ALCOHOLISMO Y DROGADICCIÓN: Como reconstruir su vida.


Alcoholismo y drogadicción

Cómo reconstruir su vida después de haber tocado fondo

por June Hunt


Fue el héroe deportivo de todos los tiempos en Estados Unidos. Algunos dicen que fue el jugador de béisbol más grande que jamás haya existido. Mickey Mantle parecía tenerlo todo; fama, fortuna y millones de fanáticos. El mismo día que se graduó de bachillerato en el año 1950 firmó un contrato con el mundialmente famoso equipo de los Yankees de Nueva York. Con ello comenzó su camino hacia el estrellato. Las estadísticas demuestran su posición como superestrella: logró 536 jonrones, recibió tres premios al jugador más valioso; ostenta un promedio de bateo de .298; ganó siete campeonatos mundiales y la corona triple de béisbol. Todo ello significa que fue líder de las ligas mayores en tres categorías que son: promedio más alto de bateo, la cantidad más grande de jonrones y la mayoría de sus bateos lograron una carrera.

Sin embargo, Mickey también vivió en extravagancia bebiendo demasiado alcohol, y cayó presa de varias adicciones. Cuando se le diagnosticó cáncer de hígado, se hizo evidente que tantos años de bebida sin control habían acentuado el daño. A pesar de que el tratamiento al que fue sometido por alcoholismo tuvo éxito, el daño en su cuerpo fue irreversible y murió con rapidez. En la última “entrada” de su vida, Mickey habló frente a los micrófonos en una conferencia de prensa, se señaló a sí mismo y quiso que el mundo supiera que él no había sido un modelo digno de imitar y dijo: “No sean como yo.”

¿Qué llevó a ese gran jugador de béisbol de la adoración de sus seguidores a la adicción? ¿Por qué millones de personas cada año siguen el mismo camino a la destrucción? La Biblia nos da la respuesta:

“Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte”

(Proverbios 16:25)

I. Definiciones

A. ¿Qué es una droga?

Es una sustancia química que se introduce al cuerpo y que provoca cambios físicos, emocionales o mentales. Algunas drogas son de gran ayuda para el ser humano, pero otras son de gran perjuicio.

Las tres formas principales del uso de las drogas son…

ingestión— tomar píldoras, polvos o líquidos

inhalación— inhalar polvos, humo y otros productos

inyección— insertar la sustancia directamente en la corriente sanguínea, lo cual produce un efecto más directo, o se inyecta la droga debajo de la piel (lo cual se llama “levantar la piel”) haciendo que la droga se absorba lentamente en el torrente sanguíneo

Las tres maneras de obtener las drogas son…

• en las tiendas (incluyendo el alcohol)

• receta médica (las que solamente un doctor puede prescribir)

• ilegalmente (la legalidad de una droga varía de un país a otro)

Pregunta: “¿Es posible consumir drogas y alcohol sin volverse adicto?”

Respuesta: Sí. Cada droga es diferente, así como la constitución física de cada persona es diferente. Algunas personas se hacen adictas después de probar una pequeña cantidad de alguna substancia; otros consumen mayores cantidades de droga antes de volverse dependientes de ella. Usar drogas innecesariamente es correr un riesgo demasiado alto, pues puede provocar la adicción. El uso y abuso de una substancia es como jugar a la ruleta rusa, puede costarle la vida.

Los creyentes convencidos saben que sus cuerpos no les pertenecen y por eso no abusan de ellos en manera alguna, el cuerpo le pertenece a Dios.

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:19–20).

B. ¿Qué es el abuso de sustancias?

El uso y abuso de una substancia es utilizar algún químico de manera legal o ilegal, al punto de provocar en la persona un daño físico, mental o emocional.

Existen cinco tipos de consumidores de substancias.

• El consumidor experimental es el que ingiere la droga por curiosidad.

• El consumidor ocasional que usa la droga en ocasiones especiales (como fiestas o celebraciones).

• El consumidor regular es el que de manera constante consume drogas y trata de vivir un estilo de vida normal.

• El consumidor abusivo es el que consume drogas de manera descontrolada por un período de tiempo corto y luego se abstiene hasta el siguiente episodio.

• El consumidor dependiente es la persona que depende emocional y físicamente de las drogas, y cuya vida se centra en conseguirlas. A ésta persona se le puede llamar fármaco dependiente. Sin importar de qué substancia se trate, la Biblia describe el patrón compulsivo de la fármaco dependencia.

Pregunta: “Tengo amigos que beben demasiado alcohol, a veces en exceso y quieren que los acompañe a sus reuniones. ¿Está bien que vaya con ellos, aunque yo no beba?”

Respuesta: Hay un viejo refrán que dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres” o como establece la Biblia:

“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33).

No es sabio salir con ese tipo de amigos. La Biblia dice claramente:

“No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne”. (Proverbios 23:20)

C. ¿Cuáles son las cuatro clasificaciones más importantes de las drogas?

En general, las drogas se clasifican en cuatro grupos principales según el efecto que tienen sobre el cuerpo humano.

#1. Depresivos son drogas que producen un efecto calmante que tranquilizan el sistema nervioso central.

Los tipos más comunes son… alcohol, sedantes (píldoras para dormir), tranquilizantes (valium), barbitúricos (“depresores”) y solventes orgánicos (pegamento, gasolina y aerosoles).

Los síntomas sicológicos son… falta de concentración, razonamiento distorsionado, incoherencia y agresividad.

Los efectos físicos son… mareo, falta de claridad al hablar, falta de coordinación, temblor corporal, poca energía, estado de coma, visión borrosa, disminución del pulso y de la presión arterial, dificultad respiratoria y muerte.

La Biblia dice…

“Pero también éstos erraron con el vino, y con sidra se entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio”.

(Isaías 28:7)

#2. Los estimulantes son drogas que excitan las funciones corporales y aceleran el sistema nervioso central.

Los más comunes son… cocaína, crack y anfetaminas (“aceleradores” o “elevadores”).

Los síntomas sicológicos son… excitación, incremento de energía, auto confianza exagerada, impulsos sexuales elevados, excitación temporal, irritabilidad, sentimientos de aprensión e intensificación de todas las emociones.

Los síntomas físicos son… hiperactividad, intranquilidad, insomnio, pérdida del apetito, resequedad de la boca, mal aliento, comezón en la nariz, dilatación de las pupilas, palabras aceleradas y confusas, sudoración, dolores de cabeza, mareos, presión sanguínea elevada, pulso acelerado, psicosis y muerte.

El libro de Proverbios describe a quienes andan neciamente, y que son víctimas de su propia imprudencia. Son parecidos a los que ingieren estimulantes…

“Por tanto, su calamidad vendrá de repente; súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio”

(Proverbios 6:15)

#3 Los alucinógenos son drogas que alteran y distorsionan la realidad.

Los tipos más comunes son… LSD, marihuana, PCP (“polvo de ángel”) y mezcalina.

Los síntomas sicológicos son… alucinaciones, hipersensibilidad, ataques de ansiedad, desinhibición y experiencias extra corporales.

Los efectos físicos varían de una droga a otra… El LSD actúa como estimulante; la marihuana actúa como depresivo (las reacciones difieren de una persona a otra); somnolencia, pérdida del apetito, incremento de energía, aceleración del pulso y de la presión arterial, mirada al vacío o movimientos rápidos e involuntarios de los ojos, habla confusa o tartamudeante, mayor incidencia de accidentes y violencia, desorientación y muerte.

Aunque la Biblia no menciona de manera directa los alucinógenos, sí habla de los efectos alucinantes del alcohol, que produce temor y preocupación.

“Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio del mar, o como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; me azotaron, mas no lo sentí; cuando despertare, aún lo volveré a buscar”.

(Proverbios 23:33–35)

#4 Los narcóticos son drogas que disminuyen el dolor y levantan el ánimo de la persona.

Los tipos más comunes son… opio, morfina, codeína, heroína, metadona y meperidina.

Los síntomas sicológicos son… euforia temporal, sentidos afectados, letargo y confusión.

Los efectos físicos son… alivio del dolor, párpados caídos, contracción de las pupilas, reacciones lentas y disminución de la motricidad, mareo, falta de coordinación, reflejos lentos, boca seca, estreñimiento, cicatrices o abscesos en los lugares en que se inyecta, y muerte.

Cuando sienta dolor, en lugar de recurrir a las drogas, acuda al Señor, dependa de él y busque su dirección para que él alivie su dolor.

“Mas a mí, afligido y miserable, tu salvación, oh Dios, me ponga en alto”.

(Salmo 69:29)

D. ¿Qué es la espiral descendente de la dependencia?

Se puede comenzar pensando que una droga es útil, pero es como sostener un “tigre por la cola”. Inevitablemente se volverá en su contra. No se deje engañar: la droga que es útil el día de hoy se convertirá en su amo el día de mañana.

“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”.

(Romanos 6:12)

La intoxicación ocurre cuando la influencia de una substancia provoca cambios en el cuerpo, el carácter, conducta errática, habla confusa, falta de coordinación, locomoción inestable, conducta sexual inapropiada, conducta agresiva e incapacidad de funcionar en la sociedad. La intoxicación puede provocar una condición comatosa o aun la muerte.

El diccionario médico Dorland define la intoxicación como, “envenenamiento; el estado de estar envenenado”.

—Es interesante que Moisés haya hablado de los israelitas infieles en los siguientes términos:

“Las uvas de ellos son uvas ponzoñosas…eneno de serpientes es su vino, y ponzoña cruel de áspides”.

(Deuteronomio 32:32–33)

El abuso de las drogas ocurre cuando por el consumo de ellas se deja de cumplir con las responsabilidades, se deterioran las relaciones interpersonales, o se pone en riesgo la vida o la de los demás.

La adicción se da cuando se experimentan estos tres indicadores principales:

Tolerancia hacia las drogas. Cada vez necesita más cantidad para obtener el mismo efecto.

Dependencia física. Sufre los síntomas del rebote como náuseas, sudoración, temblores y ansiedad.

Avidez. Se desarrolla un patrón de uso compulsivo de las drogas.

Otros indicadores comunes son los siguientes:

— Fracaso en los intentos de controlar o disminuir el uso y abuso de las drogas.

—Invertir más tiempo en actividades para obtener, usar y recuperarse de los efectos de las substancias.

—Reducción o abandono de sus actividades sociales, de trabajo o recreativas.

—Uso continuo de la substancia a pesar de los problemas físicos y sicológicos recurrentes.

El retraimiento sucede cuando la reducción del consumo de la droga o la falta de ella, afecta gravemente la vida diaria. La Biblia describe un tiempo de ansiedad cuando…

“No beberán vino con cantar… Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra”.

(Isaías 24:9, 11)

Pregunta: “¿Cómo se me puede hacer responsable de la drogadicción si la mayoría de las drogas son adictivas y provocan fármaco dependencia?”

Respuesta: Su dependencia de las drogas es provocada por su decisión de usarlas y por la droga misma. La intoxicación resulta de la constitución de la droga que utiliza y por la forma en que ésta se metaboliza en su cuerpo. La única manera de evitar caer en la adicción es tomar la decisión de dejarla.

“Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino”.

(1 Samuel 1:14)

E. ¿Qué es codependencia?

La codependencia es un concepto que con frecuencia se asocia con la fármaco dependencia y las relaciones disfuncionales que provocan el uso y abuso de drogas.

• La palabra codependiente se usó por primera vez en los años setentas para describir a la persona que vivía con alguien que dependía del alcohol, es decir, un alcohólico. El prefijo co significa “con” o “una persona relacionada con la acción de otra”. La persona codependiente o “facilitadora” permite que el alcohólico continúe con su adicción porque no lo abandona ni le pone límites.

• La palabra codependencia llegó a describir el comportamiento disfuncional de los miembros de la familia que buscan adaptarse al comportamiento negativo del alcohólico. La dinámica de la codependencia es similar a tener un elefante en la sala de la casa sin que nadie hable de ello. Todos tratan de evadirlo para que el paquidermo provoque la menor molestia posible.

• La codependencia es una adicción relacional. Así como el alcohólico es dependiente de la bebida, el codependiente depende demasiado de su relación con el adicto.

• Hoy en día la palabra codependencia se refiere a cualquier persona que depende de otra al punto de qué ésta la controla o manipula.

Pregunta: “¿Cómo puede saber si soy un facilitador?”

Respuesta: Usted es un facilitador si perpetúa el uso y abuso de una sustancia en otra persona al protegerla de las consecuencias dolorosas que podrían servirle de motivación para cambiar si las experimenta. Por ejemplo, un padre pasivo que permite que su hija continúe ingiriendo drogas en detrimento de los demás miembros de la familia. O una esposa codependiente que llama al jefe de su marido para decirle que éste tiene gripe y que no se presentará a trabajar, cuando en realidad está pasando la cruda. Pregúntese a sí mismo, “¿Cuántas mentiras he dicho para proteger la reputación de mi ser querido?” La Biblia habla fuertemente contra las personas que encubren al culpable.

“El que dijere al malo: Justo eres, los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones”

(Proverbios 24:24).

II. Características Del Abuso De Sustancias Químicas

Cuando los fanáticos de Mickey Mantle lo vieron jugar con tal destreza y fuerza, quedaron asombrados. Pero, ¿cómo podía un espectador común y corriente detectar los síntomas de alcoholismo? Imposible, pero su familia sí.

Los hijos de Mickey hablaron de su creciente desatención de la familia cuando aún eran pequeños. Se tornó cada vez más deprimido e irritable. Cuando los Yankees perdían un juego o Mickey salía ponchado, los niños sabían que debían dejar a su padre a solas. Toda la familia caminaba en la cuerda floja, con la esperanza de evitar el inevitable abuso verbal del padre. No sólo Mickey negaba su problema de alcoholismo, su esposa también minimizaba el problema.

Mantle ofrecía toda clase de excusas cuando desatendía sus responsabilidades. Con mucha frecuencia fallaba porque tenía citas con otras mujeres. Su incremento del uso del alcohol era su intento desesperado de elevar su auto estima. El alcohol se fue haciendo cada vez más indispensable para que él pudiera funcionar durante el día, y cada vez lo necesitaba más para dormir de noche.

Un terapeuta comentó en una ocasión: “Mickey está totalmente controlado por el miedo. Está aterrado por todo”. El mismo Mickey dijo: “Estoy avergonzado por lo que hacía cuando estaba ebrio: las palabras soeces, la rudeza, tener que enfrentar a personas al día siguiente a quienes no recordaba haber insultado la noche anterior…” Con razón tenía tanto miedo.

Mickey es un ejemplo de la segunda parte de este versículo,

“Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan”. (I Tesalonicenses 5:7)

A. Cuáles son las señales que avisan del consumo de sustancias químicas?

La vida de Mickey Mantle mostró algunos síntomas típicos de las adicciones, pero en ocasiones también nosotros podemos sentirnos deprimidos o ser menos atentos hacia nuestras familias. Así que, ¿cuándo es que algunas señales pueden convertirse en mensajes de alerta? Para un consumidor de substancias químicas habrá una variedad de síntomas en las siguientes cuatro categorías: emocional, física, conductual y espiritual.

Emocional

• cambios impredecibles de carácter

• depresión

• temor al rechazo

• frustración por cosas pequeñas

• culpabilidad

• vergüenza

• ira

• ansiedad

Jesús nos advirtió que enfrentaríamos pruebas difíciles en la vida.

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”.

(Lucas 21:34)

Física

• salud precaria

• manos temblorosas

• sudoración nocturna

• ojos con venas dilatadas

• pérdida de deseo sexual

• aparenta más edad

• aumento de peso

• complexión no saludable

“¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura”.

(Proverbios 23:29–30)

Conductual

• ocultamiento

pretende ocultar su conducta

• exclusividad

se relaciona sólo con otros adictos

• compulsión

responde como si el uso de la droga fuera indispensable

• actúa a la defensiva

culpa a los demás

• negación

negarse a admitir que existe un problema

• deshonestidad

engañar a los demás acerca del gasto excesivo de dinero

• debilidad/agresividad

ser demasiado débil para detenerse/ser demasiado terco para recibir ayuda

• rebeldía

actúa con irresponsabilidad

La Biblia describe al alcohólico indulgente con las siguientes características:

“Y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho”.

(Deuteronomio 21:20)

Espiritual

• se siente abandonado por Dios

• se retira de la vida de la Iglesia

• convicción del Espíritu Santo

• temor del castigo de Dios

• vida de oración raquítica

• aversión a las Escrituras

• falta de gozo

• corazón endurecido

El Señor describe a quienes deciden darle la espalda y van en busca de “vino nuevo”.

“Y no clamaron a mí con su corazón cuando gritaban sobre sus camas; para el trigo y el mosto se congregaron, se rebelaron contra mí”.

(Oseas 7:14)

Pregunta: “¿Qué información objetiva puedo darle a mi adolescente para que rechace el alcohol y las drogas?”

Respuesta: El informe de la Administración de servicios de salud mental y de consumo de substancias químicas del año 2000 estableció que los jóvenes que beben alcohol o usan drogas son más propensos a suicidarse que los que no lo hacen.

Total (de los que consumen y los que no):

• 9.4% de los jóvenes de 12 a 13 años de edad corren el riesgo de suicidarse.

• 13.7% de los jóvenes de 14 a 17 años de edad corren el riesgo de suicidarse.

Si beben alcohol:

• El 19.6% de jóvenes que beben alcohol son propensos al suicidio.

Si utilizan otras drogas:

• El 25.4% de los jóvenes que utilizan drogas ilícitas (incluyendo marihuana) son propensos al suicidio.

• El 29.4% de jóvenes que usan cualquier droga ilícita excepto la marihuana, corren el riesgo de suicidarse.

Esté alerta de lo que dice la Biblia:

“La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores serán atrapados en su pecado”.

(Proverbios 11:6)

B. Lista de comprobación para descubrir dependencia de sustancias químicas

Si Mickey Mantle—o su familia y amigos—hubieran examinado su patrón de conducta a la luz de la siguiente lista, su adicción al alcohol podría haberse detectado claramente mucho antes de que saliera a la luz.

F ¿Finjo para ocultar mi hábito ante los demás?

A ¿He pedido ayuda para salir de este hábito?

R ¿Tengo problemas en mi trabajo y recibo las consecuencias por mi hábito?

M ¿He experimentado pérdida de memoria por causa de mi hábito?

A ¿Alguna vez me he intoxicado al punto de accidentarme de gravedad?

C ¿Siento que me critican injustamente por mi hábito?

O ¿He sentido que este hábito es odioso y anormal?

/ ¿He perdido o adquirido nuevas amistades como resultado de mi hábito?

D ¿Alguna vez he disminuido la dosis que ingiero pero luego vuelvo al mismo nivel de consumo?

E ¿He descuidado a mis seres estimados como mis hijos familiares por mi mal hábito?

P ¿Me he vuelto pleitista, estoy a la defensiva o discuto mucho acerca de mi uso de drogas?

E ¿He fallado en controlar y entender mis emociones por causa del uso de las drogas?

N ¿Se he visto afectado negativamente mi cuerpo por el consumo de esta substancia?

D ¿Disfruto sólo de las reuniones en que puedo conseguir alcohol u otras drogas?

I ¿La necesidad de ingerir la sustancia está afectando mi economía?

E ¿Niego que experimento consecuencias negativas por causa de este mal hábito?

N ¿Trato de no enfrentar situaciones difíciles entregándome a mi hábito?

T ¿Está afectando mis relaciones interpersonales la terquedad de alimentar mi hábito?

E ¿Está llegando a niveles excesivos mi tolerancia de la sustancia?

Si respondió afirmativamente a cinco o más de las preguntas anteriores, podría estar experimentando un grave problema de dependencia de las drogas.

Si Mickey hubiera reconocido su problema de alcoholismo y recibido el tratamiento adecuado a tiempo, su título de héroe para miles de jóvenes y de campeón de béisbol no hubiera desaparecido con los años que pasó sumido en el alcoholismo.

“¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida!”

(Isaías 5:22)

Pregunta: “Si yo soy un bebedor compulsivo o un drogadicto consumado, ¿puedo cambiar y dejarlo para siempre?”

Respuesta: Todos los malos hábitos, conductas compulsivas y adicciones son muy persistentes y por lo tanto, son muy difíciles de erradicar, pero no imposible. La repetición de una conducta altera el cerebro, lo cual hace que sea más difícil cambiarla. Sin embargo, sí se pueden aprender nuevos patrones de conducta. Si usted es un verdadero creyente, cuenta con la palabra de Dios para cambiar su manera de pensar, cuenta con la iglesia que tiene grupos especializados de apoyo para ayudarle en su cambio de vida y con el Espíritu Santo para darle la fuerza interior para dejar un mal hábito.

“Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13)

C. ¿Cómo saber si alguien es adicto a las drogas?

Si usted observa el 50 por ciento o más de las siguientes señales que avisan que una persona está usando drogas, es posible que su familiar ya esté involucrado en algún tipo de adicción a sustancias por lo regular, con sus amigos. Ore para que Dios le dé sabiduría para reconocer si su hijo está en peligro, y dígale:

“Y sabed que vuestro pecado os alcanzará”.

(Números 32:23)

Escuela

• descenso en sus calificaciones

• mareos o somnolencia durante las clases

• impuntualidad, falta a clases, no entra a clases

• falsifica la firma de los padres en permisos por escrito

• desobediencia a las reglas y a la ley

• suspensiones en la escuela, sugiere cambiar de plantel

• se reduce su tiempo de atención, no se puede concentrar

• tiene nuevos amigos en la escuela o fuera de ella

• deja actividades extra curriculares que antes le encantaban

Personal

• malhumorado, irritable

• agitado, enojado, hostil

• pérdida de la memoria temporal o definitivamente

• desmotivado, aletargado, indisciplinado

• cambio de apariencia personal, de postura, o excesivamente acicalado

• cambios en su apetito, come más pero pierde peso paulatinamente

• se ve enfermo, ojos rojizos, pupilas dilatadas, tos persistente

• con frecuencia experimenta infecciones respiratorias y en la piel

• promiscuidad sexual, ciclos menstruales irregulares

Hogar

• retraído, indiferente

• discutidor, irrespetuoso, grosero

• usa lenguaje obsceno o profano

• muy callado o defensivo de sus nuevos amigos

• roba dinero o cosas valiosas de la casa

• utiliza aromatizantes para cubrir el olor de las drogas

• decora su cuarto con afiches de grupos de rock o temas relacionados con las drogas

• colecciona pipas, pequeños recipientes, papel de cigarro u otros elementos relacionados con las drogas

• deja colillas de cigarro con un olor extraño, semillas y hojas en los ceniceros o en las bolsas de sus pantalones

La Biblia da una advertencia general a los jóvenes que viven neciamente.

“El morirá por falta de corrección, y errará por lo inmenso de su locura”

(Proverbios 5:23)

Pregunta: “¿Qué debo hacer? Recientemente mi hija adolescente me hizo jurarle que no le diría nadie que mi yerno le había ofrecido consumir drogas ilegales. Ella las rechazó, pero sigue firme en que no quiere que yo diga nada porque no quiere ‘provocar ningún problema’ ”.

Respuesta: ¡Usted ya tiene un problema! En este mismo momento usted debe considerar lo que es mejor para su hija. Ella debería ser protegida por sus familiares, no ser blanco de la tentación de ellos. Dígale que usted no siente la paz de Dios al ocultar ese secreto porque la conducta de su yerno ha roto el lazo familiar. Dígale que usted debe confrontarlo porque en vez de quebrantar los límites de la familia, él debe respetarlos. Explíquele que al confrontarlo con la verdad podría abrirle los ojos a él y salvar su vida.

“El testigo verdadero libra las almas” (Proverbios 14:25)

III. Causas Que Provocan La Fármaco-Dependencia

El gran beisbolista Mickey Mantle, que fue alabado y a la vez denostado, dijo una vez: “El béisbol no me convirtió en bebedor. Bebía porque pensé que me estaba divirtiendo. Era parte de la camaradería, era una cuestión de unidad masculina”.

Hay un sinnúmero de causas por las que una persona se vuelve alcohólica, pero ¿cuáles fueron las que llevarían al bateador más grande del béisbol (que bateaba con la mano derecha o la izquierda) se volviera adicto al alcohol? El padre de Mickey murió de la enfermedad de Hodgkin a la temprana edad de cuarenta años, y otros tres de sus familiares murieron de la misma enfermedad antes de llegar a los cuarenta años. Por esa razón, Mickey pensaba que moriría joven, y el temor a la muerte lo motivó a “festejar” con ímpetu mientras todavía era joven.

Mickey también habló acerca de la facilidad de conseguir y beber alcohol en el mundo del deporte. Sus fanáticos le enviaban tragos a su mesa; los administradores de los hoteles le enviaban botellas de vino de cortesía a su habitación. La bebida le ayudaba a compensar el aburrimiento durante los momentos de espera, como cuando viajaba en avión y se quedaba varios días en los hoteles. El dijo: “En aquellos días, una de las medidas para demostrar que eras un hombre de verdad era beber más y más”.

Él no sabía en realidad que esa “medida de hombría” iba a envenenar su cuerpo y finalmente sería la causa de su muerte. No sabía la advertencia de la palabra de Dios que dice:

“No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; mas al fin como serpiente Morderá, y como áspid dará dolor”

(Proverbios 23:31–32)

A. ¿Cómo se desarrolla la fármaco-dependencia?

La gente no comienza la vida siendo dependiente de las substancias químicas, ellos se hacen dependientes a través de la repetición, es decir, utilizando frecuentemente algo para satisfacer una necesidad o deseo.

Aunque el abuso sexual infantil y mojar la cama de manera crónica formaron parte de su pasado, la adicción de Mickey Mantle se desarrolló después de la muerte de su padre, porque comenzó a beber para poder enfrentar la depresión, culpabilidad y temor.

Una vez que se establece el uso de la droga, se desarrolla un ciclo que es común entre los adictos. Es un círculo vicioso que atrapa y esclaviza… pero también es un ciclo que ¡puede romperse!

• Dolor por el pasado (provocación)

“Aun en la risa tendrá dolor el corazón; y el término de la alegría es congoja”. (Proverbios 14:13)

Drogas que afectan el carácter

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12)

Adicción

“Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte” (Romanos 6:20–21).

Transgresión de los valores

“El labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua mentirosa sólo por un momento” (Proverbios 12:19).

Culpabilidad

“Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga pesada se han agravado sobre mí” (Salmo 38:4).

Vergüenza

“Cada día mi vergüenza está delante de mí, y la confusión de mi rostro me cubre” (Salmo 44:15).

Pregunta: “¿Hay alguna información objetiva además de la Biblia y la ética cultural que apoye el abstencionismo del alcohol?”

Respuesta: Sí. Aunque las cifras pueden cambiar año con año, las siguientes estadísticas del año 1993 en los Estados Unidos de América son bastante impresionantes.

• 25% de las familias norteamericanas tiene problemas por causa del alcohol.

• 33% de los fracasos matrimoniales se deben al uso del alcohol.

• 25–40% de la gente que recibe atención hospitalaria lo hacen como resultado de su consumo de alcohol.

• 1% de las muertes en accidentes de tránsito se relacionan con el consumo de alcohol (Departamento de Transporte de los Estados Unidos -USDOT por sus siglas en inglés-).

• 50–67% de todos los asesinatos y delitos graves involucran el uso de alcohol.

• Si usted está tratando de dejar de beber, considere la lectura del siguiente pasaje cada día para fortalecer su decisión y para reforzar su deseo.

“El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra no es sabio”

(Proverbios 20:1)

Nota: Si usted o su hijo o hija están experimentando estos síntomas, consulte a un médico.

Pregunta: “¿Qué podría desalentar a alguien de fumar cigarrillos o de usar otras formas de tabaco?”

Respuesta: El humo del tabaco contiene más de 200 venenos conocidos. Los que fuman dos cajetillas de cigarros al día reducen su vida en ocho años.

El tabaco…

• es la causa más común de cáncer de pulmón

• provoca enfisemas, que impide la respiración causando la muerte

• es una causa importante del endurecimiento de las arterias, lo cual provoca paros cardíacos y la mayoría de los infartos del corazón.

• es un factor importante en el cáncer de boca y garganta que daña la vida de la persona para siempre

• produce químicos que erosionan la mucosa del estómago y provocan úlceras gástricas

• incrementa el riesgo del cáncer en la vejiga

• produce monóxido de carbono y afecta el crecimiento fetal en la madre que fuma, lo cual también aumenta el riesgo de tener un parto prematuro o muerte infantil

• es la causa número uno de muerte en los varones

“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”

(1 Corintios 10:23)

B. ¿Cuáles son los factores más comunes del uso de drogas?

No hay dos personas que cuenten la misma historia acerca de los factores que contribuyeron al desarrollo de su fármaco-dependencia. Pero no importa qué factores estén presentes al hacerse adictos, todos caen en una o dos categorías: tienen influencias externas o internas.

Influencias externas (familia y sociedad)

ambiente familiar

¿Fue criado en un hogar donde se aceptaba el brindis social?

familia disfuncional

¿Ha utilizado drogas para aliviar el dolor emocional?

problemas físicos

¿Depende de los medicamentos para calmar los dolores de espalda, jaquecas, insomnio o dietas?

aceptación social

¿Le sirven alcohol en la mayoría de las reuniones sociales?

presión de los amigos

¿Busca ser aceptado socialmente por los que usan drogas?

apoyo cultural

¿Está expuesto de manera continua al uso del alcohol a través de la televisión, películas, propaganda y revistas?

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”

(Romanos 12:2)

Pregunta: “¿Cómo puedo negarme a beber sin ofender a mis amigos que beben demasiado y me ofrecen de tomar?”

Respuesta: Un simple “no gracias,” o “gracias, no tengo interés,” debería ser suficiente. A la mayoría de la gente no le gusta beber o drogarse sola, pero sí respetan, y hasta envidian, a alguien que es lo suficientemente fuerte como para no seguir la corriente del mundo. Si se sienten ofendidos, es un reflejo de su inseguridad, no de que tengan convicciones firmes.

Sólo usted es responsable de poner los límites en su vida. Todo mundo puede ceder ante la presión de la tentación, pero sólo los que tienen fortaleza de carácter no sucumbirán. Esté alerta porque quienes le quieren seducir andan en un camino muy peligroso. La Biblia dice…

“¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez!” (Habacuc 2:15)

Influencias internas (genéticas y sicológicas)

inclinación hereditaria

¿Nació en un hogar donde su padre era alcohólico, o tiene familiares cercanos con ese problema? (El riesgo de volverse alcohólico es de tres a cuarto veces más para quienes tienen familiares alcohólicos cercanos.)

vulnerabilidad heredada de un grupo étnico

¿Nació dentro de un grupo étnico con un alto índice de alcoholismo? (los escandinavos, europeos del norte y los irlandeses son más susceptibles, mientras que los asiáticos son menos. “El bajo índice entre los asiáticos parece relacionarse con la deficiencia, que se observa en cerca del 50% de los japoneses, chinos y coreanos, que les impide producir aldehído deshidrogenado que elimina los bajos niveles del primer producto de la descomposición del alcohol, el acetaldehído”.)

Los alcohólicos procesan el alcohol en una forma que mantiene y refuerza su adicción. A diferencia de los no alcohólicos, a ellos les cuesta procesar el acetaldehído, un químico de la composición química del alcohol, lo cual crea un compuesto químico colateral adictivo que interfiere con el proceso cerebral y crea una adicción como la del opio.

constitución sicológica

¿Tiende a buscar en las drogas un remedio para la ansiedad y el estrés?

El alcohol calma los nervios y las respuestas intensas al estrés como la sudoración en las manos, enrojecimiento de la piel e incremento del ritmo cardíaco y la presión arterial.

hábitos y conductas compulsivas

¿Posee hábitos que son resistentes al cambio? (La conducta repetitiva altera el cerebro, donde poco a poco se van modificando las conexiones entre las neuronas, lo que dificulta aun más tomar ciertas decisiones.)

No importa cuál sea la razón por la cual tenemos un hábito que nos esclaviza, Dios dice que podemos cambiar de amos.

“Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció”

(2 Pedro 2:19)

Pregunta: “¿Es el alcoholismo una enfermedad heredada sobre la cual no tengo control?”

Respuesta: Los médicos continúan debatiendo si el alcoholismo es una enfermedad o no. Los cambios profundos y duraderos que el alcohol puede producir en el cerebro y en otros órganos, son las razones por las que muchos lo consideran una enfermedad. Otros toman la posición de que es algo conductual.

Una enfermedad es una condición anormal del cuerpo provocada por…

• infecciones (i.e., contagiarse de gripe o viruela desde el exterior del cuerpo)

• defectos genéticos (i.e., haber nacido con diabetes o con una constitución genética donde el alcohol no se procesa de manera normal)

• factores ambientales (i.e., estar expuesto a toxinas o contaminantes; desarrollando cirrosis de hígado donde el exceso de alcohol ha causado mucho daño en el hígado y éste deja de funcionar correctamente)

El alcoholismo puede deberse a factores genéticos y por alteraciones químicas, pero el hecho vital que debemos recordar es que usted sí tiene control para sucumbir ante el alcohol o para ser restaurado. Su trasfondo familiar y su genética pueden hacerlo más propenso al alcoholismo; pero usted puede resistir esas influencias.

Al planificar de antemano el ejercicio del dominio propio usted puede poner límites y protegerse contra el problema del alcohol.

“Ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios”

(1 Pedro 1:13)

C. ¿Qué excusas da la gente?

A nadie se le enseña el arte de justificar su comportamiento, pero de alguna manera todos aprendemos a hacerlo. La gente fármaco-dependiente se vuelve experta en presentar una razón tras otra para consumir la droga de su elección, pero en realidad no existe justificación válida alguna. Todas son excusas. La verdad es que se han convencido a sí mismos de que la necesitan o bien, se sienten con derecho a consumirla simplemente porque les gusta.

“La necesito para…

… animarme”.

… aquietarme”.

… aliviarme”.

… ser más sociable”.

… olvidar mis fracasos”.

… saciar mis deseos”.

“La quiero para…

… relajarme”.

… sentirme bien”.

… divertirme”.

… aliviar el estrés”.

… ser mejor aceptado”.

… escapar de mi situación”.

“Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus”

(Proverbios 16:2)

Pregunta: “Si el alcoholismo puede ser tanto heredado como una enfermedad, ¿por qué se considera pecado? Soy alcohólico, ¿no es algo fuera de mi control?”

Respuesta: No es pecado si usted es un alcohólico que no bebe, pero lo es si usted es un alcohólico bebedor. La borrachera está en la lista de pecados que se nos ordena evitar. Puede ser que el alcoholismo sea una enfermedad sobre la cual no tenga control, pero la borrachera claramente es un pecado sobre el que sí tiene control. Si elige no beber está poniendo una barrera en su vida que pondrá fin al poder que el pecado tiene sobre usted.

“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias” (Romanos 6:12)

D. ¿Cuál es la raíz del problema?

Al principio, la gente consume drogas por dos razones: para tratar un problema médico legítimo o para experimentar una sensación placentera. Las personas que se quieren sentir diferentes comienzan bebiendo o utilizando drogas por la presión de sus amigos o para satisfacer una curiosidad. Pero continúan haciéndolo para satisfacer las necesidades que perciben tener. El abuso de una substancia se da cuando ésta pasa de suplir una necesidad y se convierte en una necesidad en sí misma. Por ejemplo, en lugar de necesitar y usar una substancia para aliviar el estrés del cuerpo, la sola ausencia de la substancia en el cuerpo provoca el estrés.

Dios nos ha diseñado con necesidades genuinas, físicas, emocionales y espirituales, y una parte de ese diseño es que acudamos a él y dependamos de él para suplir todas nuestras necesidades.

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”

(Filipenses 4:19)

Creencia falsa:

“Yo no soy fármaco-dependiente, solamente disfruto (del alcohol o de otra droga). Puedo dejar de hacerlo en cualquier momento, pero tomar/ingerir me ayuda a enfrentar las situaciones difíciles y tranquiliza mis angustias y dolores”.

Creencia correcta:

Me doy cuenta de que aquello de lo que depende mi vida será lo que me domine. Decido no permitir que ninguna sustancia química me controle. En lugar de ello, decido entregar a Cristo el control de todas las áreas de mi vida y depender de él para que satisfaga todas mis necesidades.

“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”

(Isaías 58:11)

Pregunta: “¿Cómo puedo tomar la decisión de beber o no? Soy un nuevo cristiano y quiero hacer lo que agrada a Dios”.

Respuesta: La Biblia no prohíbe el consumo de alcohol, pero sí habla de los peligros del vino, la cerveza y de las bebidas alcohólicas fuertes.

“El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora” (Proverbios 20:1).

Para la mayoría de la gente, el argumento más fuerte para abstenerse es el de la “piedra de tropiezo”; es decir, la preocupación de que alguien pueda tropezar y caer por causa de su ejemplo cuestionable.

La gente tiende a seguir a otros. Si usted bebe alcohol o consume alguna droga, los que sigan su ejemplo podrían tropezar y sus vidas podrían verse afectadas por seguir sus pasos.

“Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite”

(Romanos 14:21)

IV. Pasos Para Encontrar La Solución

Para que una persona quede libre de su adicción debe en primer lugar, reconocer el problema, luego debe tener la voluntad de enfrentarlo y después buscar la sanidad. Para Mickey Mantle una llamada de advertencia fue la enfermedad y muerte de su hijo, la cual fue en parte el resultado de su fármaco-dependencia.

Mickey agonizaba ante la impotencia de ver cómo su hijo moría, cómo su familia se desmoronaba y entonces reconoció que sus cuatro hijos tenían un problema de bebida y todavía no llegaban a ser adultos maduros. Finalmente, se dio cuenta que su actitud hacia la vida no era correcta. Mickey dijo una vez: “Ya no podía seguir viviendo de esa manera, borracho, enfermo y deprimido, tratando de mentir a todos y tratando con dificultad de recordar hacia donde iba o de dónde venía”.

A pesar del temor que tenía de ser honesto y abierto con los demás y permitir que en realidad lo conocieran, Mickey Mantle ingresó al centro Betty Ford y comenzó el largo y doloroso proceso de recuperación. Su hijo Mickey Jr. dijo: “De todas las cosas que hizo, de los equipos de series mundiales a los que perteneció, de los jonrones que metió, de los récords que rompió, de su entrada a la Galería de la Fama, lo que más que admiraba de él era cuando se ponía sobrio”.

Mickey hizo un jonrón en cuanto a su recuperación. Al tocar las bases con sus otros tres hijos y comenzar una nueva relación con ellos, se dirigió a su “home” (hogar). Comenzó a tratar mejor a su esposa que se había vuelto una desconocida para él. Ya no había abuso verbal. Ya no había distanciamiento emocional. Se dio cuenta que le gustaba estar sobrio y empezó a decir a su familia cuán orgulloso estaba de ella. ¿Qué diferencia hizo para su familia y para sí mismo el cambio en su vida? Si tan sólo él lo hubiera hecho mucho antes…

“El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento”

(Proverbios 15:32)

A. Versículo clave para memorizar

“Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”

(Isaías 41:13)

B. Pasaje clave para leer y meditar Diez verdades acerca de la tentación en 1 Corintios capítulo 10

1. El que crea estar firme, mire que no caiga

v. 12

2. No crea que su tentación es sobrehumana, no lo es

v. 13

3. Dios no le permitirá ser tentado más de lo que puede soportar

v. 13

4. Dios proveerá una manera para resistir la prueba

v. 13

5. Todo está permitido, pero no todo es beneficioso o constructivo.

v. 23

6. No se centre en sí mismo, sino en el bien de los demás.

v. 24

7. No viole la conciencia de los demás, limite su libertad en beneficio de ellos.

v. 29

8. Sea lo que coma o beba, hágalo para la gloria de Dios.

v. 31

9. No provoque que alguien tropiece por su conducta.

v. 32

10. Busque el bien de los demás para que puedan ser salvos.

v. 33

Pregunta: “¿Condena la Biblia como pecado el consumo de alcohol?”

Respuesta: Aunque la Biblia habla de los beneficios médicos del vino (1 Timoteo 5:23) y Jesús proveyó vino en una boda (Juan 2:1–11), la Biblia condena con claridad y denuncia como pecado la borrachera y la adicción al alcohol. Dios no quiere que pierda el control por causa de la influencia del alcohol, sino que se someta a la influencia controladora del Espíritu Santo. La adicción al alcohol o a cualquier otra droga lo hace esclavo de esa sustancia controladora. Dios quiere que usted sea lleno del Espíritu Santo y que sea libre.

“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18)

C. Liberación de la fármaco-dependencia

La fármaco-dependencia no se desarrolla de la noche a la mañana, y tampoco la liberación de ella ocurre instantáneamente. Hay una serie de acontecimientos que pueden ayudar a una persona a encontrar su libertad.

Al momento de ser salvo, fue liberado del castigo del pecado (muerte eterna), y a través de la capacitación del Espíritu Santo que mora en usted, puede experimentar la libertad del poder de la destrucción. Pero usted debe darse cuenta de que la libertad del poder de la fármaco-dependencia es un proceso que requiere participación intencional y activa de su parte. Debe elegir creer y practicar la verdad acerca de usted mismo y de Dios.

1. Admita que carece de poder sobre su problema.

“No puedo manejar mi vida, no puedo controlar mi vida”.

Acepte su condición de dependencia y su vulnerabilidad a la adicción de fármacos.

Reconozca su incapacidad para manejar su vida y para liberarse de su fármaco-dependencia.

Exprese a Dios su total impotencia y su gran necesidad de su poder en su vida.

“Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos” (2 Corintios 1:9)

2. Reconozca que el Dios que lo hizo tiene el poder de restaurar su vida.

“Pido a Cristo que sea mi Redentor y que restaure todas las áreas de mi vida”.

Acepte el señorío de Cristo Jesús en su vida como su Maestro, Rey y Dueño.

Reconozca su necesidad de Dios para que él le consuele y le restaure a la integridad.

Exprese su gratitud a Dios por su salvación que opera en su mente, voluntad y emociones, y agradézcale por los planes que tiene en usted y a través de usted.

“Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme”. (Salmos 71:20–21)

3. Someta su voluntad a la del Señor.

“Le pido a Cristo que tome el control de mi vida”.

Acepte el hecho de que su naturaleza pecaminosa murió en la cruz con Jesús y que su pecado (su adicción) ya no tiene poder sobre su vida.

Reconozca la devastación que ha provocado como consecuencia de su egoísmo en el pasado.

Exprese su determinación de frenar un estilo de vida egoísta y su decisión de someter su voluntad a la del Señor.

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”. (Mateo 16:24–25)

4. Enfrente la realidad, enfréntese con usted mismo.

“Voy a evaluar mi vida con honestidad y pedirle a Dios que revele mis pecados y mis fallas”.

Acepte la verdad de que se ha estado engañando a sí mismo respecto a su fármaco-dependencia y que tiene una imperante necesidad de recibir ayuda.

Reconozca su resistencia en el pasado para enfrentar la verdad acerca de sus malas decisiones y malos hábitos.

Exprese ante Dios y los demás su determinación de conocer la verdad acerca de sí mismo y su compromiso de evaluar su propia vida, fortalezas y debilidades con toda sinceridad.

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”. (Salmo 139:23–24)

5. Reconozca ante Dios y alguien más que está luchando con el pecado.

“Que pueda ver mi pecado como Dios lo ve y lo odie tanto como Dios lo odia”.

Acepte la profundidad y duración de su lucha contra la fármaco-dependencia.

Reconozca ante una persona que lo apoye el poder de la esclavitud que las drogas tienen sobre usted y confirme su compromiso serio de librarse de ellas.

Exprese ante Dios y ante un amigo su deseo de vencer su fármaco-dependencia y vivir una vida de victoria en Jesús la cual él ganó en el Calvario.

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros”

(1 Juan 1:8)

6. Acepte humildemente la ayuda de Dios para cambiar sus patrones de conducta del pasado.

“Voy a consagrar mi vida bajo el cuidado de Cristo”.

Acepte sus limitaciones y su necesidad de recibir ayuda para cambiar sus hábitos enfermizos de enfrentar la vida.

Reconozca la debilidad y fragilidad de su fuerza de voluntad y de sus esfuerzos propios para efectuar cambios.

Exprese a Dios su debilidad y prométale cooperar con él para que haga los cambios necesarios en su vida de adentro hacia fuera.

“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:6–7)

7. Confiese sus defectos y fallas continuas.

“Estoy dispuesto a verme a mí mismo como Dios me ve”.

Acepte que usted no es perfecto y que en ocasiones va a fallar a pesar de que tenga muy buenas intenciones.

Reconozca sus fallas inmediatamente y confiéselas a Dios y a las personas a quienes ha ofendido. Luego corrija el rumbo.

Exprese cualquier pecado o defecto a Dios diariamente y pida que lo perdone y lo limpie.

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente” (Salmos 51:10–12)

8. Pida perdón a quienes haya ofendido.

“Iré a quienes he herido y les pediré perdón de todo corazón”.

Acepte su necesidad de pedir perdón a cualquier persona a quien haya ofendido, aunque quizás también le hayan ofendido a usted.

Reconozca su gran necesidad de la misericordia y gracia de Dios y su determinación de dar misericordia y gracia a los demás.

Exprese a Dios y a quienes haya ofendido su dolor y arrepentimiento y su decisión de cambiar en las áreas en las que necesita cambiar.

“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”. (Mateo 5:23–24)

9. Haga la restitución correspondiente a quienes ha dañado.

“Compensaré a quienes he dañado con la ayuda de Dios”.

Acepte sus obligaciones de hacer lo que esté dentro de sus posibilidades para restaurar todo lo que dañó.

Reconozca ante Dios y ante las personas a quienes ha dañado su deseo de compensarles dentro de sus posibilidades.

Exprese su responsabilidad de hacer la restitución correspondiente y su compromiso de pagar cualquier deuda que haya adquirido, sea dinero, trabajo, decir la verdad, mostrar respeto hacia alguien o amar a una persona.

“Si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente” (Ezequiel 33:15–16)

10. Reconozca y arregle la situación en cuanto admita su error.

“Cada día asumiré mi responsabilidad por mis irresponsabilidades”.

Acepte su responsabilidad de no acumular ninguna ofensa ante Dios y ante cualquier persona.

Reconozca cada una y todas sus fallas para vivir como Dios quiere que viva.

Exprese cada una de sus fallas a Dios en cada momento de su vida, sin excusas, sino consagrándose a vivir una vida controlada y en el poder del Espíritu Santo.

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:11–12)

11. Ore y conozca el camino de Dios para su vida.

“Quiero ser dirigido por el Señor y seguir solamente en su camino”.

Acepte su nueva dependencia de Dios y su necesidad vital de comunicarse con él a través del estudio de la Biblia y de la oración.

Reconozca su necesidad de contar con el apoyo en oración de otras personas que conocen la verdad y el camino de Dios.

Exprese a Dios su deseo de ser todo lo que él quiere se sea y hacer todo lo que él le dirija a hacer.

“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día”. (Salmos 25:4–5)

12. Acérquese a los demás con su mano y con su corazón.

“Cuidaré de aquellos que necesitan cuidado y les ayudaré con un corazón lleno de compasión”.

Acepte su necesidad de los demás y la necesidad que ellos tienen de usted.

Reconozca que Dios le ha dado dones y que él le ordena usarlos para servir a los demás en maneras tangibles y prácticas.

Exprese las formas en las que Dios está dirigiendo a ministrar a los demás y pida a él su confirmación y la dirección de cristianos maduros que pueden ayudarle a servir a los demás.

“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:2)

D. Siete “noes” para la liberación

Mientras esté pasando por el proceso de liberación de su fármaco-dependencia, sepa que lo que no debe hacer es tan importante como lo que sí debe hacer.

1. No luche contra su adicción usted solo. Participe en un programa legítimo de recuperación de drogadicción.

“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”. (Eclesiastés 4:9–10)

2. No niegue su habilidad de ¡engañarse a sí mismo y a los demás!

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9)

3. No se relacione con aquellos que alientan su hábito.

“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. (1 Corintios 15:33)

4. No se preocupe por el futuro. Camine al lado de Dios día con día.

“Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. (Mateo 6:34)

5. No se dé por vencido si recae. Nunca es demasiado tarde para volver al buen camino.

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 1:9)

6. No se llene de orgullo al ver su progreso en el proceso de recuperación.

“Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”. (Proverbios 16:18)

7. No se sorprenda cuando sea tentado.

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. (1 Corintios 10:13)

Pregunta: “Cuando me convertí en cristiano hace un año, dejé la cocaína y la marihuana por ocho meses. Pero ahora he regresado al consumo de la marihuana y no tengo la menor motivación para dejarla. ¿Cómo puedo vencer este mal hábito?”

Respuesta: La motivación es un factor vital para vencer cualquier adicción. Cuanto más se dé cuenta de que no sólo se está provocando un gran daño a sí mismo, sino que también está lastimando el corazón de Dios, cuanto más experimente la “culpabilidad beneficiosa”, podrá adquirir la motivación que necesita. La Biblia dice que podemos cambiar por medio de la renovación de nuestra mente, la cual es otra clave para vencer un hábito destructivo. Anteriormente usó el poder de Cristo dentro de usted, pero poco a poco su enfoque cambió y dejó esa fuente de poder. En lugar de centrarse en lo que debe hacer, concéntrese en ser conformado a la imagen de Cristo. Arrepiéntase de hacer solamente lo que a usted le place y haga las cosas que hacía cuando se convirtió a Cristo.

“Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor [Jesús]. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. (Apocalipsis 2:4–5)

E. Diez recomendaciones espirituales para la recuperación:

Debe ganar su libertad primero en la esfera espiritual antes de que pueda hacerlo en las esferas físicas y emocionales. Tome muy en serio los siguientes tips al comenzar el camino hacia su recuperación.

1. El tiempo para comenzar su recuperación es hoy mismo.

“Entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación”. (Hebreos 3:15)

2. Reconozca que la recuperación es un proceso de por vida, y no un solo acontecimiento.

“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”. (Filipenses 3:12)

3. Ore diariamente ¡para obtener la victoria! Sólo a través de la oración Dios lo protegerá.

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el Espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. (Mateo 26:41)

4. Lea su Biblia todos los días para obtener la fortaleza del Señor.

“Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra”. (Salmos 119:28)

5. Medite en las Escrituras para no caer en pecado.

“En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti”. (Salmos 119:11)

6. Asista a la iglesia regularmente para adorar a Dios y crecer con los demás.

“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. (Hebreos 10:24–25)

7. Comparta sus luchas con sus seres queridos que se interesan por usted.

“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”. (Santiago 5:16)

8. ¡Confíe en Dios! Haga de su crecimiento en su relación con él la más alta prioridad.

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. (Mateo 6:33)

9. Dependa del poder de Cristo para no volver a consumir drogas.

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)

10. Sepa que el cambio permanente sí es posible.

“Porque nada hay imposible para Dios”. (Lucas 1:37)

Pregunta: “Soy un adicto en recuperación pero he tenido varias recaídas. Hace poco me convertí en cristiano y ahora siento que Dios me ha liberado. ¿Es esto posible?”

Respuesta: Algunos cristianos sí reciben una liberación sobrenatural de las drogas, pero otros no. No importa cuál haya sido su caso, al aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador personal, hay buenas noticias para usted. Cuando recibe la salvación auténtica, no solamente es salvo de la pena del pecado, sino también del poder del pecado en su vida. Las drogas ya no lo dominan, ahora su amo es el Señor Jesús. A través del poder de Cristo viviendo en usted, puede depender de su poder sobrenatural para librarlo de su adicción.

“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado…porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”. (Romanos 6:6, 14)

F. Ponga límites benéficos… con el adicto

Los límites son barreras que protegen del daño externo y nos libran del daño interno. Las personas que tienen que luchar con un familiar fármaco-dependiente necesitan aprender a establecer límites apropiados respecto a lo que pueden hacer por su ser amado. Estos límites le ayudarán a no asumir excesiva responsabilidad por la conducta de su ser querido. Los límites sirven para evitar que el problema de una persona adicta se vuelva su problema.

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.

(Proverbios 4:23)

• No tenga expectativas de la persona adicta.

“Alma mía, en él solamente reposa, porque de él es mi esperanza”. (Salmos 62:5)

• Aprenda a desligarse del problema del adicto y tome el control de su propia vida.

“Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque él sacará mis pies de la red”. (Salmos 25:15)

• Cambie su preocupación del comportamiento del adicto y preocúpese de sus propias reacciones.

“Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová”. (Lamentaciones 3:40)

• Aprenda todo lo que pueda cerca del uso de las drogas.

“Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; y adquirir inteligencia vale más que la plata”. (Proverbios 16:16)

• Deje de buscar pretextos para su conducta (excusas, proteger).

“Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos”. (Salmos 50:21)

• Hágale saber al adicto acerca de los efectos de su adicción sobre sí mismo y sobre los demás.

“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”. (Efesios 4:25)

• Ore por la vida del adicto y espere que Dios traiga consecuencias sobre él.

“Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, y él considera todas sus veredas. Prenderán al impío sus propias iniquidades, y retenido será con las cuerdas de su pecado. El morirá por falta de corrección, y errará por lo inmenso de su locura”. (Proverbios 5:21–23)

Pregunta: “Cuando mi esposo bebe demasiado se enoja y nos maltrata verbalmente. ¿Qué debo hacer para protegerme a mí y a mis hijos y seguir siendo bíblicamente sumisa a mi esposo?”

Respuesta: La Biblia nunca dice que una esposa, en nombre de la sumisión, deba someterse a la violencia doméstica. Ninguna adicción de un esposo le da derecho a maltratar físicamente a su familia. Por el contrario, la Biblia dice:

“No te entremetas con el iracundo”. (Proverbios 22:24)

Por tanto, comuníquele sus límites. Dígale que la próxima vez que la maltrate, llamará a la policía… que él tendrá que irse de la casa, o que usted se irá y se llevará a los niños. Luego cumpla su dicho si una vez más él traspasa los límites.

“El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males”. (Proverbios 19:19)

G. Haga una “intervención de crisis” con el adicto

Con frecuencia, uno de los métodos más efectivos para ayudar a un fármaco-dependiente es una intervención de crisis. Ésta es efectiva en un 80 por ciento de las veces. Y el aspecto más poderoso de la intervención de crisis es la dinámica de grupo ¡hay poder en el grupo! Un miembro de la familia puede tratar de detener el comportamiento de un adicto, pero tristemente, la exhortación cae en oídos sordos. En privado, se puede expresar preocupación por el problema, pero una a una las súplicas por erradicarlo serán infructuosas. Como individuo, carece de poder, pero como grupo puede ser dinamita. De hecho, un grupo puede obtener el poder de Dios para mover lo inamovible. La palabra de Dios ofrece respaldo a este tipo de intervención.

“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra”.

(Mateo 18:15–16)

(Lea Ezequiel 3:18–19.)

• Ore pidiendo sabiduría y entendimiento del Señor.

“Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia”. (Proverbios 2:6)

• Aprenda acerca de los programas de intervención en crisis. Asista a reuniones de fármaco-dependencia (Alcohólicos Anónimos, Narcóticos Anónimos). Lea todo el material acerca de las intervenciones y visite centros de tratamiento y rehabilitación.

“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino”. (Proverbios 3:13–14)

• Llame a una oficina de consejería para que le recomiende a un líder cristiano entrenado en el procedimiento de intervención en crisis.

“Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman”. (Proverbios 15:22)

• Si es posible, tenga una reunión con un especialista en intervenciones para planificar el encuentro. Incluya en la plática las opciones de tratamiento, planes de admisión, pasos a seguir, seguro médico y el impacto que el tratamiento podría tener en el lugar de trabajo del adicto.

“Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez”. (Proverbios 19:20)

• Haga una lista de personas clave que hayan sido afectadas por el comportamiento del adicto y que estén dispuestos a ayudar en el proceso de confrontarlo (familia, amigos, doctor, jefe de trabajo, compañeros del trabajo, un líder espiritual).

“El testigo verdadero libra las almas”. (Proverbios 14:25)

• En absoluta confidencialidad y sin que el adicto esté presente, tenga una reunión preliminar en la que esas personas clave ensayen (si es posible con el líder entrenado) lo que van a decir, cómo lo dirán y el orden en el que hablarán al momento de la confrontación.

“Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto. Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece”. (Proverbios 27:5–6)

• Tenga una segunda reunión estando presente el adicto en la que uno a uno, cada confrontador comunica su interés genuino por él y comparte las apelaciones ensayadas de antemano (vea “Las cuatro ‘pes’ de una súplica”).

“Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina”. (Proverbios 12:18)

Las cuatro Pes de una Súplica

1. Personal

• Afirme, pero no ataque.

—“Quiero que sepas cuanto me preocupo por ti (o cuanto te amo), y cuán angustiado estoy por tu comportamiento”.

“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. (Efesios 4:29)

2. Pasado

• Mencione un ejemplo reciente y específico del comportamiento negativo del adicto y el impacto personal que éste tuvo en usted.

—“Anoche que comenzaste a hablar con grosería frente a mi amiga, me sentí muy humillada”.

“El que habla verdad declara justicia.” (Proverbios 12:17)

• Sea breve, dé ejemplos que contengan tres o cuatro oraciones.

“El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido”. (Proverbios 17:27)

3. Provocación de dolor

• Enfatice el impacto y dolor que ha tenido sobre usted el comportamiento del adicto, utilizando oraciones en primera persona.

—“Me sentí devastada y profundamente herida por la manera en que me gritaste”.

“El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios”. (Proverbios 16:23)

4. Petición

• Haga una súplica personal para que su ser amado reciba el tratamiento adecuado.

—“Te pido que busques la ayuda que necesitas para salir de tu adicción. Si estás dispuesto a hacerlo, tendrás mi profundo respeto”.

“La muerte y la vida están en poder de la lengua” (Proverbios 18:21)

• Esté preparado para implementar un plan inmediato si accede a someterse a un tratamiento.

—“Ya he empacado tu maleta, te aceptaron en el programa de recuperación de .”

“Libra a los que son llevados a la muerte; salva a los que están en peligro de muerte. Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, y dará al hombre según sus obras”. (Proverbios 24:11–12)

• Si rechaza el tratamiento, dígale en detalle las repercusiones que tendrá su conducta.

—“No podemos permitir que regreses a casa o que estés con nuestra familia hasta que estés limpio y sobrio por (especifique un período de tiempo)”.

“La reconvención es molesta al que deja el camino; y el que aborrece la corrección morirá”. (Proverbios 15:10)

Los “noes” del diálogo

Podemos estar en lo correcto y sin embargo, nuestros actos pueden ser incorrectos. Podemos influenciar a una persona que quiere cambiar, no por lo que decimos, sino cómo lo decimos. La palabra de Dios dice que: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre”. (Gálatas 6:1)

No use palabras ofensivas, ni predique, ni juzgue.

“Anoche te portaste como un desgraciado. ¿Quién quiere vivir con un borrachote?”

“El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; mas el hombre prudente calla”. (Proverbios 11:12)

No defienda al adicto cuando otras personas lo están confrontando.

“En realidad no era su intención herirte”.

“Todo tiene su tiempo… tiempo de callar y tiempo de hablar”. (Eclesiastés 3:1, 7)

No discuta si contradice sus puntos de vista.

“Quizá tengas razón, pero lo que he leído es todo lo contrario”.

“Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso… que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”. (2 Timoteo 2:24–26)

No reaccione con exageración, controle sus emociones.

Si lo ataca verbalmente, exponga calmadamente su posición, y si lo vuelve a atacar, repita nuevamente las mismas palabras una y otra vez. “Esto es para tu propio bien”.

“Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”. (Santiago 1:19–20)

No ponga un ultimátum a menos que esté preparado para cumplirlo.

Si su ser querido ha estado fuera de casa sólo por poco tiempo y le dice: “Te prometo que nunca más lo voy a volver a hacer; sólo déjame regresar”, dígale: “No, no puedes volver hasta que hayas terminado tu tratamiento”.

“Sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no”. (Santiago 5:12)

No proteja a su ser querido ni evite que enfrente las consecuencias de su adicción.

“No volveré a mentirle a tu jefe otra vez”.

“Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. (Gálatas 6:7)

No acepte sus promesas sin el compromiso de que las cumplirá inmediatamente.

“No puedo ir ahora, pero te prometo que iré el mes que entra”.

“El simple todo lo cree; mas el avisado mira bien sus pasos”. (Proverbios 14:15)

Esta segunda reunión concluye ya sea con el inicio del programa de recuperación del adicto o con su experiencia de vivir con las consecuencias de rechazar el tratamiento.

“El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia que el que lisonjea con la lengua”. (Proverbios 28:23)

H. Reconozca el poder de la oración a favor del adicto

La oración es nuestro acceso directo a Dios. Orar es traer todo lo que Dios es y su poder a una situación dada. A través de la oración, aprópiese de su poder y su paz.

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”.

(2 Pedro 1:3–4)

• Dé gracias por lo que Dios ha hecho por usted.

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:6–7)

• Ore para que Dios le revele sus malas reacciones.

“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”. (Salmos 51:6)

• Ore pidiendo más amor para el ofensor.

“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado”. (Juan 15:12)

• Ore para que las fortalezas sean derribadas.

“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. (2 Corintios 10:4–5)

• Pida fe para creer que con la ayuda de Dios se dará un cambio permanente.

“Todas las cosas son posibles para Dios”. (Marcos 10:27)

• Ore por el adicto.

“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad”. (Colosenses 1:9–11)

• Ore con consistencia y perseverancia.

“Orad sin cesar”. (1 Tesalonicenses 5:17)

“Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre. porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones”. (Salmos 100:4–5)

Nunca pierda la esperanza

La historia de Mickey Mantle fue un éxito cuando recuperó el control de su vida. Pero todavía le hacía falta algo.

Cuando se le diagnosticó cáncer de hígado, Mickey supo que enfrentaba la muerte. Llamó a su amigo de toda la vida y ex-compañero, Bobby Richardson quien era el jugador de segunda base. Mickey sabía que Bobby era un cristiano comprometido, así que le pidió que orara con él por teléfono. El cáncer pasó a una etapa más crítica. La muerte de Mickey era inminente y su familia volvió a llamar a Bobby Richardson. Cuando él entró en el cuarto de hospital de Mickey, Bobby recordó cuántas veces le había hablado a Mickey acerca del Señor y una vez más le hizo la invitación: “Mickey, te quiero mucho y quiero que pases la eternidad en el cielo conmigo”. Mantle sonrió y le dijo: “Bobby, había estado esperando la oportunidad de decirte que he confiado en el Señor Jesucristo como mi Salvador”.

En el funeral de Mickey, Bobby Richardson dijo a los presentes que sólo existen dos clases de personas en el mundo: los que dicen “sí” a Cristo y los que le dicen “no.” Y puesto que ninguno de nosotros sabemos cuánto tiempo tenemos de vida, decir “quizá” es lo mismo que decir “no”.

Antes de morir, Mickey hizo una declaración asombrosa: “Es difícil ver hacia atrás. Pero se aprende de ello… Quiero hacer una diferencia, no porque metí muchas carreras en el béisbol, sino porque cambié mi vida. Si yo puedo, cualquiera puede hacerlo. Nunca es demasiado tarde”.

Si nunca ha pensado seriamente dónde va a pasar la eternidad, o si siempre ha pensado que tiene suficiente tiempo para decidirlo, que hoy sea su día de decisión. Así como Mickey Mantle se dio cuenta al final de su vida de que necesitaba recibir el perdón por sus pecados, usted podría sentir que el Señor le está guiando a la misma conclusión. Si su deseo es vivir en una relación correcta con el Señor, usted puede orar a él y pedirle que entre en su corazón y tome el control de su vida, no importa cuán ingobernable ésta se haya vuelto.

Oración de Salvación

“Dios, te necesito en mi vida. Admito que he pecado, y has dicho que mi pecado merece la muerte. Muchas veces me he desviado y seguido mi propio camino, en vez de seguir el tuyo. Por favor, perdona todos mis pecados. Gracias, Jesús, por morir en la cruz para pagar por la pena de mis pecados. Entra en mi vida para ser mi Señor y Salvador. Toma el control de mi vida y hazme la persona que tu quieres que yo sea. Gracias, Jesús, por lo que harás en mi vida, por lo que harás conmigo y a través de mí. En tu nombre santo hago esta oración, Amén”.

¡¡No pierda la esperanza!!

Bobby Richardson nunca se dio por vencido al hablar con Mickey Mantle. Cuánta bendición recibió Mickey al tener un amigo fiel que consistentemente compartía con él acerca la persona de Cristo. Bobby vivía el corazón de estos dos versículos:

“Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados”.

(Santiago 5:19–20)

Bobby sabía que en el último inning de su vida, Mickey pasó de muerte a vida porque Jesús dijo:

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”.

(Juan 5:24)

Nombre de la droga

Clasificación

Efecto deseado

Resultado dañino

Alcohol (tequila, jugo, salsa, cocido, vino)

Depresivo

Intoxica, altera los sentidos, reduce la ansiedad

Psicosis tóxica, daña el cerebro, el estómago y el hígado; produce el síndrome fetal de alcohol; crea dependencia, desmayos, agresividad o depresión

Marihuana [cannabis] (hierba, zacate, droga, carrujo, Mauie-Wowie, J, palos Thai, índica, chumo, Mary Jane, bolsa, Oro de Acapulco, THC, resina concentrada, hashish

Depresivo, alucinógeno

Provoca euforia, relajación, y aumenta la percepción sensorial

Cáncer, bronquitis, conjuntivitis, defectos de nacimiento, destruye las células cerebrales, es la entrada a otras drogas más fuertes, daña el sistema inmunológico, afecta severamente el sistema cardiovascular, altera el ánimo, inhibe la motivación, reduce la memoria reciente, impide la concentración y crea dependencia

Anfetaminas (elevadores, aceleradores, crank, cruz blanca, dexies, bennies, cristales, pastillas para dieta con prescripción médica

Estimulantes

Estado de alerta e hiperactividad

Dependencia, desnutrición, infartos, alucinaciones, paranoia, psicosis tóxica, violencia, depresión, afecciones de la piel y úlceras.

Metanfetamina (cristal, gis, crank, tweak, acelerador, dope)

Estimulante

Euforia, alerta, pérdida de apetito

Irritabilidad debido al insomnio, debilitamiento del sistema inmunológico, pérdida de los dientes, compulsión sexual, convulsiones, infartos, narcolepsia

Estimulantes sin prescripción (acelerador, levantador)

Estimulantes, descongestionantes, suprimen el apetito

Estado de alerta, hiperactividad y pérdida de peso

Al igual que las anfetaminas, causan hipertensión, infartos, problemas cardiacos, ansiedad, dolor de cabeza y dependencia

Cocaína (coca, roca, tut, nieve, perla, hojuela, nena, hacer la línea, crank)

Anestesia local o tópica

Estimulación, excitación, euforia (sutil)

Desnutrición, depresión, violencia, convulsiones, daño nasal, ataques al corazón, psicosis, infartos, daño cerebral, dependencia

Cocaína base (base, crack, roca, C, dinamita, resoplar)

Anestesia local o tópica

Efectos más cortos e intensos que la cocaína

Pérdida de peso, depresión, agitación, hipertensión, alucinaciones, psicosis, tos crónica, temblores

Barbitúricos (pájaro azul, barbs, camisa amarilla, azul, aplacadores)

Sedantes hipnóticos

Reducen la ansiedad y la euforia

Aislamiento severo, dependencia, posibles convulsiones, psicosis tóxica, defectos de nacimiento

Metaquilona (ludes, 714S, sopor, demonios azules o rojos, amarillos, dulces, arco iris, Q, aplacador)

Sedantes hipnóticos

Euforia y afrodisíaco

Causa coma, convulsiones, insomnio, ansiedad severa, dependencia

Heroína (H, beso, blanca de China, alquitrán negro, harry, caballo, café)

Narcótico (opiáceo) analgésico

Euforia

Adicción, estreñimiento, pérdida de apetito, enfermedades cardiacas, congestión pulmonar

Narcóticos sintéticos análogos (blanco de China, heroína sintética, MPTP, MPPP, PEPAP, Éxtasis, MDA, MDMA, Eva, MMDA, MDEA, XTC, TMA, STP, PMA, DOB)

Narcóticos (opiáceos) analgésicos

Euforia, exaltación

Adicción, enfermedad de Parkinson inducida por MPTP [temblores incontrolables, babeo, defectos del habla, parálisis], daño cerebral permanente

Morfina (cosa blanca, M, morf)

Narcótico (opiáceo) analgésico

Euforia

Adicción, estreñimiento, pérdida de apetito, náuseas, daña los órganos internos

Codeína

Narcótico (opiáceo) analgésico

Euforia

Adicción, estreñimiento, pérdida de apetito, náuseas, daña los órganos internos

Metadona (muñequita)

Narcótico (opiáceo) analgésico

Euforia, evita el ensimismamiento opiáceo

Adicción, estreñimiento, pérdida de apetito, náuseas, daño a los órganos internos

Inhalantes (solventes, pegamento, aceite para transmisión)

Ninguna

Intoxicación

Disminuye la percepción, coordinación y buen juicio; dependencia, problemas del corazón, sofocos y toxicidad

Óxido nitroso [gas de la risa] (gas, nitro, botella azul)

Anestésico inhalado

Euforia, relajación

Daño al riñón e hígado, neuropatías periféricas, aborto espontáneo, violencia, náuseas, vómitos

Amil y butil nitrato (incienso líquido, popper, desodorante, apuro, vestidor)

Vasodilatadores

Ánimo, emoción

Daña el corazón y vasos sanguíneos, puede agravar los problemas del corazón

LSD (ácido, LSD-25, mesc)

Alucinógeno

Percepción aguda, distorsión de los sentidos y el ánimo, experiencias místico-religiosas

Aumenta la psicosis existente, pánico, confusión, sospechas, posible daño cerebral, fuertes reacciones psicológicas, disminución del buen juicio

Mescalina [peyote] (mesc, peyote)

Alucinógeno (más suave que el LSD)

Igual que el LSD

Igual que el LSD, además de cambios extremosos del estado de ánimo, distorsión de los sentidos y las percepciones, depresión profunda

MDA, MDE, MDMA, MMDA (droga del amor, Éxtasis, STC, X, Adán

Alucinógeno basado en anfetaminas

Igual que el LSD

Neurotóxico, igual que el LSD, sentido de distanciamiento y aislamiento, ansiedad, síndrome catatónico, paranoia

Psilocibina (hongos mágicos)

Alucinógeno (más suave que el LSD)

Igual que LSD

Igual que LSD, además de insomnio, temblores, afecta al corazón y los pulmones

PCP (cristal, té, THC, polvo de ángel)

Anestésico disociativo

Distorsión de los sentidos, estimulante

Comportamiento psicótico, violencia, coma, terror, convulsiones, falla en el juicio, crea dependencia

Tabaco (cigs, chumos, butts, palitos de cáncer, chew, puff)

Toxina

Relajación

Pérdida de apetito, adicción, provoca cáncer (de los pulmones, de mandíbula y boca), afecta al feto, aumenta la presión de la sangre y el ritmo cardíaco, crea dependencia

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