por June Hunt
¿Con frecuencia la gente le pide
consejos? ¿Siempre se siente seguro de que dio el consejo correcto? ¿Cómo puede
prepararse para cuando Dios le pida que se convierta en su voz de consejería
para alguien que necesita ayuda y esperanza? Nunca vaya contra la palabra de
Dios aun cuando signifique ir contra lo que la mayoría piensa. Sin importar lo
que el mundo considere correcto, nunca se equivocará si se apega a la palabra
divina.
“Bienaventurado
el varón que no anduvo en consejo de malos ni en silla de escarnecedores se ha
sentado, antes en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y
de noche. Y será como árbol plantado junto a arroyos de agua que da su fruto a
su tiempo, y su hoja no cae”.
(Salmos
1:1–2)
I. Definiciones
¿Está usted preparado si Dios le pide ser un
instrumento en sus manos para consolar a otro?
A. Principios de consejería
• “¿Qué
significa la palabra consejería?”
—La consejería es la ayuda y esperanza que
una persona con conocimiento ofrece a otra. El consejo que se da puede variar
desde un consejo y guía en general hasta el consuelo y ánimo personal.
—En el Antiguo Testamento,
la palabra hebrea yaats significa “dar consejo, deliberar o resolver”. También se
refiere a “los que dan consejos”.
—Isaías 9:6 es uno de los pasajes mesiánicos más conocidos y
describe al Señor como el “Admirable consejero” (yaats).
—En el Nuevo Testamento, la
palabra griega paraklesis literalmente significa “llamado a estar al lado de
otra persona (para significa al lado de, kaleo significa llamar) y se refiere
a aconsejar, animar y consolar a otro”.
“Porque
de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda
también por el mismo Cristo nuestra consolación”. (2
Corintios 1:5)
• “¿Qué
lo califica a usted para ser un consejero?”
—Sus relaciones actuales con amigos y
familiares.
—El conocimiento que usted
ya tiene de sus luchas.
—Puesto que a un consejero
profesional le tomaría meses adquirir esa clase de conocimiento, usted tiene
esa ventaja con sus amigos y familiares.
“El
ungüento y el perfume alegran el corazón, y el cordial consejo del amigo, al
hombre”. (Proverbios 27:9)
• “¿Quién
necesita de la consejería?”
—Más de la mitad de todas las personas que
acuden al médico se debe a que tienen síntomas causados por problemas
sicológicos o espirituales.
—El que desea ser sabio
—“El camino del necio es
derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es sabio”. (Proverbios 12:15)
—El que desea tener éxito
“Los
pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de
consejeros se afirman”. (Proverbios 15:22)
B. Credenciales para dar consejería bíblica
• “¿Quién
está calificado para ser un buen consejero bíblico?”
—El cristiano que tiene una relación
personal con Dios, que está comprometido profundamente con Jesucristo y que
vive bajo la dirección del Espíritu Santo está calificado para consolar y
animar a los demás.
—La persona que ha buscado
y recibido personalmente el consuelo divino
“Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios
de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para
que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación,
por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”. (2 Corintios 1:3–4)
—La persona que ama a Cristo y se preocupa
por las necesidades espirituales de los demás
“Sobrellevad
los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. (Gálatas 6:2)
—La persona que debido a su estudio
cotidiano de la palabra de Dios puede manejar la verdad con exactitud
“Procura
con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. (2
Timoteo 2:15)
—La persona que ha sido llamada por Dios
para aconsejar a otros
“Fiel
es el que os llama, el cual también lo hará”. (1
Tesalonicenses 5:24)
• “¿Cuál
es la principal responsabilidad del consejero bíblico?”
—Para que la consejería sea efectiva en
verdad, el consejero debe tener una relación sincera con Jesucristo,
compañerismo con él y buscar la voluntad de Dios a través de su palabra.
“Yo
soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (Juan 15:5)
• “¿Cuáles
son las metas de la consejería bíblica?”
—Un consejero bíblico que sirve a Cristo
con sinceridad desea:
—Conducir al incrédulo a
conocer a Jesucristo como su Salvador
“Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la
perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”. (Mateo 16:24–25)
—Ayudar a los que se han desviado del
camino a volver a él para que puedan avanzar hacia la plenitud y madurez
espiritual
“Hermanos,
si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace
volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará
de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados”. (Santiago
5:19–20)
—Presentar la verdad de la palabra de Dios
para traer convicción a sus corazones, corregir el error y liberar a los
cautivos
“Porque
la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12)
—Presentar la sabiduría que se encuentra
en la palabra de Dios para que los creyentes puedan vivir en victoria
“Escucha
el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez”. (Proverbios 19:20)
• “¿Qué
es la consejería centrada en Jesucristo?”
La consejería que se centra en Cristo se basa en
los beneficios de la morada de Cristo dentro de cada creyente.
—Todos los creyentes son una nueva
criatura.
“De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas”. (2 Corintios 5:17)
—Todos los creyentes cuentan con el poder
necesario para cambiar.
“Como
todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por
su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria
y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia”. (2 Pedro 1:3–4)
—Todo creyente debe vivir en total
dependencia de Cristo.
“Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y
lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí”. (Gálatas 2:20)
—Todo creyente tiene una esperanza firme
de ser conformado a la imagen de Jesucristo.
“Este
misterio… Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. (Colosenses 1:27)
• “En
última instancia, ¿quién es el que da el consejo más seguro?”
Aunque es sabio buscar consejo de un cristiano que
es dirigido por el Espíritu Santo, nada sustituye la necesidad que tiene toda
persona de recibir directamente el consejo divino procedente del Espíritu
Santo.
“El
Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad”. (Juan 16:13)
II. Características de un consejero bíblico
Todas las personas tienen opiniones personales
sinceras, pero las opiniones no son necesariamente ciertas. De hecho, en algún
momento todos hemos sido sinceros… y en otras ocasiones hemos estado
¡sinceramente equivocados! Por eso necesitamos hacernos la pregunta: ¿ Cuál es el fundamento de la verdad? La
Biblia debe serlo. Si su forma de pensar no está de acuerdo con lo que Dios
dice, ¡cambie su forma de pensar!
“Sécase
la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para
siempre”.
(Isaías
40:8)
Considere estas preguntas:
• ¿Quiere cometer errores? (Claro que no)
• ¿Quiere ofrecer consejos sabios? (¿Quién
no?)
• ¿Quién es la fuente de la sabiduría? (Dios)
• Si sus pensamientos fueran los de Dios,
¿sería usted sabio? (Sin duda alguna)
• ¿Dónde se encuentran muchos de los pensamientos
de Dios (no todos)? (En la Biblia)
Conclusión: Cuanto más conozca la palabra de Dios,
más podrá conocer lo que él quiere que usted haga y cuanto más guarde la
palabra de Dios en su mente, más sabio será. Cuando hable con alguien sobre un
problema, primero pregúntese a sí mismo: “¿Ha
hablado Dios específicamente acerca de este asunto en su palabra? Sí así
es, ¿qué es lo que ha dicho él al respecto? Si no, ¿hay algún un principio
bíblico general que debamos tomar en cuenta? Cuanto más profunda sea su dependencia
de la palabra de Dios, más sabio será.
“Mas
la sabiduría recrea al hombre de entendimiento”.
(Proverbios
10:23)
A. Las siete características de la sabiduría
espiritual
Con un corazón humilde reconozca que:
#1 Las soluciones no le pertenecen.
“Mas
el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. (Juan 14:26)
#2 La auto suficiencia en que usted
confiaba se sustituye con la suficiencia de Cristo.
“Yo
soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (Juan 15:5)
#3 El Espíritu es su consejero, y le
capacita para aconsejar con la verdad de Dios.
“Pero
cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no
hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará
saber las cosas que habrán de venir”. (Juan 16:13)
#4 Las Escrituras alumbrarán su camino al
ayudar a otros a salir de la oscuridad.
“Lámpara
es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. (Salmos
119:105)
#5 El éxito de su consejería no depende de
que sepa todas las respuestas.
“Fíate
de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo
en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. (Proverbios 3:5–6)
#6 No debe enfrentar el pecado del otro con
actitud condenatoria o de crítica.
“Sino
santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados
para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que
en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que
calumnian vuestra buena conducta en Cristo”. (1
Pedro 3:15–16)
#7 El secreto de la victoria sobre el
pecado es creer y confiar en el poder del Espíritu de Cristo que mora en
nosotros.
“Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses
4:13)
B. Actitudes que hacen la diferencia
Un antiguo dicho dice: “A la gente no le interesa
cuánto sabemos hasta que sabe cuánto nos interesa”. El interés y preocupación
por quien estamos aconsejando tiene mayor impacto que saber todas las
respuestas u ofrecer consejos. Si tiene una actitud de amor y un corazón
comprensivo, tendrá la fuerza para comunicar la verdad que le esté
compartiendo. Permita que el amor y la comprensión de Cristo a través de usted
fluyan a favor de la persona para descubrir el dolor oculto de su corazón.
• Respetamos
a los demás cuando tenemos la creencia básica de que todos hemos sido creados a
la imagen de Dios.
“Entonces
dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en
toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. (Génesis 1:26)
• Comunicamos nuestra atención cuando cerramos la puerta a nuestros propios pensamientos
y nos concentramos en escuchar y observar.
“Miré,
y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé consejo”. (Proverbios
24:32)
• Mostramos nuestra disponibilidad cuando damos atención y tiempo al otro cuando es
necesario.
“Porque
si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando
cayere, no habrá segundo que lo levante”. (Eclesiastés
4:10)
• Transmitimos empatía cuando entramos al mundo del otro persona para entender sus
pensamientos y sentimientos.
“Gozaos
con los que se gozan; llorad con los que lloran”. (Romanos
12:15)
• Infundimos ánimo cuando mantenemos el espíritu de esperanza y optimismo.
“Por
lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”
(1 Tesalonicenses 5:11)
• Demostramos sinceridad cuando somos nosotros mismos, siendo honestos y
vulnerable delante del otro.
“Pues
el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de
buena conciencia, y de fe no fingida”. (1 Timoteo
1:5)
“Con
toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor”.
(Efesios
4:2)
III. Causa de las actitudes y comportamientos
negativos
¿Por qué algunas personas no tratan de cambiar lo
que no les funciona? ¿Por qué hay gente que se da por vencida en esta vida y
trata de suicidarse? Las personas que se ven envueltas en patrones de
comportamiento negativo a menudo pierden la esperanza de un cambio. No saben
qué hacer y mucho menos saben por qué hacen lo que hacen. La raíz de un
comportamiento negativo es el deseo de satisfacer las necesidades legítimas que
tenemos usando medios ilegítimos. Mucha gente asume que está enredada en un
dilema destinado al fracaso del cual no pueden escapar.
“Porque
no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago”
(Romanos
7:19)
A. Trampas que debemos evitar
Para lograr mayor impacto al ayudar a los demás,
debemos ser prudentes y evitar lo siguiente.
Las 6 trampas a
evitar
• No dé una seguridad falsa.
—Ejemplos (negativos): “Todo va a salir bien”
“Pronto todo volverá a la normalidad”
• No minimice la experiencia.
—Ejemplos (negativos): “Esto no es tan malo”
“¡Muy pronto será como si nada hubiera
pasado!”
• No deje de consultar o enviar a la persona
con un profesional. Los consejeros profesionales, médicos y servicios de
intervención en crisis son buenos aliados para sanar al necesitado.
• Ejemplo:
Debe denunciarse el abuso sexual infantil.
• No tome a la ligera las amenazas de muerte.
Cuando se menciona el suicidio puede ser por autocompasión o autodestrucción.
No se ponga en el lugar de juez y parte.
—Mito:
“Los suicidas nunca avisan que se van a matar”
—Verdad: Casi todos los suicidas en algún momento lo advirtieron
verbalmente.
• No dé consejos no pedidos.
—Ejemplo (negativo): “Si quieres solucionar este problema, debes…”
• No asuma el papel de “salvador”
—Ejemplo: Cuide de no adoptar el papel de “salvador sustituto” para
satisfacer su propio ego.
“El
sabio de corazón es llamado prudente”.
(Proverbios
16:21)
B. ¿Por qué es necesario poner límites?
Un límite es una demarcación establecida que no se
debe cruzar, cuyo propósito es resguardar y proteger. Es como la jaula de un
león, que pone los límites que evitan que las personas se lastimen o que éstas
lastimen al animal. En las relaciones interpersonales, se tienen que establecer
límites saludables para cuidarnos y protegernos. En la consejería, los límites
evitan que demos más de lo que debemos dar y evitan que los otros tomen más de
lo debido. Considere las siguientes dos preguntas:
Pregunta: “Me han dicho que a veces ayudo demasiado
a la gente. ¿Por qué lo hago?
Respuesta: Considere los
siguientes ejemplos respecto a los límites:
—¿Podría ser que en el fondo de su corazón
usted desea que una persona lo necesite a usted para que pueda sentirse
importante y que su vida tenga significado?
—Bajo el disfraz de una
“persona desinteresada”, ¿no será que quiere recibir atención por ser un mártir
moderno?
—¿Alguna vez ha pensado o
dicho: “cómo me puedes hacer esto después
de todo lo que he hecho por ti?”
Examine sus motivaciones. Ore para discernir cuál
es el impulso que hay detrás de su necesidad de ayudar.
“Todo
camino del hombre es recto en su propia opinión; pero Jehová pesa los
corazones”. (Proverbios 21:2)
Pregunta: “¿Cuándo se considera que la ayuda es
excesiva?”
Respuesta: Si usted se
esfuerza más que la persona por hacer que ella cambie, entonces la verdad es
que usted no la está ayudando. Su “ayuda” es un estorbo, porque le impide ver
que necesita cambiar. No es sabio dar su dinero a una persona que tiene
problemas económicos continuamente, o que no puede dejar las drogas, o que
entra y sale de la cárcel a cada rato, o que decide seguir dependiendo de
usted. Dar demasiada “ayuda” es un obstáculo para que la persona progrese y
aprenda lecciones valiosas que sólo se aprenden cuando experimenta
consecuencias dolorosas. ¡No siga resolviendo los problemas de esa persona! A
menudo, la mejor motivación para cambiar es cuando cosechamos lo que sembramos.
“No
os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare,
eso también segará”. (Gálatas 6:7)
Pregunta: ¿Cómo saber cuándo debo dejar de
trabajar con una persona cuyo estilo de vida es destructivo?”
Respuesta: Usted no debe hacer
el trabajo que le corresponde a otra persona, pero sí puede apoyarla desde
cierta distancia. Por ejemplo, si un hombre decide que necesita ejercitarse
para tener mejores músculos, usted no puede hacer pesas por él. No le hace
ningún bien que usted gaste sus energías. Él debe hacer los ejercicios y
abdominales, pero usted puede sostener sus piernas. Sin embargo, si él deja de
ejercitarse, usted no debe gastar sus energías. Deje de tratar de ayudarle a
cambiar hasta que él decida cambiar de verdad. Usted sabrá que está decidido a
cambiar cuando haga esfuerzos por hacerlo.
“Porque
cada uno llevará su propia carga”. (Gálatas 6:5)
C. ¿Por qué hacemos lo que hacemos?
Desde la infancia y hasta la edad adulta, nuestras
necesidades son la fuerza que está detrás de todas nuestras actitudes y comportamiento.
Los niños desarrollan patrones de comportamiento con base en lo que creen que
llenará esas necesidades. Al ir creciendo, llegamos a creer que el poder para
suplir nuestras necesidades se encuentra en nosotros mismos. Asumimos que
nuestro deber es descubrir qué comportamientos funcionan y luego nos hacemos
expertos en ese tipo de conducta. A la raíz de este proceso se encuentra el
orgullo, pues vivimos con nuestros propios recursos, sin tomar en cuenta a
Dios. Este modo de vida auto-voluntario es el combustible del pecado.
“Abominación
es a Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune”.
(Proverbios
16:5)
La raíz del
orgullo
¿Está albergando orgullo en su corazón? Hay
ocasiones en las que usted:
Se envanece
¿Pensando que usted sabe cuál es la mejor solución
y creyendo que usted puede resolver todos los problemas del otro sin depender
de Dios?
“El
conocimiento envanece, pero el amor edifica”. (1
Corintios 8:1)
Se rebela
¿Pensando que sus pensamientos son mejores que los
de Dios y creyendo que puede vivir como se le antoje sin importar lo que Dios
diga?
“Porque
como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la
obstinación”. (1 Samuel 15:23)
Es independiente
¿Pensando que usted es suficiente en sí mismo y
creyendo que puede lograr la plenitud y tener un propósito en la vida separado
de Dios?
“Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”. (Isaías
53:6)
Es de doble mente
¿Pensando que usted puede oscurecer la verdad y
creyendo que puede violar su propia conciencia e ir contra sus valores para
lograr sus propósitos?
“El
hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”. (Santiago 1:8)
Se auto justifica
¿Pensando que puede explicar sus actitudes y
comportamiento incorrecto y creyendo que puede culpar a alguien o algo más?
“Todo
camino del hombre es recto en su propia opinión; pero Jehová pesa los
corazones”. (Proverbios 21:2)
Analizando la
situación
Los que luchan por resistir la tentación no sólo
son los salvos. Tanto los cristianos como los no creyentes, pueden ser
“orgullosos de corazón”, aunque aparenten ser humildes.
“Dios
resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”.
(1
Pedro 5:5)
D. La raíz del problema
Pregunta: “¿Por qué Dios nos dio estas necesidades
internas y profundas sabiendo que nuestra tendencia sería confiar en las
personas, cosas, posición y poder para suplirlas?”
Respuesta: En última
instancia, la gente le falla a la gente. Y las cosas son solamente eso, cosas.
Sin embargo, seguimos viviendo con creencias incorrectas que nos esclavizan.
“Hay
camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12)
Creencia errónea: “La causa de mis problemas es que la gente y las
circunstancias de mi vida me han defraudado, han fallado en satisfacer mis
necesidades”.
Creencia correcta: Dios no creó ninguna persona o posición, o
cualquier cantidad de poder o posesiones para satisfacer mis necesidades
íntimas. Mis necesidades fueron creadas por Dios para llevarme a una mayor
dependencia de Cristo para que él sea quien supla todas mis necesidades. El
Señor podrá rodearme de gente y circunstancias positivas en mi vida, pero en
última instancia, solamente Dios puede satisfacer todas las necesidades de mi
corazón.
“Jehová
te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus
huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas
nunca faltan”. (Isaías 58:11)
IV. Pasos para encontrar la solución
A. Versículo clave para memorizar
“Yo te ruego que consultes hoy la palabra
de Jehová”.
(1 Reyes 22:5)
B. Pasaje clave para leer y meditar
Proverbios 2:1–11
“Hijo
mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti,
haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la
prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si
como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces
entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque
Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
Él provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan
rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de
sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio y equidad, y todo buen camino.
Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere grata a tu alma,
la discreción te guardará; te preservará la inteligencia”.
Cómo tener la
sabiduría de dios
• Escriba
la palabra de Dios en su corazón. Memorice y medite en la Biblia |
v. 1 |
Viva su vida con base en la palabra de
Dios. Dependa de ella para dirigir sus propias decisiones así como la
consejería que ofrece. Sature su mente con los pensamientos y actitudes de
Dios, de tal modo que éstos guíen su vida. |
|
• Profundice
su entendimiento de cómo actúa Dios. Escuche los consejos piadosos. |
v. 2 |
Busque obtener la sabiduría de Dios a
través de los creyentes que tienen un conocimiento rico e íntimo del Señor.
Aplíquese con diligencia a entender las prioridades divinas y su punto de
vista acerca de los diversos temas de la vida. |
|
• Busque
percepción sobrenatural. Pida a Dios que le dé discernimiento. |
v. 3 |
Busque con empeño y sin cesar a Dios y
su percepción y entendimiento respecto a las circunstancias en su propia vida
y en la de los que reciben sus consejos. |
|
• Escudriñe
los tesoros de la verdad. Estudie la Biblia. |
v. 4 |
Realice estudios bíblicos inductivos
profundos, escudriñando las verdades de la palabra de Dios. A través del
estudio de términos de la Biblia y la oración, discierna la relevancia de
esas verdades para su vida. |
|
• Abra
su corazón para recibir sabiduría. Pida al Señor conocimiento y
entendimiento. |
v. 5 |
Espere que el Señor recompense su
búsqueda y pasión por él al abrir los ojos de su corazón para verlo más
claramente y para experimentarlo más profunda e íntimamente. |
|
• Maravíllese
cuando Dios le dé su provisión. Atribúyale el crédito a Dios. |
v. 6 |
Reconozca que la sabiduría proviene de
Dios y que él es quien se la otorga por su gracia. Usted recibe de él
conocimiento y entendimiento. |
|
• Reconozca
la victoria de Dios. Déle la gloria a Dios. |
v. 7 |
Literalmente, alabe a Jesús por la
victoria completa y eterna que le ha asegurado por medio de su muerte y
resurrección. Déle gracias a Dios por haberle dado su protección constante
contra el enemigo. |
|
• Céntrese
en la fidelidad de Dios. Descanse en el Señor. |
v. 8 |
Que su meta sea una devoción
inquebrantable de su fe en Cristo Jesús para tratar con justicia a todas las
personas. Tenga la seguridad de que él le guardará en el camino que ha
planeado para usted y lo protegerá. |
|
• Aférrese
a la bondad de Dios. Espere en el Señor. |
v. 9 |
Después de buscar la sabiduría a la
manera de Dios, espere con paciencia para que él le dé entendimiento acerca
de lo que es correcto, justo y bueno para su vida y para el que aconseja. |
|
• Actúe
con base en su identidad en Cristo. Dependa del Señor. |
v. 10 |
Cristo es la sabiduría en usted. Al
buscar tener una relación profunda con él y entenderlo mejor, su sabiduría y
conocimiento será derramado en y a través de usted. |
|
• Deléitese
en la protección de Dios. Confíe en el Señor. |
v. 11 |
Ponga un sello sobre su boca y practique
de manera deliberada la discreción y usted se protegerá a sí mismo. De la
misma manera, aplique el entendimiento que Dios le dé y él le guardará. |
C. ¿Qué necesita cambiar?
El cambio es siempre el resultado y la meta de la
obra del Espíritu Santo en la vida de un creyente. La Biblia llama a este
cambio “transformación”. El cambio es el resultado esperado de todos los
cristianos cuando son dirigidos por el Señor. El plan de Dios es que cada uno
de sus hijos sea conformado a la imagen de Cristo, que nos parezcamos más a él
y que lo representemos fielmente en este mundo. Esta es la manera en que
“glorificamos a Dios”.
“Porque
el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Por tanto, nosotros todos… somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espíritu del Señor”.
(2 Corintios 3:17–18)
• Cambie
su manera negativa de pensar… Eso es arrepentimiento.
—Los pensamientos
equivocados nos esclavizan a hábitos incorrectos, pero todos podemos cambiar
aquello en lo que decidimos pensar.
“Por
lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. (Filipenses 4:8)
• Cambie
su comportamiento negativo… Esto es obediencia.
—Un cambio de mente produce
un cambio de conducta.
“Antes
bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni
adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad
recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios”. (2 Corintios 4:2)
• Cambie
su actitud negativa… Esto es cumplir.
—Adopte una actitud de
gozo, gratitud y disposición a cumplir la voluntad de Dios.
“La
palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos
unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al
Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de
palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a
Dios Padre por medio de él”. (Colosenses 3:16–17)
• Cambie
sus sentimientos de amargura… Esto es perdón.
—Haga una lista de las
ofensas que han cometido contra usted y entregue ese dolor en las manos de
Dios, y luego entregue a Dios a su ofensor.
“Porque
si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro
Padre os perdonará vuestras ofensas”. (Mateo
6:14–15)
• Cambie
sus palabras negativas… Esto es confesión.
—Las palabras tienen el
poder de cambiar una situación o la manera en qué usted percibe esa situación,
lo cual a su vez lo cambiará a usted.
“Porque:
El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus
labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y
sígala”. (1 Pedro 3:10–11)
• Cambie
sus pensamientos negativos… Esto es renovación.
—Desarrolle la habilidad de
pensar acerca de su situación de la misma manera que Dios la ve.
“No
os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta”. (Romanos 12:2)
D. ¿Cómo puedo hacer una consejería práctica?
Sea sabio para aprovechar las oportunidades que
Dios le da. Tal vez pase muchas horas aconsejando a un amigo, o quizá siembre
unas pocas semillas en la vida de esa persona. No trate de lograr muchas cosas
demasiado rápido. Ore a Dios sin cesar para que él dirija tanto sus palabras
como su comportamiento.
“Andad
sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.
Sea vuestra palabra siempre
con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada
uno.”
(Colosenses
4:5–6)
Preparación
física
• Busque un lugar privado y tranquilo para
hablar… que sea seguro para todos los involucrados.
• Elimine las distracciones… televisión,
música, otras conversaciones o ruidos molestos.
• Evite interrupciones… detenga llamadas
telefónicas o pida a alguien que conteste.
• Evite barreras físicas… no se siente detrás
de un escritorio.
• Ajuste la luz, reduzca su intensidad… abra
o cierre las persianas o cortinas, según el caso.
• Tenga a la mano ayudas de consejería…
Biblia, papel, plumas o números telefónicos pertinentes.
• Tenga a mano pañuelos desechables y agua
para beber… tenga todo listo antes de la reunión.
“La
ciencia del prudente está en entender su camino; mas la indiscreción de los
necios es engaño”.
(Proverbios
14:8)
Cuidado
personal no verbal
• Sonría cuando salude… Un rostro amigable
puede cambiar el temor en la persona.
• Salude de mano o utilice cualquier otro
tipo de saludo adecuado… El toque humano transmite calor y cuidado.
• Sitúe las sillas cerca la una de la otra…
Si se encuentra en un ángulo de 90 grados, gire su cuerpo para ver al otro cara
a cara.
• Incline levemente su cuerpo hacia al
frente… Eso comunica: “estoy interesado en lo que me estás diciendo”.
• Mantenga buen contacto visual… No se
distraiga. Si es necesario, vaya a otro lugar.
• Esté abierto y dispuesto… No se siente con
los brazos cruzados o los puños cerrados. Los brazos cruzados significan: “No
creo que quieras mi ayuda”.
• Asienta con la cabeza de vez en cuando… Ese
movimiento tan sencillo significa aceptación versus rechazo.
“La
luz de los ojos alegra el corazón.… El corazón alegre constituye buen remedio”
(Proverbios
15:30; 17:22)
Cómo tratar con
el problema real
• Llame a la persona por su nombre.
—Ejemplos: “¡Hola, David! Pásale”. “Hola, Carolina, por favor, toma
asiento”.
Use el nombre de la persona varias veces durante
la sesión.
• No se enzarce en conversación superficial y
banal.
Los comentarios que no tienen que ver con el tema
impiden llegar al meollo del asunto, aumentan la ansiedad del entrevistado, o
bien, disminuyen su buena disposición a abrir su corazón. La plática
superficial puede interpretarse como que usted no está interesado en su
problema.
• Haga preguntas directas.
—Ejemplo: “¿En qué te puedo ayudar?”
• No pregunte: “¿Cuál es tu problema?”
Este acercamiento negativo puede sugerir que algo
está mal con el entrevistado. Implica que hay un problema cuando en realidad a
veces no es así.
• Acepte que con frecuencia el problema que le comparten no es el
verdadero problema.
Para el entrevistado, a menudo el problema es lo que él percibe como la
causa de su aflicción. Sin embargo, a medida que el consejero explora la
situación haciendo preguntas pertinentes y provoca respuestas valiosas, el
entrevistado generalmente descubrirá que lo que él percibe es un asunto
sintomático periférico y no la raíz del problema.
• Por encima de todas las cosas, no deje de
transmitirle esperanza.
“¿Esta su a aconsejado consciente de que Dios está
obrando en su vida y que él tiene un plan personal para él?” En la Biblia, el
Señor dice: “Porque yo sé los
pensamientos que tengo acerca de vosotros… pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis”. (Jeremías
29:11). Lo más benéfico que la gente puede entender es que hay
esperanza genuina para él.
“La
cual [esperanza] tenemos como segura y firme ancla del alma.” (Hebreos 6:19)
“Como
aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; mas el hombre entendido
lo alcanzará”. (Proverbios 20:5)
Experiencias
pasadas
• Haga
preguntas relacionadas con la familia, el hogar, la escuela, su pareja, su
trabajo.
—Ejemplo: “Permíteme hacerte algunas preguntas para conocerte
mejor”.
• Haga
preguntas abiertas que no pueden responderse con un sí o no.
—Ejemplo: “¿Cómo expresas tu ira?”
• Fomente
la conversación.
—Ejemplo: “¿Podrías decirme algo más?” “Continúa…” “M-m-m…”
• Escuche
los sentimientos
que la persona manifiesta. Pregúntele acerca de ellos.
—Ejemplos: “¿Cuándo te sientes solo?”, “¿Por qué piensas que te enojaste?”
• Escuche
a lo que no se comunica. Observe si
nunca menciona a uno de sus padres.
—Ejemplo: “¿Cómo influyó tu padre en tu vida?”
• No
haga preguntas que incluyan la respuesta.
—Ejemplo: “Has estado sintiendo amargura, ¿verdad?”
• Explore
a fondo los mensajes que recibió durante su niñez y juventud por parte de gente
significativa (padres, hermanos, otros parientes, amigos, etc.)
—Ejemplo: “¿Qué mensaje percibías acerca de ti mismo por las cosas
que te decía tu mamá y las cosas que hacía?”
“Aquello
que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.”
(Eclesiastés
3:15)
Haga la
pregunta:
“¿Por qué
hacemos lo que no queremos hacer?”
Todos fuimos creados con tres necesidades íntimas
dadas por Dios de amor, significado y seguridad.
• Amor
—Es saber que alguien está
comprometido a lograr el mayor bien a nuestro favor
“Este
es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado”. (Juan 15:12)
• Significancia
—Es saber que tenemos
propósito y significado en la vida
“Clamaré
al Dios Altísimo, al Dios que me favorece”. (Salmos
57:2)
• Seguridad
—Es sentirse seguros y
aceptados
“En
el temor de Jehová está la fuerte confianza; y esperanza tendrán sus hijos”. (Proverbios 14:26)
Plan para
suplir nuestras necesidades
Todos fuimos creados por Dios con tres necesidades
internas básicas, pero no hay ninguna persona que haya sido designada para
suplirlas todas. Si una persona pudiera suplir todas ellas, entonces no
necesitaríamos a Dios. El Señor planeó que él sería el que supliría todas
nuestras necesidades. El apóstol Pablo reveló esta verdad cuando declaró:
“¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). Su respuesta fue contundente:
“…Jesucristo Señor nuestro” (Romanos 7:25).
• Amor
“Con
amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”. (Jeremías 31:3)
• Significancia
“Porque
yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos
de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11)
• Seguridad
“Y
Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no
temas ni te intimides” (Deuteronomio 31:8)
Presente el
plan de cómo ser libres
Reconozca que puede ser libre de cualquier cosa
que lo esclavice, cualquier cosa que le obstaculiza ser todo lo que Dios quiere
que usted sea.
“Y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
(Juan
8:32)
Enfrente la verdad por su comportamiento negativo.
“Examíname,
oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos” (Salmos 139:23)
Reconozca cuál de sus necesidades internas está tratando de suplir con su
actitud y comportamiento negativo (amor, significancia o seguridad).
“He
aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender
sabiduría”. (Salmos 51:6)
Deje de tratar de suplir sus necesidades por sí mismo y permita que Dios las
supla.
“Mi
Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en
Cristo Jesús” (Filipenses 4:19)
Experimente el poder interior de Cristo como la fuente de su cambio.
“Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses
4:13)
Declare la verdad de que ha dejado de vivir en sus
propios recursos. Ahora vive en dependencia de Cristo, porque Cristo
vive en usted. El es la fuente de su libertad.
“Así
que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. (Juan 8:36)
E. La identidad del creyente
“Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y
lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí”
(Gálatas
2:20)
Un ingrediente esencial de la consejería que se
centra en Cristo es llegar a entender cómo es la identidad del cristiano en
Cristo y los recursos que él pone a disposición de todos los creyentes.
• La
presencia de Dios en usted…
“Que
es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. (Colosenses
1:27)
• El
poder de Dios que obra a través de usted…
“Por
su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria
y excelencia”. (2 Pedro 1:3)
• El
carácter de Cristo se reproduce en usted…
“Porque
a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo”. (Romanos 8:29)
• La vida
de Cristo se refleja a través de usted…
“Porque
nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal”. (2 Corintios 4:11)