EL DIVORCIO: Un nuevo comienzo después de la ruptura

 


El divorcio

Un nuevo comienzo después de la ruptura

“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”. (Isaías 43:18–19)

I.  DEFINICIONES

A. ¿Cuál es la perspectiva bíblica acerca del matrimonio?

  • El matrimonio es un compromiso que hacen de común de acuerdo un hombre y una mujer para unirse legal y espiritualmente como marido y esposa.
  • Siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios”. (Malaquías 2:14–15)
  • El matrimonio incluye la unión de dos personas, una masculina y otra femenina, en una sola carne.
  • Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. (Génesis 2:24)
  • El matrimonio debe reflejar el compromiso del pacto que Dios ha concertado con su pueblo.
  • Y te desposaré conmigo [Dios] para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová”. (Oseas 2:19–20)
  • El matrimonio es una ilustración del amor sacrificial que Cristo tiene para con su esposa, la iglesia.
  • Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. (Efesios 5:25)
  • El matrimonio está diseñado para ser una unión permanente hasta que uno de los cónyuges fallezca.
  • Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. (Romanos 7:2)
  • El matrimonio es un pacto por el que ambos cónyuges se comprometen a no quebrantarlo jamás.
  • No hizo él uno?… Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud”. (Malaquías 2:15)

 “Cuando nos casamos, no éramos cristianos. Ahora que lo soy, aceptará Dios que me divorcie para casarme con un creyente?”

No. Desde el principio, Dios instituyó el matrimonio como lazo indisoluble. El divorcio es resultado del rompimiento de ese compromiso establecido divinamente. El matrimonio como contrato de toda la vida ha sido aceptado en muchas culturas, desde las tribus más paganas hasta la más avanzada civilización.

Así que no son ya más dos [esposo y esposa], sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. (Mateo 19:6)

Lo que Dios Piensa Acerca del Matrimonio

  • Dios presenta el matrimonio como algo bueno y digno de recibir su complacencia.
  • El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová. (Proverbios 18:22)
  • Dios considera que su cónyuge es la pareja adecuada para usted.
  • Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre. (Mateo 19:6)
  • Dios percibe el matrimonio como ejemplo del amor sacrificial de Cristo (que está dispuesto a renunciar a sus derechos personales por el bien de su esposa).
  • Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”. (Efesios 5:25)
  • Dios no se interesa tanto en las circunstancias que le rodean, sino en forjar su carácter.
  • Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. (Romanos 8:28)
  • Dios promete satisfacer todas las necesidades que su cónyuge no puede proveer.
  • Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:16)

B. Cuál es la perspectiva bíblica acerca del divorcio?

Divorcio legal

Es la declaración judicial que anula el contrato matrimonial.
También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de divorcio. (Mateo 5:31)

Divorcio emocional

Es resultado de un corazón endurecido hacia su cónyuge, que provoca que la persona no pueda dar ni recibir amor. “Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así”. (Mateo 19:8)

“He leído que en el matrimonio ´no son ya más dos, sino uno (Marcos 10:8). Si mi cónyuge y yo nos divorciamos, no volveremos a ser simplemente dos personas otra vez?

Imagine dos hojas de papel, una roja y la otra azul, unidas con pegamento. Si trata de separarlas, ambas hojas se romperán, dejando pedazos de azul sobre el papel rojo, y viceversa. En el matrimonio, dos personas que se “separan de su familia y se unen en uno” están ligadas espiritualmente entre sí. Si se separan, sufrirán consecuencias de por vida.

Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. (Marcos 10:7–9)

Definiciones de Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento

  • La palabra hebrea del Antiguo Testamento que define el concepto de divorcio es shâlach, que significa “enviar lejos”. Este vocablo se utiliza en Jeremías 3:1: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose ésta de él se juntare a otro hombre, volverá a ella más?”
  • El verbo hebreo veterotestamentario gârash significa “correr, expulsar o sacar”. Esta palabra se encuentra en Números 30:9: Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será firme.
  • El sustantivo hebreo del Antiguo Testamento kerîythûwth, se refiere al divorcio legal y se deriva de la palabra kârath, que significa “hacer un pacto”. Esta palabra se utiliza en Deuteronomio 24:1: Cuando alguien tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa.

Nuevo Testamento

  • La palabra griega del Nuevo Testamento que se utiliza para traducir divorcio es apoluo, que significa “poner a un lado, soltar, correr o dejar ir”. Este vocablo se usa en Lucas 16:18: Todo el que repudia a su mujer,
  • y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera.
  • Otra palabra griega del Nuevo Testamento es apostasion, y se deriva de aphistemi, que significa “quitar, remover o desertar. Esta se utiliza en Marcos 10:4: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla.

Lo que Dios Piensa Acerca del Divorcio

  • Dios repudia el divorcio.
  • Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio”. (Malaquías 2:16)
  • Delante de Dios, el divorcio no disuelve el lazo espiritual que une a una pareja que ha formado “una sola carne”.
  • Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio”. (Mateo 5:32)
  • Dios puede cerrar sus oídos a las oraciones de aquel que rompe su pacto matrimonial.
  • “Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. (Malaquías 2:13–14)
  • Dios no permite el divorcio por la razón de que el compañero todavía no es creyente. El incrédulo se santifica a través del cónyuge creyente y puede llegar a convertirse en cristiano.
  • Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido… Porque qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? O qué sabes tu, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer? (1 Corintios 7:14, 16)
  • El sentir de Dios es que debe procurarse la reconciliación de la pareja, aun si ha habido divorcio de por medio.

Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. (1 Corintios 7:10–11)

C. Hay alguna base bíblica que apoye el divorcio y el nuevo matrimonio?

Acta de divorcio

  • Originalmente, el documento del divorcio era un certificado legal que liberaba a la mujer del estigma del adulterio. Era un documento que protegía su posición dentro de la sociedad.
  • El divorcio legal fue creado para proteger al inocente que, por lo general, era la mujer en caso de que su esposo la repudiara por razones distintas al adulterio. (Una adúltera era castigada con la lapidación).
  • El documento de divorcio le daba a la mujer el estatus legal que le permitía volver a casarse.
  • Si el marido repudiaba a su esposa inocente sin darle una “Declaración de divorcio”. y ella se volvía a casar, él habría sido el causante de que ella cometiera adulterio, puesto que los votos matrimoniales originales no se habrían anulado.
  • Jesús aclaró que la “declaración del divorcio” era una ley escrita para legislar sobre el resultado de un pecado, a saber, el endurecimiento del corazón, que destruía la relación interpersonal más sagrada, el matrimonio.

  “Hay fundamento en la Biblia para aceptar el divorcio y el nuevo casamiento?”

Sí. La mayoría de los teólogos concuerdan en que la Biblia permite el divorcio en dos situaciones específicas.

Infidelidad sexual−
Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”. (Mateo 19:9)

Abandono físico−
Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. (1 Corintios 7:15)

“Antes de ser cristiana, me divorcié y me volví a casar. Debo divorciarme de mi segundo cónyuge para volver con el primero?

No. La Biblia dice claramente que no se puede volver a casar con el primer cónyuge después de haberse casado con otro. Al dar ese mandamiento, Dios quería evitar que el hombre sufriera las consecuencias de divorciarse de su esposa.

Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad. (Deuteronomio 24:1–4)

Infidelidad matrimonial
  • El cónyuge fiel tiene permiso de divorciarse de su esposo si éste le ha sido infiel en el matrimonio (fornicación).
  • Este permiso se daba para proteger al cónyuge que había sido fiel.
  • La palabra griega que se traduce infidelidad marital es porneia, que se refiere a cualquier acto sexual ilícito.
  • La infidelidad sexual es un acto que automáticamente quebranta el compromiso matrimonial.
  • Jesús no aconseja el divorcio, pero sí lo permite. Algunas personas sienten la dirección divina de permanecer casados y orar para que el cónyuge infiel se arrepienta.
Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.… Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. (Mateo 5:32; 19:9)

Abandono

 “Siento que mi cónyuge me ha abandonado emocionalmente. ¿Hay base bíblica para un divorcio en este caso?”
No. Ser rechazado por una persona es muy doloroso, pero el pasaje de 1 Corintios se refiere al abandono físico del cónyuge no creyente.
  • El creyente no debe manipular al no creyente para que permanezca casado, ni tampoco debe manipular la situación de tal manera que el incrédulo se sienta forzado a marcharse.
  • Pero si el incrédulo se separa, sepárese. (1 Corintios 7:15)
  • El creyente no es responsable ni está obligado a permanecer con el no creyente si éste se quiere separar.
  • Pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre ensemejante caso” (1 Corintios 7:15)
  • Dios llama al creyente a vivir en paz.
  • Sino que a paz nos llamó Dios. (1 Corintios 7:15)
  • El creyente debe saber que el cónyuge incrédulo podría encontrar la salvación a través de su relación matrimonial.
  • Porque qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?” (1 Corintios 7:16)
  • El creyente no debería buscar activamente volverse a casar, sino esperar para estar seguro de cuál es el llamamiento de Dios en su caso.

    Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias. (1 Corintios 7:17)

Nota: El tema del abandono se presenta en las Escrituras sólo en referencia a un matrimonio en yugo desigual.

Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. Porque qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer? pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias”.
(1 Corintios 7:15–17)

Instrucciones Divinas Respecto al Divorcio y Nuevo Matrimonio

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
(Jeremías 29:11)
  • Dios cuida y protege al cónyuge fiel a través del divorcio.
    Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos. (Proverbios 2:8)
  • Dios permite el divorcio y logrará sus propósitos sublimes para su vida.
    Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. (Romanos 8:28)
  • Dios promete suplir todas sus necesidades.
    Mi Dios pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. (Filipenses 4:19)
  • Dios demanda hacerse una evaluación personal cuando ha pasado por la experiencia del divorcio.
    No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? (Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. (Mateo 7:1–5)
  • El sentir del corazón de Dios es dar una “nueva vida”. a pesar de la devastación del divorcio.
    Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. (Jeremías 29:11)

“Si estoy sufriendo por un divorcio que no busqué, sino que fue provocado por mi cónyuge, tengo libertad para volver a casarme?

Dios desea que haya reconciliación, pero si su cónyuge se ha vuelto a casar, entonces usted puede hacerlo también. Sin embargo, Dios tiene un plan específico para su vida, y usted necesita pedirle sabiduría cuando esté pensando volver a casarse.

Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando… Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios”. (1 Corintios 7:8–9, 15)

II. CARACTERÍSTICAS

 Qué es más devastador, el divorcio o la muerte?

Ambos lo son, pero el divorcio puede serlo más. Cuando uno de los cónyuges muere, el sobreviviente se entrega a los recuerdos y éstos dominan su vida, pero en el divorcio, le invaden los sentimientos de rechazo. En el caso de la muerte, las remembranzas pueden ser maravillosas, pero en el divorcio, éstas son muy dolorosas. En la muerte, hay un final, pero en el divorcio las consecuencias pueden durar toda una vida, especialmente si hay hijos de por medio.

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. (Gálatas 6:7)

Etapas y Reacciones ante un Divorcio no Deseado

Durante el período de la Gran Depresión que se presentó en Estados Unidos de América, hubo una considerable disminución en los ingresos, largas colas para obtener comida y la pérdida de muchas vidas. Hasta la esperanza que tenían los agricultores quedó anulada por las tormentas y plagas de langostas que devoraron sus cosechas. El corazón de un cónyuge siente una devastación similar cuando escucha a su compañero decir: “Quiero el divorcio”. Los días se vuelven oscuros y todos los sueños y planes se hacen pedazos. La sequía parece no tener final, y aun así, Dios habla con ternura a la persona abandonada.

Y os restituiré los años que comió la oruga. (Joel 2:25)

A. Turbulencia

La etapa inicial es como un torbellino de emociones que incluye la culpabilidad, depresión y baja auto estima. Cuando los vientos del rechazo se llevan los años de inversión y trabajo, la identidad personal se ve afectada y se desmoronan todas las bases en las que su vida estaba fundamentada. Este es el tiempo de la turbulencia y puede durar hasta seis meses o más.

Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
(Isaías 43:2)

Negación

 

El divorcio le sucede a otras personas… esto no me puede estar sucediendo ¡a mí! O, En realidad no creo que quieras pasar por todo esto.

 

Vergüenza

 

No puedo permitir que otros se enteren de lo que está sucediendo”.

Cómo puedo decírselo a mi familia y amigos?

 

Soledad

 

Nunca supe que podría sentirme tan solo(a), aun cuando estoy en compañía de otras personas.

Nadie puede comprender este dolor… siento como si el corazón se me rompiera en mil pedazos.

 

Rechazo

 

Soy tan indeseable que no quieres hacer nada para que esto funcione?

Supongo que no hay nada dentro de mí digno de amar.

 

Temor

 

Qué va a suceder conmigo económicamente?

Tengo temor de pasar solo(a) el resto de mi vida.

 

Ira

 

Te odio por haberme herido a mí y a nuestra familia”.

Dios, podrías haber cambiado su corazón…(yo sé que podrías haber evitado todo esto!”

 

B. Transición

La etapa del ajuste comienza cuando usted reconoce la necesidad de un cambio. Decide seguir adelante con las exigencias de la vida, comienza resolver sus emociones con toda honestidad y vuelve su atención hacia sí mismo(a) para obtener madurez y crecimiento personal. Si resuelve su dolor y permite que Jesucristo restaure su corazón, su vida podrá volver a ser fructífera. Esta es la etapa de la transición que puede durar de seis meses a dos años, pero a veces, más tiempo.

Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra”.(Salmo 71:20)

Durante este tiempo de transición usted debe…
  • evitar seguir patrones negativos de razonamiento
  • reconocer que el divorcio no es todo por “su culpa
  • recibir el amor de Dios y su total aceptación
  • reflexionar acerca de la dinámica del matrimonio
  • arrepentirse de sus pecados y egoísmo
  • renunciar a sus derechos y comenzar el proceso del perdón
  • reajustar su vida para vivir sin su cónyuge

C. Bienestar

Esta etapa se inicia en las profundidades de la fortaleza interna. Aunque algunos corazones quebrantados nunca experimentan la restauración total debido a la amargura y el rencor, un nuevo comienzo puede florecer si ha plantado en su corazón la esperanza divina que viene del conocimiento íntimo de Dios y de andar en sus caminos.

Yo [el Señor] reedifiqué lo que estaba derribado, y planté lo que estaba desolado…”
(Ezequiel 36:36)


Durante el tiempo del nuevo comienzo usted puede salir adelante…
  • sabiendo que Dios tiene el control de sus circunstancias
  • sabiendo que Dios cuida de usted y de cada detalle de su vida
  • sabiendo que Dios le ha llevado por ese doloroso proceso para fortalecer su carácter
  • sabiendo que aunque no puede hacer nada por sí mismo(a), la fortaleza proviene de Cristo que vive en usted y desarrolla en usted su propio carácter
  • reconociendo que usted no cambiaría lo que ahora es por lo que era antes de su divorcio
  • sabiendo que la vida está llena de gozo y promesas
  • sabiendo que Dios quiere usarlo(a) para llevar su amor a la vida de otros.
El crecimiento no se puede representar con una línea ascendente. Asimismo, el patrón normal para la recuperación emocional, mental y espiritual consiste en una línea quebrada que sube y baja entre las tres etapas de turbulencia, transición y bienestar. No piense que hay algo malo en usted si se desanima o retrocede unos pasos o si parece que está sufriendo más que otras personas. La fractura de un brazo toma tiempo para recuperarse y si se toca estará muy sensible, pero la sanidad y la ayuda para aliviarse proviene del Señor.

“Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza”.
(Jeremías 17:14)

III. CAUSAS

Por qué es tan alta la tasa de divorcios comparada con la de hace cincuenta años?

La ética situacional o relativismo moral ha provocado el rechazo de los absolutos morales (que marcan lo que es bueno o malo) y además justifica el pecado. La influencia del mundo sobre nuestros valores hace que el divorcio se perciba no como una solución alternativa aceptable, sino como la única para arreglar las dificultades matrimoniales.

(Oh almas adúlteras!) No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. (Santiago 4:4)

A. Causas externas que favorecen el divorcio

Una generación adúltera
  • Falta de convicciones morales firmes
  • Surgimiento de leyes “fáciles” para divorciarse
  • Relaciones sexuales antes del matrimonio
  • Preocupación excesiva por la ganancia económica y material
  • Buscar éxito en la profesión
  • Buscar la felicidad egoístamente
  • Enfocarse en los derechos personales
  • Experimentar luchas de identidad, la crisis de la media vida o el síndrome del nido vacío
  • Carecer de un sentido de significancia y propósito en la vida.
  • Creer en el mito del matrimonio ideal

B.  La raíz del problema


Un corazón endurecido

Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; mas el que endurece su corazón caerá en el mal”.

(Proverbios 28:14)

Problemas comunes en las relaciones matrimoniales que generalmente terminan en divorcio

El cónyuge endurecido

 

El cónyuge confiado

 

Está insatisfecho con el matrimonio y decide que el otro tiene la culpa

 

No está consciente de la insatisfacción que experimenta su cónyuge con el matrimonio

 

Permite que algún evento (por pequeño que sea) detone su decisión de divorciarse

 

No está consciente de ese evento ni de su responsabilidad por haber herido a su cónyuge de alguna manera

 

No comunica abiertamente sus sentimientos sino que permite que la relación se perjudique

 

Percibe que la relación se ha tornado difícil pero soporta las reacciones del cónyuge

 

Lleva un diario mental de todas las injusticias que percibe en su cónyuge

 

Está consciente del negativismo de su cónyuge pero no puede identificar cuál es el problema exactamente

 

Permanece distante e inconforme, buscando motivos para la ruptura

 

Sigue decepcionando a su cónyuge sin darse cuenta

 

De pronto decide abandonar al otro debido a una crisis o al interés que tiene en otra persona

 

Se sorprende grandemente al saber que su cónyuge está considerando divorciarse

 

Presiona a su cónyuge para obtener el divorcio

 

Se resiste al divorcio y trata de cambiar su conducta

 

Se siente completamente justificado y decidido a lograr el divorcio

 

Se siente culpable, se torna agresivo y queda devastado por la ruptura del matrimonio

 

“Se rebeló y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel” (2 Crónicas 36:13)

 

“Estoy debilitado y molido en gran manera; gimo a causa de la conmoción de mi corazón”. (Salmos 38:8)

 

Creencia errónea:

No hay amor en mi matrimonio. La vida es muy corta y tengo derecho a buscar la felicidad y satisfacción personal en otro lado.

Creencia correcta:

Dios quiere que ame y respete a mi cónyuge usando los recursos del su amor y la fortaleza que él me ha dado. Buscaré a Dios para obtener satisfacción personal.

Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.

(1 Tesalonicenses 5:24)

IV.     Pasos Para Encontrar La Solución

A.  Versículo clave para memorizar

“Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

(Filipenses 4:12–13)

B.  Pasaje clave para leer y meditar

Libre de culpa!

Salmos 119:25–32

Reconozca su necesidad ante Dios.

 

v. 25

 

Abatida hasta el polvo está mi alma; vivifícame según tu palabra”.

 

 

 

Confiese y reflexione en sus propios pecados.

 

v. 26

 

Te he manifestado mis caminos, y me has respondido; enséñame tus estatutos.

 

 

 

Comprométase a entender las verdades de Dios.

 

v. 27

 

Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas”.

 

 

 

Acepte su fracaso por conservar el matrimonio.

 

v. 28

 

Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra.

 

 

 

Reconozca su necesidad de ser guiado por Dios.

 

v. 29

 

Aparta de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia concédeme tu ley”.

 

 

 

Decida obedecer la voluntad de Dios para su vida.

 

v. 30

 

Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí.”

 

 

 

Aférrese a la verdad de Dios, especialmente cuando parezca que la maldad prevalece.

 

v. 31

 

Me he apegado a tus testimonios; oh Jehová, no me avergüences”.

 

 

 

Atesore la libertad que encuentra en el Señor.

 

v. 32

 

Por el camino de tus mandamientos correré, cuando ensanches mi corazón”.

 

 

 

“Por qué me siento tan culpable si yo no fui quien buscó el divorcio?”
Aunque usted sea la parte inocente, en el matrimonio todos cometemos errores. Quizá hay algún pecado que no ha confesado y del que es responsable ante Dios.

“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”.
(Proverbios 28:13)

C. La libertad de perdonar!

Una vez que haya superado la culpabilidad, queda libre para perdonar a los demás. Ya sea que esté intentando reconciliarse con su cónyuge o que esté en el proceso de aceptar el nuevo matrimonio de su ex cónyuge, la clave para abrir la puerta del “nuevo comienzo” es perdonar a quienes han herido su corazón profundamente.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
(Mateo 6:14–15)

Siga el camino de corrección de Dios.
  • Admita que nada sucede en su vida que Dios no permita.
  • Sepa que Dios no provocó que su cónyuge se marchara, pero que él está trabajando en medio de la situación para beneficio de usted.
  • Sepa que tanto usted como su cónyuge contribuyeron a la ruptura.
El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará. (Proverbios 15:31)

Reconozca sus pecados personales y pida perdón a Dios.
  • Posee un espíritu sumiso o tiene un carácter rebelde?
  • Tiene un espíritu de agradecimiento o es criticón(a) y perfeccionista?
  • Es paciente y perdonador(a) o se irrita con facilidad?
  • Es honesto(a) y digno(a) de confianza o engaña a los demás?
  • Alaba a los demás o los ataca y menosprecia?
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Salmo 32:5)

Reconozca su necesidad de confesar sus pecados y pedir perdón por ellos.
  • Con toda sinceridad trate de entender cómo ha lastimado a los demás.
  • Hable solamente de sus ofensas personales.
  • Hable con oraciones sencillas.
Ejemplo: “Mi corazón me dice que te he herido profundamente. Aunque sé que no lo merezco, quiero que sepas que realmente estoy arrepentido(a) por haber (especifique la ofensa). ¿Me perdonas?”
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede”. (Santiago 5:16)

Sólo diga cosas positivas
  • Evite hablar mal de su cónyuge.
  • Evite menospreciar a su cónyuge frente a sus hijos.
  • Evite tratar de ganarse la compasión de amigos y familiares.
  • Evite las conversaciones centradas en usted mismo(a).
  • Evite hablar sin su consentimiento, de las dificultades que otras personas están atravesando.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. (Efesios 4:29)

Identifique las necesidades no satisfechas de su ex-esposo.
(Recuerde las tres necesidades emocionales dadas por Dios.)
  • Necesitaba su cónyuge amor incondicional?
  • Le hacía falta a su cónyuge un sentido de significancia e importancia dentro del matrimonio?
  • Podría haber necesitado mayor seguridad emocional dentro de la relación?
El sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura de labios aumenta el saber. (Proverbios 16:21)
Comprométase a orar por su ex-cónyuge.
  • Ore por la salvación de su ex cónyuge
  • Ore para que su ex cónyuge permita que el Señor llene sus necesidades internas.
  • Ore para que Satanás no gane ventaja de la situación.
  • Ore para que se rompa la esclavitud del pecado.
  • Pida protección de la influencia externa del maligno.
  • Ore para que la vida de su ex cónyuge se llene de influencias positivas.
  • Ore pidiendo experimentar genuino arrepentimiento, aunque su ex cónyuge se vuelva a casar.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos… orad por los que os ultrajan y os persiguen. (Mateo 5:44)
Esté a la expectativa para ver la obra de Dios a su favor.
  • Gracias, Dios, venir a mi vida y guiarme en el camino en que debo de andar.
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. (Filipenses 2:13)
  • Gracias, Dios por venir a defenderme.
El Dios que venga mis agravios, y somete pueblos debajo de mí. (Salmo 18:47)
  • Gracias, Dios, porque has cambiado la culpabilidad en justicia.
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor. (Romanos 12:19)
  • Gracias, Dios, por tu promesa de suplir todas mis necesidades.
No os afanéis, pues, diciendo: Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. (Mateo 6:31–33)
  • Gracias, Dios, por responder a mis oraciones de acuerdo a tu voluntad.
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. (1 Juan 5:14–15)
  • Gracias, Dios, por tu protección en medio de la tribulación.
Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás”. (Salmos 32:7)
  • Gracias Dios, porque tú serás el padre de mis hijos.
Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada”. (Salmos 68:5)
  • Gracias, Dios, porque tú tomarás el lugar de mi pareja.
Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado”. (Isaías 54:5)
Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera. (Isaías 64:4)

D. Libertad para comenzar de nuevo

Comenzar de nuevo puede ser la oportunidad para construir un matrimonio basado en un nuevo entendimiento y nuevas metas, o bien, edificar una nueva esperanza en una vida que ha sido quebrantada por el dolor. En cualquier situación, Dios tiene un maravilloso y nuevo comienzo para las personas cuyo corazón se ha entregado a él. Del terreno del fracaso puede brotar la “nueva vida en Cristo.

Nueva vida en Cristo

“Desde la angustia invoqué a JAH, y me respondió Jehová, poniéndome en lugar 
espacioso”. (Salmo 118:5)

  • Su nueva identidad (casado(a) o soltero[a]) está en manos de Dios, no en su estado social o personal.“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. (Gálatas 2:20)
  • Usted está completo(a) en Cristo, no es una persona incompleta si no se vuelve a casar.“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”. (Colosenses 2:9–10)
  • Su felicidad proviene de su actitud interna, no de las circunstancias externas.

“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”. (Mateo 5:3–12)

  • Su propósito en la vida, ya sea casado(a) o soltero(a), es glorificar a Dios.O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (1Corintios 6:19–20)
  • Usted cuenta con ayuda para perdonar a su ex-cónyuge y a quienes lo hayan lastimado.“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. (Colosenses 3:13)
  • Usted cuenta con la fortaleza necesaria para resistir las tentaciones si vive en el poder de Cristo. Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”. (Romanos 13:14)
  • Usted está libre (si es soltero[a]) para ocuparse de las cosas del Señor.
    “Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer. Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido”. (1 Corintios 7:32–34)
  • Usted ha participado de los sufrimientos de Cristo y puede ser un testigo efectivo en la vida de los demás.
    De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien”. (1 Pedro 4:19)

E. Libertad para ministrar

Qué hacer y qué no hacer para ayudar a los demás

Sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
(1 Timoteo 4:12)

No aconseje a otros mientras esté usted pasando por su desierto espiritual.
Sí… Sea ejemplo vivo de la fortaleza que le ha dado Jesucristo
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)

No dé consejos basándose en su opinión personal.
Sí… Conozca el sentir de Dios respecto al matrimonio y divorcio.
Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte. (Proverbios 14:12)

No promueva las citas y el nuevo matrimonio −en especial si el ex-cónyuge no se ha casado de nuevo.
Sí… Comparta el sentir de Dios acerca de la reconciliación y contentamiento.
Y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. (1 Corintios 7:11)

No critique o juzgue al cónyuge ofensor.
Si… Anime al cónyuge herido a que dependa del Señor para obtener sanidad y justicia.
No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. (Isaías 42:3)

No refuerce los sentimientos de auto compasión, amargura e injusticia.
Sí… Decida llevar un registro diario de sus sentimientos, y luego entregue su dolor al Señor.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. (Salmo 51:6)

No permita que las personas a quienes usted aconseja se vuelvan demasiado dependientes de usted.
Sí… Ayude a los que están sufriendo a confiar en el amor y aceptación incondicional que vienen de Dios.
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”. (Jeremías 31:3)

No sea usted la única fuente de consejería.
Sí… Comparta métodos para meditar en la palabra de Dios y para aprender a escuchar su voz.
Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. (Isaías 30:21)

No suponga que ya ha terminado el dolor causado por el divorcio.
Sí… Busque ayuda durante los momentos más difíciles Clas noches, aniversarios, días festivos, cumpleaños, reuniones sociales de parejas y ocasiones en que los hijos están con su ex-cónyuge.
No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre; ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos.
(Proverbios 27:10)


Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”. (2 Corintios 1:3–4)

Mi Oración de Entrega
Querido Padre celestial:
Gracias porque soy tu hijo(a) y soy precioso(a) para ti. Como mi perfecto Padre que está en los cielos, tú lo ves todo, y tienes el control total de todas las cosas. Tú eres el soberano de mi vida.
Puesto que tu misma naturaleza es el amor, no hay nada que me pueda suceder que no pase primero por tus amorosas manos.
Eres tan sabio que has trazado el mejor camino para mí. También eres lo suficientemente poderoso como para llevar a cabo lo que has planeado.
Descansaré en tu amor y protección porque tú diseñaste mi vida.
He decidido confiar a ti todo lo que sucede en mi vida, porque sé que harás que todo ayude a bien.
Te entrego a mi cónyuge, oh Señor.
No exigiré a mi cónyuge que me dé su tiempo, atención, amor o comprensión.
Me volveré a ti para que llenes mis necesidades y me des lo que es mejor para mí.
También entrego mis hijos a tu cuidado, oh Señor. Tú los amas con un amor más perfecto que el mío.
Confío en que tú los cuidarás y cubrirás sus necesidades verdaderas.
Te entrego mi auto compasión y deseos de venganza cuando me tratan injusta y ásperamente.
Cuando mi cónyuge falla en ser comprensivo(a) o considerado(a), me rehúso a criticarlo(a) porque sé que una raíz de amargura producirá un fruto amargo.
Gracias Señor, por la presencia de Cristo en mí, el cual será mi fortaleza.
Descanso en tu promesa que dice:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13) Amantísimo Señor, entrego el control de la vida de mi cónyuge en tus manos.
Y rindo mi voluntad a la tuya.
Gracias porque puedo confiar en ti completamente.
Hago esta oración poniendo toda mi confianza en Cristo Jesús. Sólo a través de él podré mantenerme fiel a este compromiso. Hago esta oración poniendo toda mi esperanza en Jesucristo. Amén.
Las porciones son tomadas de la versión Reina-Valera 1960 Copyright © 1960 Sociedades Bíblicas en
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Traducción: Elizabeth Cantú de Márquez
Todos los derechos reservados. Este material no puede reproducirse
en ninguna forma sin la autorización de
Hope For The Heart/Esperanza Para El Corazón



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