium (la cual era una práctica que Dios había prohibido). Pidió hablar con el fallecido profeta Samuel a quien todavía amaba. Después de la aparición del profeta y de que Saúl se quejara con él porque Dios no le respondía, Samuel dijo: “¿Y para qué me preguntas a mí, si Jehová se ha apartado de ti y es tu enemigo?” (1 Samuel 28:16).

El Señor no le respondía a Saúl porque una y otra vez había desobedecido sus mandamientos y ya que no estaba dispuesto a hacer lo que Dios le decía, se constituyó en enemigo del Señor. Al momento de enfrentar una decisión, necesitamos evaluar si “pasamos la prueba” para que nuestras decisiones reciban la bendición de Dios.

Ocho pruebas para tomar decisiones

Desde la perspectiva de Dios, las decisiones no son una selección al azar, señales sobrenaturales, opciones de la gente, tácticas demoradas, pensamiento analítico o sentimientos agradables. Dios quiere que midamos nuestras decisiones con sus estándares. En vez de probar a Dios, probémonos a nosotros mismos con base en los siguientes ocho pasajes bíblicos. Esto nos ayudará a tomar decisiones agradables al Señor.

“Andad como hijos de luz… comprobando lo que es agradable al Señor”. (Efesios 5:8, 10)

#1  Prueba de las Escrituras

“¿Ha dicho Dios algo sobre esto en su palabra?”

Ejemplo: Casarse con un inconverso con la esperanza de llevarlo a los pies de Cristo a pesar de que 2 Corintios 6:14 dice: “no os unáis en yugo desigual con los incrédulos”.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reargüir, para corregir y para instruir en justicia”. (2 Timoteo 3:16)

#2  La prueba del secreto

“¿Me apenaría que todos supieran cuál fue mi decisión?”

Ejemplo: Pensar que nadie va a salir perjudicado si me quedo con el dinero que recibí de más en la tienda.

“La integridad de los rectos los encaminará; pero destruirá a los pecadores”. (Proverbios 11:3)

#3  Prueba del seguimiento

“¿Qué pasaría si todos siguieran mi ejemplo?”

Ejemplo: Pensar que nadie notará que tiro basura por la ventana del automóvil cuando voy en la carretera.

“Sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. (1 Timoteo 4:12)

#4  Prueba del Espíritu

“¿Me dejo guiar por la presión externa, o permito que me guíe el Espíritu?”

Ejemplo: Aceptar un compromiso sin esperar la confirmación divina.

“Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el del Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”. (Gálatas 1:10)

#5  Prueba del tropiezo

“¿Podría ser tropiezo para alguna persona?”

Ejemplo: Tomar bebidas alcohólicas en público.

“Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite”. (Romanos 14:21)

#6  La prueba de la tranquilidad

“He orado y siento paz en esta decisión”

Ejemplo: Decidir un cambio importante en su vida sin orar y esperar a que Dios lo confirme y traiga paz.

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:6–7)

#7  Prueba de la santificación

“¿Me impedirá esta decisión crecer a semejanza de Cristo?”

Ejemplo: Desobedecer a Dios cuando él le indica hacer algo que parece difícil o pesado

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. (2 Corintios 3:18)

#8  Prueba suprema

“¿Glorifica mi decisión a Dios?”

Ejemplo: Conformarse a las normas del mundo y vivir endeudado.

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. (1 Corintios 10:31)

III. Causas de confusión

El lo tenía todo, excepto sabiduría.

En sus campos pastaban miles de cabezas de ganado, tenía una hermosa esposa y en su hogar abundaba la comida y bebida. Pero Nabal (cuyo nombre significa “necio) tomó una decisión insensata, las consecuencias serían devastadoras.

David y su pequeño ejército habían protegido a los pastores y ovejas de Nabal. Durante el tiempo de trasquilarlas y de la celebración, David pidió a Nabal comida para sus seguidores. Esta petición era razonable, pero recibió una respuesta de animadversión y rechazo. Por causa de una decisión egoísta, auto-complaciente e irracional, Nabal murió prematuramente. Diez días después de lo sucedido, el Señor le quitó la vida.

Nuestras decisiones pueden ser fatales cuando van mezcladas con inmadurez espiritual y motivaciones incorrectas.

A. Causas de confusión

“¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí?” (1 Samuel 25:10) Fue la pregunta necia de Nabal manifestando así su insensatez.

¿Quién era David? Nabal lo comparó con un siervo fugitivo, pero ese David a quien rehusó su ayuda era nada menos que el siguiente rey de Israel.

David se airó por la respuesta de Nabal, así que envió 400 hombres armados para vengarse de Nabal y su casa.

“Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha vuelto mal por bien. Así haga Dios a los enemigos de David y aun les añada, que de aquí a mañana, de todo lo que fuere suyo no he de dejar con vida ni un varón”.

(1 Samuel 25:21–22)

Algunas de las razones comunes de confusión a la hora de tomar decisiones incluyen…

     Carecer de motivos puros

“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. (Santiago 4:3)

     No querer rendir nuestra voluntad a Dios

“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”. (Mateo 26:39)

     No buscar la voluntad de Dios a través de su palabra

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. (Salmos 119:105)

     No arrepentirnos de nuestros pecados

“Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado”. (Salmos 66:18)

     No orar continua y seriamente

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. (Santiago 1:5)

     No esperar a que Dios responda

“Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”. (Santiago 1:6–7)

     No esperar pacientemente que llegue el momento de Dios

“Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa”. (Hebreos 6:15)

     No estar dispuesto a sufrir para que Cristo sea glorificado

“Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios”. (1 Pedro 4:1–2)

B. ¿Qué lugar tienen nuestras “reacciones naturales” al tomar decisiones?

No siempre hacemos de manera “natural” la voluntad de Dios, especialmente si hemos estado acostumbrados a hacer las cosas a nuestra manera, como siempre lo hemos hecho, actuando con insensatez o por venganza. Si vamos a seguir al Señor, tenemos que seguirlo en todas las áreas de nuestra vida, incluyendo la toma de decisiones. Su camino siempre es el correcto, así que si hacemos lo que nos es natural, podríamos tomar decisiones desastrosas de las que nos arrepentiremos toda la vida.

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”. (Proverbios 14:12)

    ¿Espera demasiado tiempo antes de pedir a Dios que le muestre su voluntad?

    ¿Le pide consejo a todo mundo en vez de pedir consejo a Dios?

    ¿Fracasa en observar todo el contexto bíblico?

    ¿Miente respecto a sus fracasos, grandes o pequeños?

    ¿Ignora o minimiza el impacto que tendrán sobre los demás las decisiones que toma?

    ¿Toma decisiones precipitadas?

    ¿Fracasa en sopesar los pros y contras de una decisión específica?

    ¿Falla en explorar otras opciones?

    ¿Toma decisiones prematuramente sin considerar las implicaciones?

    ¿Se olvida de considerar las implicaciones morales de una decisión?

“El sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura de labios aumenta el saber”. (Proverbios 16:21)

Pregunta: “¿Qué puedo hacer cuando no estoy seguro de la decisión que debo tomar?”

Respuesta: Muchas veces la Biblia habla específicamente respecto a una circunstancia en su vida. En otras ocasiones, debe buscar principios bíblicos que alumbren su camino.

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. (Salmos 119:105)

C. Causa de raíz de la ansiedad a la hora de tomar decisiones

Con la espada desenvainada y bajando por la montaña, David y sus hombres encontraron una persona postrada delante de ellos, era Abigail la esposa de Nabal. Ella salió al encuentro de David en cuanto uno de los pastores le informó de la masacre que se avecinaba y de manera diplomática envió un banquete en el lomo de sus: Les ofreció pan, vino, corderos guisados, granos, cientos de pasas y doscientos pasteles de higo. En cuanto vio a David, sin perder tiempo, se bajó del asno y cayó a sus pies suplicando misericordia sobre su casa, pidiendo a David que ordenara a sus hombres que se detuvieran. Ella expresó su disgusto por la necedad de Nabal y ofreció a aquellos hombres la comida. Así, honró a David como se hace con un rey.

“Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases. Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano”. (1 Samuel 25:32–33)

Abigail decidió sabiamente que tenía que actuar con rapidez por causa de las decisiones insensatas de su esposo. ¡Qué contraste entre las decisiones de uno y otra!

Creencia falsa: “No puedo confiar a Dios todas las decisiones de mi vida. Necesito confiar en mi capacidad para decidir lo que yo deseo”.

Creencia correcta: “Dios me hará prosperar si con certeza y confianza me dejo guiar por él en todas las decisiones”.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal”. (Proverbios 3:5–7)

Gracias a la decisión sabia de Abigail y su acto de gracia, David recibió sus provisiones y la envió de regreso a su casa en paz. Ahí se encontró con su esposo Nabal borracho. Al siguiente día Abigail le contó todo lo que había sucedido en su encuentro con David.

“Pero por la mañana, cuando ya a Nabal se le habían pasado los efectos del vino, le refirió su mujer estas cosas; y desmayó su corazón en él, y se quedó como una piedra. Y diez días después, Jehová hirió a Nabal, y murió”.

(1 Samuel 25:37–38)

IV. Pasos para encontrar la solución

La famosa fábula de Chicken Little (“Pollito”) demuestra las posibles consecuencias de tomar decisiones basadas en el temor. Cuando una bellota cayó de un árbol y le pegó en la cabeza, el pollo corrió a decir a sus amigos: “¡El cielo se está cayendo, el cielo se está cayendo!” “¡Oh! ¿Qué haremos?” Decían sus amigos del corral. Todos se alarmaron y a duras penas pudieron escapar de las garras del zorro cuando iban corriendo a avisar al rey. Ese mismo miedo muestran las personas cuando se asustan por la incertidumbre del futuro y dicen: “¿Qué haremos?” La dirección de Dios es segura, porque él se preocupa más por lo que somos, que por lo que hacemos. Su meta para nosotros es hacernos seguir el proceso de desarrollar nuestro carácter y profundizar nuestro conocimiento de sus caminos.

“Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo”.

(Filipenses 1:9–10)

 

A. Versículo Clave para Memorizar

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

(Romanos 12:1–2)

B. Pasaje clave para Leer y Meditar

1 Tesalonicenses 4:1–12

Vivir para agradar a dios

     Viva para agradar a Dios en todo lo que hace

 

v. 1

 

     Viva conociendo los caminos de Dios. (Estudie la Biblia).

 

vs. 1–2

 

     Viva “separado” de los valores del mundo.

 

v. 3

 

     Viva en pureza sexual.

 

v. 3

 

     Viva en dominio propio.

 

v. 4

 

     Viva en santidad y honestidad.

 

vs. 4, 7

 

     Viva sin imitar a los paganos.

 

v. 5

 

     Viva en integridad en sus relaciones con otros.

 

v. 6

 

     Viva sabiendo que cuando rechaza la palabra de Dios, usted rechaza a Dios.

 

v. 8

 

     Viva en amor fraternal con los demás.

 

vs. 9–10

 

     Viva a una vida quieta, ocupándose de sus propios asuntos.

 

v. 11

 

     Viva para ganarse el respeto de los demás.

 

v. 12

 

     Viva dependiendo sólo del Señor.

 

v. 12

 

Cuanto más procure agradar Dios,

mejor entenderá la voluntad divina.

C. La decisión más importante de su vida

Nunca ha habido una época en que no se busque la guía divina. Los antiguos anhelaban el poder y conocimiento espiritual. Pero el camino que seguían estaba lleno de rituales paganos, sacrificios, suertes y astrología. Es increíble, pero actualmente las personas siguen decididas a buscar la dirección de Dios a través de prácticas ocultistas similares a las del mundo antiguo. Pero la Biblia declara enfáticamente que esos métodos son abominables a Dios.

“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”.

(Deuteronomio 18:10–12)

Cuando usted debe tomar una decisión en que es vital conocer la voluntad de Dios, ¡no busque señales en el cielo! La peor decisión que usted puede tomar es ir en contra de la voluntad de Dios, y rechazar a Jesús como su Señor y Salvador personal. Solamente hay una manera de obtener la sabiduría verdadera, a través de Dios. ¡Usted puede tener hoy mismo acceso directo a Dios! Él ha abierto un camino para que usted lo conozca y descubra su voluntad para su vida.

El primer paso es someterse a la soberanía divina. Reconozca que usted ha tomado siempre las decisiones sin tomar en cuenta a Dios, y entregue su voluntad a la del Seño. Permita que sea él quien tome las decisiones para su vida de aquí en adelante.

Cómo tomar la decisión más importante de su vida

Cuatro verdades que debe saber:

#1  El propósito de Dios para usted… es la salvación.

—¿Qué movió a Dios a enviar a su Hijo a la Tierra? ¿Condenarlo? No, ¡lo envió para demostrarle su amor por medio de la salvación!

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16)

—¿Cuál fue el propósito de Jesús para venir a la tierra? ¿Hacerlo todo perfecto y quitar todo el pecado? No, ¡vino a perdonar sus pecados, darle poder para obtener la victoria sobre el pecado y ayudarle a vivir una vida plena!

“Yo [Jesús] he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. (Juan 10:10)

#2  Su problema… es el pecado.

—¿Qué es el pecado? El pecado es vivir de manera independiente de las normas de Dios, sabiendo lo que es correcto, pero decidiendo hacer lo malo.

“Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”. (Santiago 4:17)

—¿Cuál es la consecuencia del pecado? La muerte espiritual, la separación espiritual de Dios.

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. (Romanos 6:23)

#3  La provisión divina para usted… es el Salvador.

—¿Hay algo que pueda quitar la paga del pecado? Sí. Jesús murió en la cruz para pagar personalmente por nuestros pecados.

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. (Romanos 5:8)

—¿Cuál es la solución para ya no estar separados de Dios? Creer en Jesucristo como el único camino a Dios el Padre.

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. (Juan 14:6)

#4  Su decisión… es someterse.

—Deposite su fe en (descanse en) Jesucristo como su Señor y Salvador personal y deje de confiar en las “buenas obras” como medio para ganar el favor de Dios.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. (Efesios 2:8–9)

—Entregue a Cristo el control de su vida, y confíe su vida en sus manos.

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:24–26)

Al momento de decidir creer en él, es decir, al confiar su vida a Cristo, él le da su Espíritu para que resida en usted. El Espíritu de Cristo le ayuda a vivir la vida plena que Dios planeó para usted, y le da su poder para perdonar a los demás para que su corazón sea sanado. Si quiere recibir el perdón total de Dios y ser la persona que él quiere que sea, puede decírselo en una oración simple, pero sincera como esta:

Oración para la salvación

“Querido Dios, te necesito en mi vida y que me des tu sabiduría. Mi conocimiento limitado no ha sido suficiente. He tomado muchas malas decisiones. Reconozco que he pecado, al decidir hacer lo que sabía era pecado. Entiendo que mi pecado me separa de ti. Por favor, perdona mis pecados. Jesús, gracias por morir en la cruz por mis pecados. Ven a mi vida como mi Señor y Salvador y ayúdame a tomar las decisiones correctas el resto de mi vida. Hazme la persona que tú quieres que sea. En tu santo nombre. Amén”.

¿Qué puede esperar ahora?

Si usted hizo esta oración con sinceridad, sepa que Dios le dará su sabiduría para tomar las mejores decisiones, aquellas que lograrán la voluntad divina para su vida.

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.

(Santiago 1:5)

D. Cómo desarrollar el discernimiento espiritual

El discernimiento no se obtiene al lanzar una moneda al aire para sacar “águila o sol” ni puede basarse totalmente en el sentido común o la conciencia. El discernimiento espiritual es un don de Dios y lo recibimos a través del Espíritu Santo que mora en todo creyente genuino. Es la habilidad sobrenatural de “saber” algo no por el conocimiento o experiencia personal, sino por el tiempo invertido en la palabra de Dios y en la oración.

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”. (Santiago 1:5–7)

La capacidad de conocer a Dios y discernir su voluntad se obtiene a través de la…

     Salvación

Las cosas espirituales se disciernen solamente a través de la morada del Espíritu de Cristo en nosotros. Si hemos confiado en Cristo como nuestro Señor y Salvador y hemos iniciado una relación personal con él, hemos cumplido el requisito para conocer la “mente de Cristo”.

“En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”. (1 Corintios 2:15–16)

     Palabra de Dios

Al estudiar la Biblia, aprendemos cómo obra Dios en su pueblo. Cuando comprendemos los principios de Dios tenemos la base para conocer cómo trabaja en nuestras vidas el día de hoy.

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su loor permanece para siempre”. (Salmos 111:10)

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. (1 Corintios 10:11)

     Circunstancias

¿Se ha estado enfocando en buscar la voluntad de Dios para su futuro? Más bien, céntrese en el propósito divino para su situación actual y confíe su futuro en sus manos. Dios siempre tiene una voluntad personal para cada uno y su responsabilidad es ajustarse a lo que él está haciendo ahora.

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. (Mateo 6:33–34)

     Sumisión

¿Está sometiéndose a lo que Dios quiere hacer en su vida hoy? Pida al Señor que sea como barro en manos del alfarero, permitiendo que él lo moldee y le dé la forma de un instrumento escogido.

“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel”. (Jeremías 18:6)

     Actitud de servicio

¿Ha entregado al Señor el título de propiedad de su vida? Cuando su corazón está dispuesto a servir al Señor sin importar el costo, él revelará su plan para su vida.

“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” (Mateo 6:24–25)

E. Descubra la dirección del Espíritu

Cuando usted experimenta la salvación auténtica, reconoce su pecado de haber vivido separado de Dios y acepta la muerte de Cristo en pago por sus transgresiones, Dios envía al Espíritu Santo a morar en usted. Él lo guiará a toda verdad e inspirará a vivir conforme al propósito divino.

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”. (Juan 16:13)

     El alma está compuesta de mente, voluntad y emociones. Cuando el Espíritu Santo entra en su alma,

—Él enseña a su mente cómo pensar.

—Él dirige su voluntad para actuar.

—Él guía sus emociones en la dirección correcta (lo que le agrada a él).

El Alma

     Cuando enfrenta una decisión o una fecha límite, dígale a Dios que usted quiere hacer lo que él le indique.

—Pídale que cierre todas las puertas u oportunidades que no están dentro de su voluntad.

—Pídale que redarguya a su corazón si está tomando la decisión incorrecta.

“Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. (1 Corintios 2:9–10)

F.  No caiga en los “noes” de la toma de decisiones

Para determinar la voluntad de Dios no se apoye en lo que considera normal. Lo que es normal para nosotros puede provenir de nuestra naturaleza pecaminosa o de “la carne”. Ambas operan muy lejos del Espíritu de Dios. ¿Cómo saber si lo que usted cree que debe hacer refleja la voluntad de Dios, o sólo sus deseos naturales?

“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”. (Gálatas 5:17)

No espere a que todas las demás opciones fallen antes de buscar la voluntad de Dios.

“Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová”. (1 Reyes 22:5)

No busque un plan; busque a la persona que revela el plan.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. (Proverbios 3:5–6)

No ore pidiendo permiso para hacer algo que Dios prohíbe.

“Juré y ratifiqué que guardaré tus justos juicios”. (Salmos 119:106)

No tome decisiones basadas en los sentimientos.

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. (Proverbios 4:23)

No piense que la voluntad de Dios es demasiado difícil para cumplirla.

“Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”. (1 Juan 5:3)

No divida la lealtad que le debe a Dios dejando que el interés económico defina la decisión.

“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. (Mateo 6:24)

No pruebe a Dios buscando señales visibles.

“No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah”. (Deuteronomio 6:16)

No piense que las pruebas y la adversidad indican que usted está fuera de la voluntad de Dios.

“De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien”. (1 Pedro 4:19)

G. Descubra la dirección de Dios

A menudo confiamos en nuestros propios instintos para tomar decisiones. Cuando viene una crisis, nos desconcertamos porque no entendemos la forma en que Dios nos guía. Confíe en que Dios forma parte esencial de cada aspecto de su vida, y aprenda a escuchar y aplicar lo que él le indica.

“Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo”. (Proverbios 1:5)

Dirección

Dones

Descubra y use los dones espirituales, talentos y habilidades que Dios le ha dado para servir a otros.

     Discierna su dirección a través de las oportunidades de desarrollo que él le permite.

     Reflexione en lo que realmente le gusta hacer.

     Anote sus logros pasados que le han causado alegría.

     Reconozca sus debilidades.

     Pida a un amigo que evalúe sus fortalezas.

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”. (1 Pedro 4:10)

Inteligencia

Aparte un tiempo para pensar y analizar el área específica en que debe tomar una decisión y todo lo que ésta incluye.

     ¿Conozco todos los hechos?

     ¿Estoy consciente de las consecuencias de mi decisión?

     ¿Hay una fecha límite para tomar la decisión?

     ¿Estoy tomando esta decisión basado en la culpabilidad que siento?

“La necedad es alegría al falto de entendimiento; mas el hombre entendido endereza sus pasos”. (Proverbios 15:21)

Requisitos y Circunstancias

Dios no abre todas las puertas al mismo tiempo, pero las puertas cerradas pueden ayudarnos a decidir el camino, cuando menos por hoy.

     Es bueno considerar las circunstancias, pero ellas no definen la respuesta correcta.

     Aprenda a ver más allá de las circunstancias y céntrese en lo que Dios quiere lograr en su vida.

     Cuando tenga dudas acerca de una puerta “abierta”, ore para que Dios la cierre si no es su voluntad para usted.

“El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos”. (Proverbios 16:9)

Eliminación

Aunque todas las opciones pueden ser lícitas, no todas son las mejores.

     Elimine una por una las opciones que tenga disponibles.

     Elimine las alternativas que lo lleven a caer en tentación. (No vaya de compras si usted fácilmente es tentado a gastar de más).

     Elimine las opciones en que no podrá utilizar bien el tiempo. (No se ponga a organizar un cajón cuando se haya vencido el plazo de un asunto pendiente).

     Elimine las opciones que requieren habilidades que usted no tiene.

“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”. (1 Corintios 10:23)

Convicción

El Espíritu de Dios trae convicción o establece su verdad en nuestro corazón en forma indubitable de tal modo, que tenemos una convicción espiritual profunda con respecto a un asunto.

     Estudie la Biblia con interés para conocer el corazón de Dios.

     Ore: “Señor, quiero ver mi pecado como tu lo ves. Quiero odiar mi pecado como tú lo odias”.

     Aprópiese de pasajes específicos que le den fortaleza en medio de sus debilidades. Decida creerlos y agradecer por ellos.

“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón”. (Salmos 37:4)

Consejo

Con frecuencia, Dios nos habla por medio de otros. Nuestra sabiduría aumenta cuando escuchamos el consejo de las personas que están…

     Cimentadas en la palabra de Dios

     Madurando en sabiduría espiritual

     Viviendo en victoria después de haber superado circunstancias similares a las suyas

“Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez”. (Proverbios 19:20)

Interés

Cuando usted busca agradar al Señor en todas las áreas de su vida, le interesa cumplir los deseos divinos con todo su corazón. Cuando esto ocurre, cada vez es más fácil reconocer la voluntad del Señor.

     Pida a Dios que le hable acerca del asunto.

     Considere pasar un tiempo en ayuno si Dios se lo indica.

     Invierta tiempo en reflexión silenciosa y meditación.

     Pida a Dios que confirme su convicción a través de otra fuente.

“Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseña mi conciencia”. (Salmos 16:7)

Obediencia

La Biblia insiste en que la obediencia es indispensable para el creyente. Si obedecemos a Dios en todo, él nos mostrará su voluntad.

“¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”. (1 Samuel 15:22)

Necesidad

Evalúe las responsabilidades que Dios le ha dado y elija sus acciones en concordancia con ellas. Por ejemplo:

     Aceptar ocupaciones que le impidan estar con sus hijos pequeños por largos períodos de tiempo. Esta no es la voluntad de Dios para usted.

     Mudarse de ciudad teniendo padres ancianos, está fuera de los deseos de Dios.

     Tomar vacaciones cuando su patrón lo necesita, es contrario al principio bíblico de sumisión a los que tienen autoridad sobre usted.

“Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”. (Santiago 4:17)

Pregunta: “¿Puede Dios revelarnos su voluntad a través de sueños?”

Respuesta: La Biblia no dice que Dios no pueda usar los sueños para comunicarnos su voluntad. En contadas ocasiones en el Antiguo Testamento Dios usó sueños para revelar su voluntad.

Faraón tuvo un sueño profético que José interpretó con exactitud.

El Rey Nabucodonosor tuvo un sueño profético que Daniel interpretó con exactitud.

En la actualidad muchas personas afirman que después del día de Pentecostés cuando el Espíritu llegó a morar en los creyentes, ya no hay validez para los sueños como medio de revelación y que el Espíritu Santo revelaría todo lo que los creyentes necesitan saber. Sin embargo, el Nuevo Testamento dice que “en los postreros días” Dios usará sueños y visiones para revelar su voluntad.

Así que, ¿debemos confiar totalmente en nuestros sueños como el medio de revelación de parte del Señor? Pregúntese: “¿Todos sus sueños se han hecho realidad?” Por supuesto que no. Así que sus sueños no son válidos como el único medio de revelación. Pida al Señor una confirmación adicional para saber si él le está guiando por medio de ese sueño. En última instancia, Dios puede usar cualquier medio para revelarle su voluntad.

“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos so-ñarán sueños”. (Hechos 2:17)

H. Dios promete guiarnos

Cuando tenemos que tomar una decisión, busquemos en la palabra de Dios para que nos guíe.

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”

(Salmos 119:105)

 

     Salmos 32:8

 

“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”.

 

     Isaías 42:16

 

“Y guiaré a los ciegos por camino que no sabían, les haré andar por sendas que no habían conocido; delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz, y lo escabroso en llanura. Estas cosas les haré, y no los desampararé”.

 

     Salmos 37:23

 

“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino”.

 

     Proverbios 16:9

 

“El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos”.

 

     Proverbios 3:5–6

 

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”.

 

     Isaías 58:11

 

“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”.

 

     Salmos 37:5–6

 

“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía”.

 

     Salmos 139:9–10

 

“Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra”.

 

     Salmos 73:24

 

“Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria”.

 

     Salmos 48:14

 

“Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; él nos guiará aun más allá de la muerte”.

 

     Juan 16:13

 

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad”. Porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”.

 

     Juan 8:12

 

“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.

 

Pregunta: “¿Qué debo hacer cuando alguien me dice: “El Señor me dijo que te dijera lo siguiente” pero no estoy tranquilo con el mensaje o el mensajero?”

Respuesta: Dios puede darle un mensaje a otra persona con respecto a usted. Sin embargo, ya que Jesús es el Príncipe de Paz y uno de los aspectos del “fruto del Espíritu” es la paz (Gálatas 5:22), si no tiene paz con respecto al mensaje, algo está mal.

No tome acción por la “palabra de Dios” expresada por un autoproclamado “mensajero de Dios” a menos que experimente la paz de Dios.

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe”. (Gálatas 5:22)

I.  Cuando el tiempo se termina y usted todavía no sabe qué hacer

Si usted tiene que tomar una decisión y no está seguro aunque ha orado pidiendo que se haga la voluntad de Dios, ore de la siguiente manera…

“Señor, tú lo sabes todo,

conoces la decisión antes que yo y la dirección que debo seguir.

Yo sólo quiero hacer tu voluntad, pero no tengo más tiempo. Por tanto, escogeré… (escoja una de las opciones). Si esta decisión no es correcta a tus ojos, pido a tu Santo Espíritu que traiga convicción a mi corazón. Si es la dirección correcta, por favor confírmala dándome tu paz. Estoy dispuesto a hacer los cambios necesarios que pongas en mi camino para llegar al destino que tienes para mí. En el nombre de Cristo te pido todo esto. Amén”.

“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”. (Salmos 40:8)

Dios no juega a las escondidas con nosotros. Cuanto más nos acercamos a su corazón, más claramente vemos y conocemos su voluntad Aunque él nos esconde el resto del futuro, nos revela su voluntad día con día y desenrolla su pergamino línea por línea.

—June Hunt

c

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK Más información | Y más | Aquí también