CONSEJERÍA | Esperanza bíblica con ayuda práctica



Consejería

Esperanza bíblica con ayuda práctica

por June Hunt

¿Con frecuencia la gente le pide consejos? ¿Siempre se siente seguro de que dio el consejo correcto? ¿Cómo puede prepararse para cuando Dios le pida que se convierta en su voz de consejería para alguien que necesita ayuda y esperanza? Nunca vaya contra la palabra de Dios aun cuando signifique ir contra lo que la mayoría piensa. Sin importar lo que el mundo considere correcto, nunca se equivocará si se apega a la palabra divina.

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos ni en silla de escarnecedores se ha sentado, antes en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Y será como árbol plantado junto a arroyos de agua que da su fruto a su tiempo, y su hoja no cae”.

(Salmos 1:1–2)

I.  Definiciones

¿Está usted preparado si Dios le pide ser un instrumento en sus manos para consolar a otro?

A. Principios de consejería

     “¿Qué significa la palabra consejería?”

—La consejería es la ayuda y esperanza que una persona con conocimiento ofrece a otra. El consejo que se da puede variar desde un consejo y guía en general hasta el consuelo y ánimo personal.

—En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea yaats significa “dar consejo, deliberar o resolver”. También se refiere a “los que dan consejos”.

Isaías 9:6 es uno de los pasajes mesiánicos más conocidos y describe al Señor como el “Admirable consejero” (yaats).

—En el Nuevo Testamento, la palabra griega paraklesis literalmente significa “llamado a estar al lado de otra persona (para significa al lado de, kaleo significa llamar) y se refiere a aconsejar, animar y consolar a otro”.

“Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación”. (2 Corintios 1:5)

     “¿Qué lo califica a usted para ser un consejero?”

—Sus relaciones actuales con amigos y familiares.

—El conocimiento que usted ya tiene de sus luchas.

—Puesto que a un consejero profesional le tomaría meses adquirir esa clase de conocimiento, usted tiene esa ventaja con sus amigos y familiares.

“El ungüento y el perfume alegran el corazón, y el cordial consejo del amigo, al hombre”. (Proverbios 27:9)

     “¿Quién necesita de la consejería?”

—Más de la mitad de todas las personas que acuden al médico se debe a que tienen síntomas causados por problemas sicológicos o espirituales.

—El que desea ser sabio

—“El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es sabio”. (Proverbios 12:15)

—El que desea tener éxito

“Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman”. (Proverbios 15:22)

B.  Credenciales para dar consejería bíblica

     “¿Quién está calificado para ser un buen consejero bíblico?”

—El cristiano que tiene una relación personal con Dios, que está comprometido profundamente con Jesucristo y que vive bajo la dirección del Espíritu Santo está calificado para consolar y animar a los demás.

—La persona que ha buscado y recibido personalmente el consuelo divino

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”. (2 Corintios 1:3–4)

—La persona que ama a Cristo y se preocupa por las necesidades espirituales de los demás

“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. (Gálatas 6:2)

—La persona que debido a su estudio cotidiano de la palabra de Dios puede manejar la verdad con exactitud

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. (2 Timoteo 2:15)

—La persona que ha sido llamada por Dios para aconsejar a otros

“Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”. (1 Tesalonicenses 5:24)

     “¿Cuál es la principal responsabilidad del consejero bíblico?”

—Para que la consejería sea efectiva en verdad, el consejero debe tener una relación sincera con Jesucristo, compañerismo con él y buscar la voluntad de Dios a través de su palabra.

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (Juan 15:5)

     “¿Cuáles son las metas de la consejería bíblica?”

—Un consejero bíblico que sirve a Cristo con sinceridad desea:

—Conducir al incrédulo a conocer a Jesucristo como su Salvador

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”. (Mateo 16:24–25)

—Ayudar a los que se han desviado del camino a volver a él para que puedan avanzar hacia la plenitud y madurez espiritual

“Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados”. (Santiago 5:19–20)

—Presentar la verdad de la palabra de Dios para traer convicción a sus corazones, corregir el error y liberar a los cautivos

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12)

—Presentar la sabiduría que se encuentra en la palabra de Dios para que los creyentes puedan vivir en victoria

“Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez”. (Proverbios 19:20)

     “¿Qué es la consejería centrada en Jesucristo?”

La consejería que se centra en Cristo se basa en los beneficios de la morada de Cristo dentro de cada creyente.

—Todos los creyentes son una nueva criatura.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. (2 Corintios 5:17)

—Todos los creyentes cuentan con el poder necesario para cambiar.

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”. (2 Pedro 1:3–4)

—Todo creyente debe vivir en total dependencia de Cristo.

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. (Gálatas 2:20)

—Todo creyente tiene una esperanza firme de ser conformado a la imagen de Jesucristo.

“Este misterio… Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. (Colosenses 1:27)

     “En última instancia, ¿quién es el que da el consejo más seguro?”

Aunque es sabio buscar consejo de un cristiano que es dirigido por el Espíritu Santo, nada sustituye la necesidad que tiene toda persona de recibir directamente el consejo divino procedente del Espíritu Santo.

“El Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad”. (Juan 16:13)

II. Características de un consejero bíblico

Todas las personas tienen opiniones personales sinceras, pero las opiniones no son necesariamente ciertas. De hecho, en algún momento todos hemos sido sinceros… y en otras ocasiones hemos estado ¡sinceramente equivocados! Por eso necesitamos hacernos la pregunta: ¿ Cuál es el fundamento de la verdad? La Biblia debe serlo. Si su forma de pensar no está de acuerdo con lo que Dios dice, ¡cambie su forma de pensar!

“Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.

(Isaías 40:8)

Considere estas preguntas:

     ¿Quiere cometer errores? (Claro que no)

     ¿Quiere ofrecer consejos sabios? (¿Quién no?)

     ¿Quién es la fuente de la sabiduría? (Dios)

     Si sus pensamientos fueran los de Dios, ¿sería usted sabio? (Sin duda alguna)

     ¿Dónde se encuentran muchos de los pensamientos de Dios (no todos)? (En la Biblia)

Conclusión: Cuanto más conozca la palabra de Dios, más podrá conocer lo que él quiere que usted haga y cuanto más guarde la palabra de Dios en su mente, más sabio será. Cuando hable con alguien sobre un problema, primero pregúntese a sí mismo: “¿Ha hablado Dios específicamente acerca de este asunto en su palabra? Sí así es, ¿qué es lo que ha dicho él al respecto? Si no, ¿hay algún un principio bíblico general que debamos tomar en cuenta? Cuanto más profunda sea su dependencia de la palabra de Dios, más sabio será.

“Mas la sabiduría recrea al hombre de entendimiento”.

(Proverbios 10:23)

A. Las siete características de la sabiduría espiritual

Con un corazón humilde reconozca que:

#1  Las soluciones no le pertenecen.

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. (Juan 14:26)

#2  La auto suficiencia en que usted confiaba se sustituye con la suficiencia de Cristo.

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (Juan 15:5)

#3  El Espíritu es su consejero, y le capacita para aconsejar con la verdad de Dios.

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”. (Juan 16:13)

#4  Las Escrituras alumbrarán su camino al ayudar a otros a salir de la oscuridad.

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. (Salmos 119:105)

#5  El éxito de su consejería no depende de que sepa todas las respuestas.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. (Proverbios 3:5–6)

#6  No debe enfrentar el pecado del otro con actitud condenatoria o de crítica.

“Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo”. (1 Pedro 3:15–16)

#7  El secreto de la victoria sobre el pecado es creer y confiar en el poder del Espíritu de Cristo que mora en nosotros.

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)

 

B.  Actitudes que hacen la diferencia

Un antiguo dicho dice: “A la gente no le interesa cuánto sabemos hasta que sabe cuánto nos interesa”. El interés y preocupación por quien estamos aconsejando tiene mayor impacto que saber todas las respuestas u ofrecer consejos. Si tiene una actitud de amor y un corazón comprensivo, tendrá la fuerza para comunicar la verdad que le esté compartiendo. Permita que el amor y la comprensión de Cristo a través de usted fluyan a favor de la persona para descubrir el dolor oculto de su corazón.

     Respetamos a los demás cuando tenemos la creencia básica de que todos hemos sido creados a la imagen de Dios.

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. (Génesis 1:26)

     Comunicamos nuestra atención cuando cerramos la puerta a nuestros propios pensamientos y nos concentramos en escuchar y observar.

“Miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé consejo”. (Proverbios 24:32)

     Mostramos nuestra disponibilidad cuando damos atención y tiempo al otro cuando es necesario.

“Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”. (Eclesiastés 4:10)

     Transmitimos empatía cuando entramos al mundo del otro persona para entender sus pensamientos y sentimientos.

“Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran”. (Romanos 12:15)

     Infundimos ánimo cuando mantenemos el espíritu de esperanza y optimismo.

“Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”

(1 Tesalonicenses 5:11)

     Demostramos sinceridad cuando somos nosotros mismos, siendo honestos y vulnerable delante del otro.

“Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida”. (1 Timoteo 1:5)

“Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”.

(Efesios 4:2)

III. Causa de las actitudes y comportamientos negativos

¿Por qué algunas personas no tratan de cambiar lo que no les funciona? ¿Por qué hay gente que se da por vencida en esta vida y trata de suicidarse? Las personas que se ven envueltas en patrones de comportamiento negativo a menudo pierden la esperanza de un cambio. No saben qué hacer y mucho menos saben por qué hacen lo que hacen. La raíz de un comportamiento negativo es el deseo de satisfacer las necesidades legítimas que tenemos usando medios ilegítimos. Mucha gente asume que está enredada en un dilema destinado al fracaso del cual no pueden escapar.

“Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago”

(Romanos 7:19)

A. Trampas que debemos evitar

Para lograr mayor impacto al ayudar a los demás, debemos ser prudentes y evitar lo siguiente.

Las 6 trampas a evitar

     No dé una seguridad falsa.

Ejemplos (negativos): “Todo va a salir bien”

“Pronto todo volverá a la normalidad”

     No minimice la experiencia.

Ejemplos (negativos): “Esto no es tan malo”

“¡Muy pronto será como si nada hubiera pasado!”

     No deje de consultar o enviar a la persona con un profesional. Los consejeros profesionales, médicos y servicios de intervención en crisis son buenos aliados para sanar al necesitado.

     Ejemplo: Debe denunciarse el abuso sexual infantil.

     No tome a la ligera las amenazas de muerte. Cuando se menciona el suicidio puede ser por autocompasión o autodestrucción. No se ponga en el lugar de juez y parte.

Mito: “Los suicidas nunca avisan que se van a matar”

Verdad: Casi todos los suicidas en algún momento lo advirtieron verbalmente.

     No dé consejos no pedidos.

Ejemplo (negativo): “Si quieres solucionar este problema, debes…”

     No asuma el papel de “salvador”

Ejemplo: Cuide de no adoptar el papel de “salvador sustituto” para satisfacer su propio ego.

“El sabio de corazón es llamado prudente”.

(Proverbios 16:21)

 

B.  ¿Por qué es necesario poner límites?

Un límite es una demarcación establecida que no se debe cruzar, cuyo propósito es resguardar y proteger. Es como la jaula de un león, que pone los límites que evitan que las personas se lastimen o que éstas lastimen al animal. En las relaciones interpersonales, se tienen que establecer límites saludables para cuidarnos y protegernos. En la consejería, los límites evitan que demos más de lo que debemos dar y evitan que los otros tomen más de lo debido. Considere las siguientes dos preguntas:

Pregunta: “Me han dicho que a veces ayudo demasiado a la gente. ¿Por qué lo hago?

Respuesta: Considere los siguientes ejemplos respecto a los límites:

—¿Podría ser que en el fondo de su corazón usted desea que una persona lo necesite a usted para que pueda sentirse importante y que su vida tenga significado?

—Bajo el disfraz de una “persona desinteresada”, ¿no será que quiere recibir atención por ser un mártir moderno?

—¿Alguna vez ha pensado o dicho: “cómo me puedes hacer esto después de todo lo que he hecho por ti?”

Examine sus motivaciones. Ore para discernir cuál es el impulso que hay detrás de su necesidad de ayudar.

“Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; pero Jehová pesa los corazones”. (Proverbios 21:2)

Pregunta: “¿Cuándo se considera que la ayuda es excesiva?”

Respuesta: Si usted se esfuerza más que la persona por hacer que ella cambie, entonces la verdad es que usted no la está ayudando. Su “ayuda” es un estorbo, porque le impide ver que necesita cambiar. No es sabio dar su dinero a una persona que tiene problemas económicos continuamente, o que no puede dejar las drogas, o que entra y sale de la cárcel a cada rato, o que decide seguir dependiendo de usted. Dar demasiada “ayuda” es un obstáculo para que la persona progrese y aprenda lecciones valiosas que sólo se aprenden cuando experimenta consecuencias dolorosas. ¡No siga resolviendo los problemas de esa persona! A menudo, la mejor motivación para cambiar es cuando cosechamos lo que sembramos.

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. (Gálatas 6:7)

Pregunta: ¿Cómo saber cuándo debo dejar de trabajar con una persona cuyo estilo de vida es destructivo?”

Respuesta: Usted no debe hacer el trabajo que le corresponde a otra persona, pero sí puede apoyarla desde cierta distancia. Por ejemplo, si un hombre decide que necesita ejercitarse para tener mejores músculos, usted no puede hacer pesas por él. No le hace ningún bien que usted gaste sus energías. Él debe hacer los ejercicios y abdominales, pero usted puede sostener sus piernas. Sin embargo, si él deja de ejercitarse, usted no debe gastar sus energías. Deje de tratar de ayudarle a cambiar hasta que él decida cambiar de verdad. Usted sabrá que está decidido a cambiar cuando haga esfuerzos por hacerlo.

“Porque cada uno llevará su propia carga”. (Gálatas 6:5)

C. ¿Por qué hacemos lo que hacemos?

Desde la infancia y hasta la edad adulta, nuestras necesidades son la fuerza que está detrás de todas nuestras actitudes y comportamiento. Los niños desarrollan patrones de comportamiento con base en lo que creen que llenará esas necesidades. Al ir creciendo, llegamos a creer que el poder para suplir nuestras necesidades se encuentra en nosotros mismos. Asumimos que nuestro deber es descubrir qué comportamientos funcionan y luego nos hacemos expertos en ese tipo de conducta. A la raíz de este proceso se encuentra el orgullo, pues vivimos con nuestros propios recursos, sin tomar en cuenta a Dios. Este modo de vida auto-voluntario es el combustible del pecado.

“Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune”.

(Proverbios 16:5)

La raíz del orgullo

¿Está albergando orgullo en su corazón? Hay ocasiones en las que usted:

Se envanece

¿Pensando que usted sabe cuál es la mejor solución y creyendo que usted puede resolver todos los problemas del otro sin depender de Dios?

“El conocimiento envanece, pero el amor edifica”. (1 Corintios 8:1)

Se rebela

¿Pensando que sus pensamientos son mejores que los de Dios y creyendo que puede vivir como se le antoje sin importar lo que Dios diga?

“Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación”. (1 Samuel 15:23)

Es independiente

¿Pensando que usted es suficiente en sí mismo y creyendo que puede lograr la plenitud y tener un propósito en la vida separado de Dios?

“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”. (Isaías 53:6)

Es de doble mente

¿Pensando que usted puede oscurecer la verdad y creyendo que puede violar su propia conciencia e ir contra sus valores para lograr sus propósitos?

“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”. (Santiago 1:8)

Se auto justifica

¿Pensando que puede explicar sus actitudes y comportamiento incorrecto y creyendo que puede culpar a alguien o algo más?

“Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; pero Jehová pesa los corazones”. (Proverbios 21:2)

Analizando la situación

Los que luchan por resistir la tentación no sólo son los salvos. Tanto los cristianos como los no creyentes, pueden ser “orgullosos de corazón”, aunque aparenten ser humildes.

“Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”.

(1 Pedro 5:5)

D. La raíz del problema

Pregunta: “¿Por qué Dios nos dio estas necesidades internas y profundas sabiendo que nuestra tendencia sería confiar en las personas, cosas, posición y poder para suplirlas?”

Respuesta: En última instancia, la gente le falla a la gente. Y las cosas son solamente eso, cosas. Sin embargo, seguimos viviendo con creencias incorrectas que nos esclavizan.

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12)

Creencia errónea: “La causa de mis problemas es que la gente y las circunstancias de mi vida me han defraudado, han fallado en satisfacer mis necesidades”.

Creencia correcta: Dios no creó ninguna persona o posición, o cualquier cantidad de poder o posesiones para satisfacer mis necesidades íntimas. Mis necesidades fueron creadas por Dios para llevarme a una mayor dependencia de Cristo para que él sea quien supla todas mis necesidades. El Señor podrá rodearme de gente y circunstancias positivas en mi vida, pero en última instancia, solamente Dios puede satisfacer todas las necesidades de mi corazón.

“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”. (Isaías 58:11)

IV. Pasos para encontrar la solución

A. Versículo clave para memorizar

“Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová”.

(1 Reyes 22:5)

B.  Pasaje clave para leer y meditar

Proverbios 2:1–11

“Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio y equidad, y todo buen camino. Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere grata a tu alma, la discreción te guardará; te preservará la inteligencia”.

Cómo tener la sabiduría de dios

     Escriba la palabra de Dios en su corazón. Memorice y medite en la Biblia

 

v. 1

 

Viva su vida con base en la palabra de Dios. Dependa de ella para dirigir sus propias decisiones así como la consejería que ofrece. Sature su mente con los pensamientos y actitudes de Dios, de tal modo que éstos guíen su vida.

 

     Profundice su entendimiento de cómo actúa Dios. Escuche los consejos piadosos.

 

v. 2

 

Busque obtener la sabiduría de Dios a través de los creyentes que tienen un conocimiento rico e íntimo del Señor. Aplíquese con diligencia a entender las prioridades divinas y su punto de vista acerca de los diversos temas de la vida.

 

     Busque percepción sobrenatural. Pida a Dios que le dé discernimiento.

 

v. 3

 

Busque con empeño y sin cesar a Dios y su percepción y entendimiento respecto a las circunstancias en su propia vida y en la de los que reciben sus consejos.

 

     Escudriñe los tesoros de la verdad. Estudie la Biblia.

 

v. 4

 

Realice estudios bíblicos inductivos profundos, escudriñando las verdades de la palabra de Dios. A través del estudio de términos de la Biblia y la oración, discierna la relevancia de esas verdades para su vida.

 

     Abra su corazón para recibir sabiduría. Pida al Señor conocimiento y entendimiento.

 

v. 5

 

Espere que el Señor recompense su búsqueda y pasión por él al abrir los ojos de su corazón para verlo más claramente y para experimentarlo más profunda e íntimamente.

 

     Maravíllese cuando Dios le dé su provisión. Atribúyale el crédito a Dios.

 

v. 6

 

Reconozca que la sabiduría proviene de Dios y que él es quien se la otorga por su gracia. Usted recibe de él conocimiento y entendimiento.

 

     Reconozca la victoria de Dios. Déle la gloria a Dios.

 

v. 7

 

Literalmente, alabe a Jesús por la victoria completa y eterna que le ha asegurado por medio de su muerte y resurrección. Déle gracias a Dios por haberle dado su protección constante contra el enemigo.

 

     Céntrese en la fidelidad de Dios. Descanse en el Señor.

 

v. 8

 

Que su meta sea una devoción inquebrantable de su fe en Cristo Jesús para tratar con justicia a todas las personas. Tenga la seguridad de que él le guardará en el camino que ha planeado para usted y lo protegerá.

 

     Aférrese a la bondad de Dios. Espere en el Señor.

 

v. 9

 

Después de buscar la sabiduría a la manera de Dios, espere con paciencia para que él le dé entendimiento acerca de lo que es correcto, justo y bueno para su vida y para el que aconseja.

 

     Actúe con base en su identidad en Cristo. Dependa del Señor.

 

v. 10

 

Cristo es la sabiduría en usted. Al buscar tener una relación profunda con él y entenderlo mejor, su sabiduría y conocimiento será derramado en y a través de usted.

 

     Deléitese en la protección de Dios. Confíe en el Señor.

 

v. 11

 

Ponga un sello sobre su boca y practique de manera deliberada la discreción y usted se protegerá a sí mismo. De la misma manera, aplique el entendimiento que Dios le dé y él le guardará.

 

C. ¿Qué necesita cambiar?

El cambio es siempre el resultado y la meta de la obra del Espíritu Santo en la vida de un creyente. La Biblia llama a este cambio “transformación”. El cambio es el resultado esperado de todos los cristianos cuando son dirigidos por el Señor. El plan de Dios es que cada uno de sus hijos sea conformado a la imagen de Cristo, que nos parezcamos más a él y que lo representemos fielmente en este mundo. Esta es la manera en que “glorificamos a Dios”.

“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos… somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.

(2 Corintios 3:17–18)

     Cambie su manera negativa de pensar… Eso es arrepentimiento.

—Los pensamientos equivocados nos esclavizan a hábitos incorrectos, pero todos podemos cambiar aquello en lo que decidimos pensar.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. (Filipenses 4:8)

     Cambie su comportamiento negativo… Esto es obediencia.

—Un cambio de mente produce un cambio de conducta.

“Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios”. (2 Corintios 4:2)

     Cambie su actitud negativa… Esto es cumplir.

—Adopte una actitud de gozo, gratitud y disposición a cumplir la voluntad de Dios.

“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. (Colosenses 3:16–17)

     Cambie sus sentimientos de amargura… Esto es perdón.

—Haga una lista de las ofensas que han cometido contra usted y entregue ese dolor en las manos de Dios, y luego entregue a Dios a su ofensor.

“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. (Mateo 6:14–15)

     Cambie sus palabras negativas… Esto es confesión.

—Las palabras tienen el poder de cambiar una situación o la manera en qué usted percibe esa situación, lo cual a su vez lo cambiará a usted.

“Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala”. (1 Pedro 3:10–11)

     Cambie sus pensamientos negativos… Esto es renovación.

—Desarrolle la habilidad de pensar acerca de su situación de la misma manera que Dios la ve.

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. (Romanos 12:2)

D. ¿Cómo puedo hacer una consejería práctica?

Sea sabio para aprovechar las oportunidades que Dios le da. Tal vez pase muchas horas aconsejando a un amigo, o quizá siembre unas pocas semillas en la vida de esa persona. No trate de lograr muchas cosas demasiado rápido. Ore a Dios sin cesar para que él dirija tanto sus palabras como su comportamiento.

“Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.

Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.”

(Colosenses 4:5–6)

Preparación física

     Busque un lugar privado y tranquilo para hablar… que sea seguro para todos los involucrados.

     Elimine las distracciones… televisión, música, otras conversaciones o ruidos molestos.

     Evite interrupciones… detenga llamadas telefónicas o pida a alguien que conteste.

     Evite barreras físicas… no se siente detrás de un escritorio.

     Ajuste la luz, reduzca su intensidad… abra o cierre las persianas o cortinas, según el caso.

     Tenga a la mano ayudas de consejería… Biblia, papel, plumas o números telefónicos pertinentes.

     Tenga a mano pañuelos desechables y agua para beber… tenga todo listo antes de la reunión.

“La ciencia del prudente está en entender su camino; mas la indiscreción de los necios es engaño”.

(Proverbios 14:8)

Cuidado personal no verbal

     Sonría cuando salude… Un rostro amigable puede cambiar el temor en la persona.

     Salude de mano o utilice cualquier otro tipo de saludo adecuado… El toque humano transmite calor y cuidado.

     Sitúe las sillas cerca la una de la otra… Si se encuentra en un ángulo de 90 grados, gire su cuerpo para ver al otro cara a cara.

     Incline levemente su cuerpo hacia al frente… Eso comunica: “estoy interesado en lo que me estás diciendo”.

     Mantenga buen contacto visual… No se distraiga. Si es necesario, vaya a otro lugar.

     Esté abierto y dispuesto… No se siente con los brazos cruzados o los puños cerrados. Los brazos cruzados significan: “No creo que quieras mi ayuda”.

     Asienta con la cabeza de vez en cuando… Ese movimiento tan sencillo significa aceptación versus rechazo.

“La luz de los ojos alegra el corazón.… El corazón alegre constituye buen remedio”

(Proverbios 15:30; 17:22)

Cómo tratar con el problema real

     Llame a la persona por su nombre.

Ejemplos: “¡Hola, David! Pásale”. “Hola, Carolina, por favor, toma asiento”.

Use el nombre de la persona varias veces durante la sesión.

     No se enzarce en conversación superficial y banal.

Los comentarios que no tienen que ver con el tema impiden llegar al meollo del asunto, aumentan la ansiedad del entrevistado, o bien, disminuyen su buena disposición a abrir su corazón. La plática superficial puede interpretarse como que usted no está interesado en su problema.

     Haga preguntas directas.

Ejemplo: “¿En qué te puedo ayudar?”

     No pregunte: “¿Cuál es tu problema?”

Este acercamiento negativo puede sugerir que algo está mal con el entrevistado. Implica que hay un problema cuando en realidad a veces no es así.

     Acepte que con frecuencia el problema que le comparten no es el verdadero problema.

Para el entrevistado, a menudo el problema es lo que él percibe como la causa de su aflicción. Sin embargo, a medida que el consejero explora la situación haciendo preguntas pertinentes y provoca respuestas valiosas, el entrevistado generalmente descubrirá que lo que él percibe es un asunto sintomático periférico y no la raíz del problema.

     Por encima de todas las cosas, no deje de transmitirle esperanza.

“¿Esta su a aconsejado consciente de que Dios está obrando en su vida y que él tiene un plan personal para él?” En la Biblia, el Señor dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros… pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. (Jeremías 29:11). Lo más benéfico que la gente puede entender es que hay esperanza genuina para él.

“La cual [esperanza] tenemos como segura y firme ancla del alma.” (Hebreos 6:19)

“Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; mas el hombre entendido lo alcanzará”. (Proverbios 20:5)

Experiencias pasadas

     Haga preguntas relacionadas con la familia, el hogar, la escuela, su pareja, su trabajo.

Ejemplo: “Permíteme hacerte algunas preguntas para conocerte mejor”.

     Haga preguntas abiertas que no pueden responderse con un sí o no.

Ejemplo: “¿Cómo expresas tu ira?”

     Fomente la conversación.

Ejemplo: “¿Podrías decirme algo más?” “Continúa…” “M-m-m…”

     Escuche los sentimientos que la persona manifiesta. Pregúntele acerca de ellos.

Ejemplos: “¿Cuándo te sientes solo?”, “¿Por qué piensas que te enojaste?”

     Escuche a lo que no se comunica. Observe si nunca menciona a uno de sus padres.

Ejemplo: “¿Cómo influyó tu padre en tu vida?”

     No haga preguntas que incluyan la respuesta.

Ejemplo: “Has estado sintiendo amargura, ¿verdad?”

     Explore a fondo los mensajes que recibió durante su niñez y juventud por parte de gente significativa (padres, hermanos, otros parientes, amigos, etc.)

Ejemplo: “¿Qué mensaje percibías acerca de ti mismo por las cosas que te decía tu mamá y las cosas que hacía?”

“Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.”

(Eclesiastés 3:15)

Haga la pregunta:

“¿Por qué hacemos lo que no queremos hacer?”

Todos fuimos creados con tres necesidades íntimas dadas por Dios de amor, significado y seguridad.

     Amor

—Es saber que alguien está comprometido a lograr el mayor bien a nuestro favor

“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado”. (Juan 15:12)

     Significancia

—Es saber que tenemos propósito y significado en la vida

“Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece”. (Salmos 57:2)

     Seguridad

—Es sentirse seguros y aceptados

“En el temor de Jehová está la fuerte confianza; y esperanza tendrán sus hijos”. (Proverbios 14:26)

Plan para suplir nuestras necesidades

Todos fuimos creados por Dios con tres necesidades internas básicas, pero no hay ninguna persona que haya sido designada para suplirlas todas. Si una persona pudiera suplir todas ellas, entonces no necesitaríamos a Dios. El Señor planeó que él sería el que supliría todas nuestras necesidades. El apóstol Pablo reveló esta verdad cuando declaró: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). Su respuesta fue contundente: “…Jesucristo Señor nuestro” (Romanos 7:25).

     Amor

“Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”. (Jeremías 31:3)

     Significancia

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11)

     Seguridad

“Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides” (Deuteronomio 31:8)

Presente el plan de cómo ser libres

Reconozca que puede ser libre de cualquier cosa que lo esclavice, cualquier cosa que le obstaculiza ser todo lo que Dios quiere que usted sea.

“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”

(Juan 8:32)

Enfrente la verdad por su comportamiento negativo.

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos” (Salmos 139:23)

Reconozca cuál de sus necesidades internas está tratando de suplir con su actitud y comportamiento negativo (amor, significancia o seguridad).

“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”. (Salmos 51:6)

Deje de tratar de suplir sus necesidades por sí mismo y permita que Dios las supla.

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19)

 

Experimente el poder interior de Cristo como la fuente de su cambio.

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)

Declare la verdad de que ha dejado de vivir en sus propios recursos. Ahora vive en dependencia de Cristo, porque Cristo vive en usted. El es la fuente de su libertad.

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. (Juan 8:36)

E.  La identidad del creyente

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”

(Gálatas 2:20)

Un ingrediente esencial de la consejería que se centra en Cristo es llegar a entender cómo es la identidad del cristiano en Cristo y los recursos que él pone a disposición de todos los creyentes.

     La presencia de Dios en usted…

“Que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. (Colosenses 1:27)

     El poder de Dios que obra a través de usted…

“Por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia”. (2 Pedro 1:3)

     El carácter de Cristo se reproduce en usted…

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo”. (Romanos 8:29)

     La vida de Cristo se refleja a través de usted…

“Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal”. (2 Corintios 4:11)


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